14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
José Luis Velásquez, exembajador de Nicaragua en la OEA. LA PRENSA / Jader Flores.

José Luis Velásquez, exembajador de Nicaragua en la OEA. LA PRENSA /Jader Flores.

José Luis Velásquez: “Venezuela va a tener guerra civil”

La voz autorizada de Luis Velásquez, otrora representante de Nicaragua en la OEA, analiza las dos situaciones que están siendo examinadas por el secretario general del organismo, Luis Almagro: Venezuela y Nicaragua

La sesión extraordinaria de la Organización de los Estados Americanos (OEA) sobre la crisis de Venezuela del pasado 28 de marzo es terreno conocido para José Luis Velásquez. Él representó a Nicaragua en la misma mesa hace unos años, y como doctor en Ciencias Políticas, se mantiene muy al tanto de la coyuntura internacional. De hecho, cuando nos recibió en su oficina, estaba repasando en internet el video de la reunión de los 35 Estados miembros del organismo latinoamericano.

Lo último que se agita en las aguas de la OEA son las situaciones de Nicaragua y Venezuela. Por un lado, el secretario general Luis Almagro firmó acuerdos con Daniel Ortega —presidente de Nicaragua por cuarta vez y designado como tal por última vez en noviembre de 2016, por un poder electoral que él mismo controla—, para mejorar los niveles de democracia del país a lo largo de los próximos tres años. Y por otro, el mismo Almagro llama dictador al mandatario venezolano Nicolás Maduro y lidera una iniciativa para activar la Carta Democrática de la OEA a Venezuela, suspenderla del organismo y forzarla a respetar derechos humanos y su propia Constitución.

Lea también: Países de la región denuncian golpe de estado en Venezuela

Para muchos críticos de Ortega, este doble estándar de Almagro es criticable, pues demandan más presión al ejecutivo pinolero. Pero José Luis Velásquez no lo ve así. El experto explica su punto de vista autorizado en materia de la OEA en esta entrevista, y explora los futuros inmediatos del dúo de países del Alba que están siendo examinados.

¿Qué herramientas o instrumentos reales tiene la OEA para hacer un cambio en Venezuela?
Esta es la principal, que es la Carta Democrática (muestra un pequeño ejemplar impreso de la Carta), pero puede ser papel mojado, como todo instrumento jurídico cuando no está fundamentado en el poder necesario. Y eso es lo que ha pasado con la Carta en la actualidad. Cuando se estableció la Carta, estaba fundamentada en el consenso de Washington, a su vez fundamentado en que los países debían tener democracias y economías de mercado. Entonces básicamente aprovechamos eso para instituir la Carta Democrática como un instrumento importante para impulsar y sostener la democracia en el continente. Porque ya sospechábamos. Las olas de democracia adelantan y retroceden, entonces ya teníamos de que se produjera en cierto momento un regreso a lo que pasó ya a partir del 2000, con el surgimiento del socialismo del siglo XXI. Hubo un receso de la democracia en América Latina con Hugo Chávez.

Pero cuando se hace la Carta Democrática hablamos de un consenso de los países miembros, ¿no?
¡Exacto! Donde hay un enorme consenso y hay un compromiso de los Estados Unidos con la democracia. Eso también se enfrió. Después del 9-11 (atentado terrorista de las Torres Gemelas, en Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, misma fecha en que se instaura la Carta Democrática de la OEA) hay un enfriamiento de los logros que se hicieron en los noventa. Estados Unidos siempre tuvo que tomar la opción entre seguridad y libertad. Si vos estás amenazado preferís asegurar la seguridad y la gente ha dejado que se le conculquen sus derechos en aras de sentirse seguros, entonces Estados Unidos retrocedió enormemente en el apoyo. Al llegar Obama, dejó un enorme vacío en América Latina. Se olvida de América Latina porque se tiene que concentrar en el Medio Oriente. Se creó ese vacío y lo llenó Chávez con su plata en primer lugar, sus petrodólares y el socialismo del siglo XXI. Eso hizo que la OEA se volviera irrelevante. Deja de ser relevante.

¿Ahorita la OEA es irrelevante?
Ahorita es irrelevante la organización, porque el balance de poder, dentro de la organización… (interrumpe su idea) Chávez se metió a financiar fuertemente la organización. Ese es el problema de la acción colectiva. La acción colectiva es cara. Cuando los países tienen que actuar juntos internacionalmente, ¿quién paga la factura? La factura de la OEA tradicionalmente la ha pagado los Estados Unidos. El presupuesto de la OEA en el 2006 eran 120 millones de dólares. 80 millones de dólares los ponía anualmente los Estados Unidos. Los otros 40 se repartían en todos los países de América Latina. Y los países no pagaban sus deudas. Nosotros pagábamos con 50 mil dólares anuales y costaba que Nicaragua pagara. Argentina debía como 10 o 12 millones de dólares. Brasil ya no se diga. Nadie quiere pagar la factura y cuando hay problemas se quejan: “Ah, los Estados Unidos son los que controlan la OEA”. Pero controlan porque ellos pagan. Pero en un momento, Chávez se metió a financiar los déficit que quedaron. Entonces Insulza (José Miguel Insulza, por entonces secretario general de la OEA) quedó atrapado. Él de por sí siendo socialista y siendo más partidario de las tendencias de izquierda en América Latina, los Estados Unidos que se habían aislado y Chávez que estaba queriendo entrar con mucha fuerza, entonces Insulza se lanzó en brazos de Chávez. Y lo más terrible que hizo fue que castró a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH). Me estabas preguntando por los instrumentos, y la Declaración Americana de los Derechos Humanos es el otro instrumento fundamental para la defensa de la democracia.

¿Cómo castró Insulza a la Comisión?
La llenó de un montón de gente irrelevante, intrascendente. La CIDH durante los ochenta a nosotros nos salvó la vida aquí en Nicaragua. Por todos lados hacía sus informes anuales. Ahí tengo los informes de la CIDH sobre la situación de derechos humanos en Centroamérica, El Salvador, Nicaragua y todo. Y eran informes contundentes. Después hubo varios juicios que se llevaron a la Corte Interamericana de Justicia, que está en Costa Rica, pero Insulza le bajó totalmente el volumen. Por eso l castró, le quitó el filo, la garra que tenía la Comisión. Y por eso la Comisión se volvió irrelevante. No han habido importantes avances en derechos humanos. Y ese es uno de los puntos fundamentales. ¿Qué es lo que está diciendo Maduro en Venezuela? “Yo estoy aquí defendiendo la soberanía nacional”. Él no está defendiendo la soberanía porque él está violando los derechos humanos. Y están amparados por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Declaración Americana. No es asunto de soberanía que un gobernante pueda violar los derechos humanos. Está fuera de discusión. El Estado está obligado por su propia constitución a respetar los derechos humanos. Pero entonces ellos argumentan de que defienden la soberanía nacional. Todos los tiranos han argumentado la defensa de la soberanía nacional, pero en el fondo lo que defienden es su propio poder.

¿Pero la OEA puede hacer algo por el pueblo venezolano, para sacarlos de la crisis humanitaria?
Es que depende. En Nicaragua la OEA nos ha sacado de todos los grandes problemas. Le pidió la salida a Somoza en julio de 1978. Ahí literalmente dice que se le pide la renuncia al presidente Anastasio Somoza Debayle. ¿Qué mayor injerencia que eso? Y fijate que esa vez los sandinistas concurrieron a la OEA. Panamá aceptó incluir al padre Miguel D’Escoto, que después fue ministro de Relaciones Exteriores. Lo incluyó en la delegación de Panamá para que tomara palabra en el Consejo Permanente de la OEA y acusara a Somoza. Y fueron a pedirle a la OEA para que acusara a Somoza. Los mismos sandinistas. Entonces ahora cómo ellos voltean el argumento de esos años y ahora llegan a defender a Maduro… Hay un doble estándar. La OEA a nosotros nos ha servido. En Venezuela posiblemente la OEA va a tener muy poca injerencia. Con la aplicación de la Carta Democrática le puede quitar la representatividad, la presencia en el Consejo Permanente a Venezuela.

José Luis Velásquez, exembajador de Nicaragua en la OEA. LA PRENSA / Jader Flores.
José Luis Velásquez, exembajador de Nicaragua en la OEA. LA PRENSA / Jader Flores.

¿Y eso en qué afecta al gobierno de Maduro?
Que lo deja totalmente en entredicho y le impone una sanción. Puede suspenderlo.

¿Hacia estos pasos se dirige la OEA ahorita, hacia la suspensión?
Hacia esos pasos.

¿Qué implica que Venezuela sea suspendida?
Quedás como un paria violador de la democracia y violador de los derechos humanos. Y eso tiene una connotación que ya lo vimos también con el senador Marco Rubio que estaba hablando de suspender la ayuda a los países que no apoyen la propuesta (en las votaciones para suspender a Venezuela). Pero eso significa también que cada uno de los países puedan imponer sanciones directas. Estados Unidos te puede bloquear el acceso a las fuentes de financiamiento, te puede establecer un bloqueo comercial como el que tuvo Nicaragua y el que tuvo Cuba. Ya son acciones bilaterales de los gobiernos que también quedan abiertas. Una vez que estás suspendido, si no accedés, te van apretando las tuercas. Cada quien te va ir cerrando la llave.

¿Hasta que haya nuevas elecciones generales para buscar otro gobierno venezolano?
Es que no lo va poder mantener. Yo te voy a decir aquí entre nos lo que va a pasar con Venezuela. Va a tener una guerra civil o un conato de guerra civil que lo va interrumpir un golpe de Estado del Ejército. ¿Por qué? Muy sencillo. ¿Quiénes han propiciado todo este conflicto de Venezuela? La relación con los Castro, de La Habana. Cuba ha sido la mayor beneficiaria del desastre de Venezuela. Venezuela le ha dado a Cuba aproximadamente ocho mil millones de dólares durante todo este tiempo. ¿Y qué es lo que saben hacer los castristas? Donde han llegado los castristas durante los 60 años que gobernó Fidel Castro, vos podés ver el rastro de sangre que han dejado: fueron a Angola, guerra civil; fueron a Mozambique, guerra civil; vinieron a Nicaragua, guerra civil. Y ahora en Venezuela. Porque es lo único que ellos saben hacer. Lucha de clases, acentuar los conflictos internos de los países. Y son expertos en los controles sociales por medio de las turbas, la seguridad del Estado, la propaganda, etc. Las técnicas totalitarias de ejercer el poder ellos las manejan a la perfección. Y eso es lo que ha sostenido a Maduro. Y no estoy haciendo un pronóstico. No quisiera que pusieras que estoy haciendo un pronóstico. Lo único que estoy haciendo es una exploración de lo que pudiera ser el futuro de Venezuela de acuerdo con el pasado. Pero esto va a seguir caminando porque se mostró que hay un consenso importante. ¿Quiénes fueron los países que no votaron? El Salvador, República Dominicana y los países pequeños del Caribe. Las islitas, que son dependientes del petróleo a través de Petrocaribe.

¿Ha cambiado la alianza que tenía Venezuela, que antes contaba con apoyo de Argentina?
Por supuesto, y vamos a ver lo que pasa con Ecuador. Quiere decir que el socialismo del siglo XXI viene en receso. Los aliados que tuvo Venezuela en la sesión fueron Nicaragua y Bolivia. Viste que El Salvador actuó prudentemente. Pero la alianza dura que queda en el Alba es el triángulo Venezuela-Bolivia-Nicaragua.

¿Esto que hizo Nicaragua de oponerse a lo que desea Almagro para Venezuela no es incoherente, tomando en cuenta que hay un acuerdo entre el mismo Almagro y Ortega?
Por supuesto, porque has hecho un compromiso con el secretario general a que te ayude internamente a resolver los problemas que hay, pero por otro lado te estás oponiendo a que el mismo secretario general colabore con Venezuela. Vas dando el alegato de que violaría la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, ¿entonces quiere decir que el Gobierno de Nicaragua está incumpliendo con soberanía nacional al hacer estos acuerdos con Almagro? O sea que aquí hay una incoherencia en política exterior bien grande. Entre lo que te conviene internamente y lo que te está pidiendo tu aliado.

¿Esto puede afectar la relación de Almagro con Nicaragua, el memorándum de entendimiento?
No, no creo que la vaya a afectar… Aunque, como Ortega es impredecible, también podría decir en un momento: “Bueno, usted se está metiendo en Venezuela también, ¡váyase al carajo!”

¿Realmente cree que Ortega haría eso?
Lo que pasa es que Ortega necesita en este momento los acuerdos de la OEA, porque mal que bien le están dando un respiro de tres años. Entonces Ortega, si es un hombre inteligente, no va tomar la decisión en los zapatos de Maduro. La tiene que tomar en sus propios zapatos.

“En Nicaragua la OEA nos ha sacado de todos los grandes problemas. Le pidió la salida a Somoza en julio de 1978. Ahí literalmente dice que se le pide la renuncia al presidente Anastasio Somoza Debayle. Y fijate que esa vez los sandinistas concurrieron a la OEA”. José Luis Velásquez, exembajador de Nicaragua en la OEA.

José Luis Velásquez, exembajador de Nicaragua en la OEA. LA PRENSA / Jader Flores.
José Luis Velásquez, exembajador de Nicaragua en la OEA. LA PRENSA / Jader Flores.

¿Qué le sirve más a Ortega, seguirse acercando a Almagro y usar estos tres años o seguir siendo amigo de Venezuela y esperar más petrodólares?
Es que Ortega está esperando. Él no toma una decisión. Él no está ni negociando ni confrontándose definitivamente. Él es un pescador en este río revuelto, porque lo que tenemos en este momento en el mundo es un gran río revuelto. La incertidumbre que hay en Estados Unidos, lo que está pasando con Corea del Norte, el empuje de China, la presión con Rusia, lo que está pasando con el “Brexit”… Y río revuelto, ganancia de pescadores. Entonces Ortega está esperando. Él ganó la partida interna porque disolvió a la oposición, la desintegró. Entonces si hablamos de conveniencia política yo veo que a él le conviene más tomar esta oferta de tres años que le permite respirar y ver si puede resolver el problema de la legitimidad de su sucesión. Quién le va suceder en el poder. Ya ves Somoza, fue una sucesión familiar. Aquí vos tenés a Rosario Murillo y después no sabemos a qué línea de la familia se podría ir. Supongamos que lo hace, pero ya tiene un problema interno en el partido: los rosaristas contra los militantes históricos. Ahí vendría una división, porque si bien es cierto que ganó enormemente al desbaratar la oposición, si no tenés oposición creíble, ¿con quién negociás? ¿A quién le echás la culpa de tus desastres? Entonces inmediatamente perdés compresión interna de tu organización porque ya no tenés con quién pelear y empiezan a abrirse las grietas internas. Vos tenés que visualizar en el juego de ajedrez, si sos un estratega, tu última jugada. Ortega solo ve su jugada el día de hoy, pero no ve su jugada a futuro. El día de hoy lo ganó. Pero no le asegura el futuro.

¿Es criticable la posición de Luis Almagro al decir A para Venezuela y B para Nicaragua?
Es que las condiciones son distintas. En Venezuela la situación está más madura. No hay dos situaciones políticas idénticas. Es cierto que son dos situaciones donde están en juego principios, están en juego derechos humanos, democracia, y son dos gobiernos autoritarios que pertenecen a la misma corriente. Pero las circunstancias de cada uno son distintas. En Venezuela mal que bien tenés una oposición. Tenés una Asamblea que está siendo totalmente subyugada con las últimas medidas, pero la Asamblea está ahí. Tenés una empresa privada que es fuerte. Y la gente en la calle. Las presiones en Venezuela son más fuertes. En Nicaragua todavía no han madurado. Almagro no se puede tirar sin paracaídas. Sería bien irresponsable que venga Almagro y se tire sin paracaídas. Yo creo que hay que entender los plazos políticos.

Pero Ortega está en un cuarto período presidencial y controla todos los poderes. ¿Eso no es condenable para la OEA?
Sí, pero tenés en Venezuela también una situación parecida del gobierno que ha venido resistiéndose al revocatorio, que ahora se resiste a una convocatoria democrática, pero fundamentalmente los plazos son distintos y los actores están en otras situaciones. Esta situación de Nicaragua va a madurar. Yo creo que no hay que ser muy duro con Almagro. Mucha gente se le ha tirado al pescuezo. Vas a todos los países de Centroamérica, hablás con la gente, y te dice: “Yo quisiera que Ortega fuera el presidente de El Salvador o de Guatemala. Ustedes están muy bien. Está creciendo la economía, los índices de criminalidad están muy bajos y se están quejando”. Entonces todavía habría bastante resistencia en la OEA. Quién sabe si se lograrían esos 20 votos que votaron con Almagro para la situación con Venezuela. Hay que respetar la autodeterminación de los pueblos y el pueblo nicaragüense está contento con lo que tiene, porque no se rebela. Está tranquilo. Este pueblo no da para más, como dicen algunos. Otra cosa que hay que entender es que Almagro tiene sus programas, como todo político, y depende de las cosas que haga bien, incluidas las de aquí, para organizarse políticamente en otro lado. Ellos son políticos que están actuando con intereses claros. Y ninguno de ellos quiere perder o pasar como fracasado.

Le puede interesar: Exembajadores critican secretismo de la OEA sobre acuerdos con Nicaragua


Plano personal

José Luis Velásquez Pereira nació en León hace 65 años.
Está casado con Martha Esperanza Arce y tiene dos hijas y un hijo.
Sacó una licenciatura en Derecho en su ciudad natal, una maestría en Gobierno en la Universidad de Essex, Inglaterra y un doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de Arizona.
Estuvo fuertemente ligado a la Resistencia Nicaragüense. Representaba a Arturo Cruz, líder de las fuerzas ARDE, en Costa Rica. Estuvo exiliado y regresó a Nicaragua en 1989.
Le gusta la cocina. Sobre todo “combinar recetas italianas con hongos portobello y vino”.
Lo más asqueroso que ha comido —dice— fue cachos de ternero en salsa en un restaurante vietnamita de París.
Su hobby es andar a caballo. Practica equitación en una finca de sus suegros, en Ticuantepe.


José Luis Velásquez, exembajador de Nicaragua en la OEA. LA PRENSA / Jader Flores.
José Luis Velásquez, exembajador de Nicaragua en la OEA. LA PRENSA / Jader Flores.

Puede interesarte

COMENTARIOS

  1. Celia Maria Mcoy
    Hace 6 años

    muy interesante la verdad este señor se mira que sabe mucho saludos jaja

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí