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injerencismo norteamericano, dictaduras, Venezuela

Dos mundos

Vivimos en dos mundos: el mundo perverso del terrorismo empeñado en infiltrar todos los días a sus suicidas y el mundo sosegado y tranquilo donde los demócratas preferimos vivir en paz y en convivencia con nuestros hermanos

Querida Nicaragua: El mundo es así y no hay manera de cambiarlo. Cuando digo mundo me estoy refiriendo a la gente que habitamos el planeta Tierra.

En lo general nos encanta la vida fácil, disfrutar de lo que ya está hecho y procuramos, como dice Jaimito, el Cartero, en la serie de Chespirito, “evitar la fatiga”. Nos gustan las cosas hechas y no tener que molestarnos en nada. Ejemplo en vivo: generalmente se ha suprimido el biberón con leche para los niños tiernos y se le pone rápidamente el biberón a la botella de gaseosa y asunto arreglado, no hay que estar comprando ni calentando leche, pues es mucho más práctico el biberón en la gaseosa.

Así queremos todo hecho. Recuerdo en mis años de primaria, tercero y cuarto grado. En la olvidada Ciudad Segovia, Ocotal, el recordado profesor don Ramón Salgado Lovo nos mandaba al pizarrón y con gran naturalidad decía: “Gadea, multiplique 35,840 por 2,400, y comenzaba yo a realizar multiplicaciones que a veces llenaban todo el pizarrón y después de un tiempo largo finalizaba con el resultado de la operación que hoy en día se hace en menos de quince segundos con una maquinita calculadora que no vale más de cien pesos o menos.

Este es un ejemplo elemental. Hoy en día las calculadoras están en todos los celulares y una información amplísima se encuentra con solo tocar el ícono respectivo en el celular.

Como todo bien tiene su mal, esta avanzadísima tecnología nos tiene a todos al borde de un estrés palpitante y preocupante. Junto a la maravilla de la comunicación adelanta la civilización pero surgen graves problemas. De continente a continente los hombres de bien pueden comunicarse, los gobiernos, las grandes compañías pueden transferir fácilmente bienes y servicios, igualmente hacer transacciones comerciales para las que hoy en día ni siquiera se necesita dinero en efectivo sino que transferencias por internet.

La otra cara de la moneda es el terrorismo y la facilidad con que estos señores se comunican sus fechorías queriendo acabar con la libertad y con todo el sistema de un mundo libre ordenado y exitoso. Las Torres Gemelas fueron el primer enorme acto terrorista promovido por Al Qaeda y su tenebroso líder, el fanático Bin Laden, a quien se logró eliminar después de varios meses de búsqueda. Después del asombroso acto planeado con meses y hasta años de anticipación por fanáticos suicidas cuya historia todos conocemos, han continuado cantidad de bárbaros ataques donde han muerto centenares de inocentes en las vías públicas, en teatros, restaurantes, cafés, hoteles y cuanto uno pueda imaginarse.

Estamos viviendo una era de gran desarrollo tecnológico, asombroso avance se podría decir, que si fuese aprovechado únicamente para bien de la humanidad, para combatir la ignorancia, la pobreza, mejorar el medio ambiente y tantas cosas más, tendríamos un mundo del cual podríamos sentirnos orgullosos y seguros. Lamentablemente, las fuerzas del mal, como en las películas de Superman están actuando y tratando de destruir el sistema en el cual se ha demostrado que la humanidad vive mejor: la democracia. El terrorismo suicida es peor que todas las dictaduras que podemos haber tenido en nuestra América a lo largo de dos o tres siglos, es un problema gravísimo al cual están enfrentadas con gran valentía y decisión las potencias mundiales que quieren vivir en paz y disfrutar de un sistema de libertades que ha hecho felices a sus pueblos.

Vivimos en dos mundos: el mundo perverso del terrorismo empeñado en infiltrar todos los días a sus suicidas y el mundo sosegado y tranquilo donde los demócratas preferimos vivir en paz y en convivencia con nuestros hermanos. ¿La solución? Solo las potencias occidentales unidas encontrarán la fórmula para liberar al mundo del flagelo terrorista. Las potencias, los pueblos libres, los cristianos y contando naturalmente con la ayuda de nuestro Dios.

El autor es periodista y empresario radial. Fue candidato a la Presidencia de Nicaragua.

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