Hoy se conmemora el 60 aniversario de los Tratados de Roma que dieron origen definitivo a la Unión Europea (UE), el mayor espacio geográfico y político de libertad y democracia que hay en el mundo contemporáneo.
El lema de la UE, Unida en la diversidad —adoptado en el año 2000 después de un concurso en el que participaron 80,000 estudiantes de los 15 países que eran miembros en aquel entonces—, representa la esencia de esta gran unión de 28 países cuyas historias y tradiciones culturales son diversas pero convergentes.
Pero Europa, desde los remotos tiempos fue escenario de guerras constantes que parecían interminables, y ahora es un ámbito de paz en el cual, afrontando y resolviendo las dificultades que derivan de su compleja diversidad, se avanza también en el desarrollo económico y la prosperidad social. De manera que el lema de la Unión Europea perfectamente podría ser: “Espacio de paz y libertad”, lo que sin duda es su virtud esencial.
Sin embargo no todo es sosiego en la UE al celebrar el 60 aniversario de los Tratados de Roma. La Unión afronta actualmente la difícil situación creada por el “Brexit”, como se le llama a la deserción del Reino Unido aprobada por el plebiscito británico del 23 de junio del año pasado.
La UE se encuentra agobiada por el grave problema del terrorismo islámico y de la inmigración masiva procedente sobre todo de los países africanos, del Oriente Medio y Asia del Sur que sufren los conflictos armados, el terrorismo y profundas crisis económicas y sociales.
También presiona negativamente sobre la estabilidad de la UE, el crecimiento de los partidos de extrema derecha, populistas nacionalistas y separatistas que pretenden que cada uno de sus países siga por el mismo camino del Reino Unido.
Un importante foco de inconformidad social en los países que integran la Unión Europea es la existencia de una gran cantidad de instituciones burocráticas, las que en muchos casos duplican entidades que existen en cada país miembro de la Unión y que obligan a los contribuyentes a sostener una desmesurada burocracia.
Sin embargo, así como hay muchos europeos que creen que la Unión es “un mastodonte burocrático” que hay que derribar, también hay quienes consideran que más bien se necesita más Europa, en el entendido de que debe asegurarse un mejor cumplimiento de los principios y proyectos de esta comunidad libre y pacífica de naciones y Estados. Después de todo, lo que ya se ha conseguido es evidente, sobre todo ser “un espacio donde millones de nietos de quienes hace 78 años se mataban ahora comparten aulas, copas y, a veces, cama”, según la frase ingeniosa del periodista español Jorge Marirrodriga.
La Unión Europea debe ser felicitada en este 60 aniversario del Tratado de Roma, aunque solo fuese por su misma existencia, pero también por su acción de solidaridad internacional y su promoción de la paz, la libertad y la democracia, como lo ha demostrado recientemente el Parlamento Europeo con su pronunciamiento sobre la falta de democracia en Nicaragua.