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La tortuga Paslama es una de las más apetecidas por sus huevos. LAPRENSA/CORTESÍA

Tortuguillos lograron llegar al mar gracias al desarrollo de dos viveros

Más de 36 mil tortuguillos lograron llegar al mar gracias al desarrollo de dos viveros, que cuentan con la asistencia de comunitarios, cercanos a la zona de amortiguamiento del Refugio de Vida Silvestre La Flor

Más de 36 mil tortuguillos lograron llegar al mar gracias al desarrollo de dos viveros que cuentan con la asistencia de comunitarios cercanos a la zona de amortiguamiento del Refugio de Vida Silvestre La Flor (RVSLF), como parte de la apuesta por la conservación de los recursos naturales y generación del turismo ecosostenible.

Ese es el enfoque principal del proyecto Emprendimiento y Liderazgo en Turismo Ambiental (Ellas) que se desarrolló en cuatro comunidades de ese lugar: Ostional, Collado, Escamequita y Tortuga, explicó Maritza Rivera, coordinadora del proyecto Ellas.

De acuerdo con Rivera, la iniciativa identificó que había potencial para el turismo en la zona, pero que se debía poner el valor a todos los recursos naturales con el propósito de promover un turismo diferenciado, para un público interesado en la conservación.

Es por tanto, que uno de los indicadores claves fue el cuido de las tortugas, para lo cual se monitorearon cinco playas: Guacalito, El Coco, Ostional, Escameca Grande y Brasilón, donde se vigiló la eclosión de las tortugas, con mayor énfasis en la paslama, ya que sus huevos son los más apetecidos en los restaurantes y la población estaba acostumbrada a extraerlos, explicó Rivera.

A la par de la protección a las tortugas, también se actualizó el plan de manejo del refugio. Una de las acciones que se priorizó es el cuido a los arrecifes coralinos, puesto que estos se emblanquecen por efecto de la incidencia del incremento de las temperaturas en el mar, como efecto del cambio climático, y por ende, tiene un impacto en la fauna marina, dijo Rivera.

Este proyecto también incluyó un componente de sensibilización, en el que se involucró a 100 comunitarios, a quienes se les brindaron capacitaciones en buenas prácticas ambientales. La iniciativa con enfoque ambiental fue ejecutado por la organización Paso Pacífico y contó con el financiamiento del Fondo Multilateral de Inversiones. El total del presupuesto destinado fue de 1, 380,761 dólares.

Población reconoce explotación de recursos

En el Ostional, una de las comunidades con las que se trabajó, las personas expresan que antes, los ostiones se encontraban a la orilla del mar, y ahora no, explicó la también bióloga Rivera. Este dato es transmitido por la población, quienes mencionan que algo ha cambiado, y ahora están conscientes que no han hecho un buen uso de los recursos naturales.

Un total de 18 mujeres de esa comunidad son las encargadas de un proyecto, que esta en etapa experimental, pero consiste en promover la producción de ostias, siempre cuidando de la restauración de las poblaciones existentes.

También se creó una asociación integrada por 35 buzos, a quienes se les informó sobre la necesidad de conservar los recursos marinos, y se espera que se desarrolle una propuesta para hacer una zona, como una especie de veda, para dejar “respirar” el recurso.

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