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León Núñez

Llamadas telefónicas equivocadas

Estoy seguro que no solamente yo recibo llamadas telefónicas equivocadas. También las hacemos. Creo que es algo frecuente. Existen muchas clases de estas llamadas.

Pero vamos a referirnos, mediante ejemplos, solamente a dos llamadas de clase ordinaria y a una llamada de clase extraordinaria. A la primera clase pertenecen aquellas llamadas hechas por personas que dicen: “Por favor, póngame a don Róger” y uno contesta “número equivocado”. Y la persona que llamó responde: “Disculpe” y cuelga. Esto es lo normal.

A la segunda clase pertenecen aquellas llamadas telefónicas hechas por personas que dicen: “Por favor, póngame a Martín” y se le contesta “número equivocado”. Entonces la persona que llamó pregunta: “¿Y allí con quién hablo?” Entonces se le responde de nuevo: “Número equivocado”. Pero insiste: “¿Y allí con quién hablo, cómo se llama usted”. Se le repite: “Número equivocado”, y se le cuelga. Esto ya no es tan normal.

A la clase extraordinaria pertenecen casos como el que me pasó hace varios días. Sonó el teléfono de mi casa y una señorita que hablaba en nombre de una compañía que su giro comercial es la venta de aparatos electrodomésticos y artículos del hogar, me dijo: “Por favor, póngame a don Esteban”. Yo le contesté: “Número equivocado”. Y ella me manifestó: “Nada de número equivocado don Esteban. Yo le conozco perfectamente su voz”. “Señorita —le respondí— yo no soy Esteban, mi nombre es León Núñez”. Entonces me dijo: “Vea don Esteban, usted no me engaña, su voz es inconfundible. Recuerde que hace quince días usted quedó de abonarnos. Usted solamente dio la prima. Ya lo hemos esperado mucho tiempo. Mañana debe pasar sin falta por nuestras oficinas”.

Le volví a decir que estaba equivocada, que yo era León Núñez. Pero ante su insistencia y sobre todo por el tono de absoluta seguridad con que me hablaba de que yo era don Esteban decidí divertirme telefónicamente y le pregunté: “¿En concreto qué quiere?” Y me respondió: “Que nos abone mañana mismo los cinco mil córdobas”. “Escúcheme señorita —le dije— yo soy honrado y les voy a pagar todo, es decir, principal más intereses, pero reestructúreme la deuda a quince años de plazo, y a partir del sexto año les voy a empezar a pagar capital e intereses, porque los primeros cinco años no puedo pagar ni siquiera los intereses”. “Y a usted qué le pasa don Esteban, está loco?”, me preguntó, y agregó que si yo no llegaba mañana a hacer el abono convenido me iban a embargar mi salario.

Cuando le dije que no me podían embargar porque yo era CPC se puso disgustadísima. Es más, le dije, que para que tomara como cierto de que no me podían embargar mi salario, quería informarle que había recibido una circular “de arriba” disponiendo que no se debían pagar las deudas que los CPC hubiéramos contraído por la compra al crédito de aparatos electrodomésticos y artículos del hogar. Pero le expresé que a pesar de la mencionada circular —como hombre honesto— yo estaba dispuesto a pagar a quince años de plazo en los términos señalados anteriormente.

Más disgustada se puso la señorita y me dijo: “Pero lo que me está diciendo usted don Esteban es absurdo, eso no es posible. ¿Quién firma esa circular?” Le respondí que no estaba autorizado para decírselo porque si lo hacía perdía mi puesto. “Entonces usted no tiene libertad de hablar?”, me preguntó la señorita. “Sí tengo libertad de hablar, pero como empleado público es más saludable no hacerlo”, le respondí.

Como la señorita se puso con un tono de voz más alterado, le advertí que se apurara a reestructurarme el crédito en las condiciones indicadas porque si no lo hacía y yo llegaba a formar parte de los Comité de Liderazgo Sandinista (CLS) no iba a pagar nada y les exigiría que me devolvieran la prima. En este momento la señorita cobradora me colgó el teléfono.

Yo creo que es normal que sigan sucediendo las llamadas telefónicas equivocadas pero lo mejor es que pertenezcan a la primera clase porque ante un “número equivocado”, la “disculpa” correspondiente y la digitilización del “número correcto” evitamos esa clase de llamadas telefónicas equivocadas que yo llamo extraordinarias.

El autor es abogado.

Opinión CPC llamadas telefónicas archivo
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