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joven
Gonzalo Cardenal M.

La gran mentira

¡Terminó la guerra! El desfile triunfal duró unas pocas horas, o peor todavía, fue el desfile triunfal del enemigo. Ahora el héroe busca trabajo, pero ya no se necesitan héroes. Ahora quieren ingenieros, o médicos, o empresarios, para la reconstrucción del país… El muchacho descubre que fue engañado. Está entrando al mundo de la realidad. Empieza a ser hombre. El precio pagado por la fantasía fue caro. Para unos fue la muerte, para otros la invalidez, la ceguera, para todos el trauma. El haber hipotecado toda su vida en aquella fantasía.

No me estoy riendo ni burlando de ninguna guerra. Las guerras no me dan risa, lo mismo si la guerra es justa, como si es una guerra fratricida. Lo mismo si peleas de un lado como si peleas del otro. Las guerras no las gana nadie. Y esta es la realidad. El que no la ve es porque está todavía encaramado en un árbol, con su capa de Superman.

Aunque les parezca mentira, este muchacho tuvo suerte. Suerte porque no lo mataron, pero suerte también porque pudo regresar a la realidad, convertirse en hombre y empezar la vida. Hay otras fantasías mucho más peligrosas. Porque de todos modos los jóvenes de hoy no estaban o no tienen memoria de esa nuestra última guerra.

Hablemos de este joven de hoy, pobre o rico. Encienden la televisión. Van al cine. Miran el videojuego. Ven los anuncios, las películas, la tableta, el celular… todas le dicen lo mismo: la Gran Mentira: “El mundo es una gran fiesta y vos no estás invitado”.

Lo que ven es un montón de muchachas guapísimas, sonrientes rodeadas de muchachos igualmente guapísimos, divirtiéndose en grande y toda esta magia hecha posible con solo destapar una botella de cerveza.

Quizás si te vestís con los pantalones del anuncio, si te peinás como ellos, te inviten a la fiesta. Y vas entonces y te ponés a la moda, y te vas a una fiesta, pero la fiesta no se parece a la que viste. Pensás entonces que te equivocaste de fiesta, que los que de verdad están gozando son los que beben licor, o fuman marihuana. Pero ellos también andan buscando ese mundo y es para eso que beben licor y fuman marihuana.

Pero ni son muchachos ni son felices. Porque esta es la Gran Mentira: El decir que la juventud de hoy está gozando en grande.

Todos los jóvenes y todos los adultos de todos los tiempos han querido gozar, pero para el joven de hoy le es más difícil que nunca. Porque nuestra generación podía gozar de su realidad; gozar de lo que tenía y con lo que tenía. Pero para el joven de hoy esa fiesta no existe.

El gozo depende mucho de las expectaciones. Si a un muchacho le regalaban un par de patines gozaba los patines. Si nos regalaban una bicicleta nos poníamos locos de alegría porque nunca esperábamos tener una bicicleta. Pero el chavalo de hoy, enciende el televisor o su DVD y en la película de hoy lo que ve son chavalos sonrientes, cada uno en su carro, con una chavala sentada en el asiento delantero, en una gran fiesta a la que no ha sido invitado. Mira su bicicleta y siente que está siendo privado de un derecho, que está siendo estafado, y nunca gozará su bicicleta.

En alguna parte existe ese mundo maravilloso donde la gente se divierte. Para el joven la puerta de entrada a ese mundo son la televisión, el cine, su tableta o celular.

El autor es miembro del consejo de coordinadores de la ciudad de Dios.
[email protected]

Opinión joven Mentira archivo

COMENTARIOS

  1. Eliar Garcia
    Hace 7 años

    Buen artículo, como muy pocos

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