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LA PRENSA/ Melvin Rodriguez

Feligreses participan del tradicional Viacrucis de las alfombras en Boaco

Cruces, cáliz, corazones, flores y aves fueron plasmados en las alfombras que representan cada una las estaciones del Viacrucis, el cual inició en la salida hacia Managua y concluyó en la iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

Feligreses representaron este Viernes Santo la travesía de Jesús hacia el calvario en las tradicionales alfombras que adornan el recorrido del último Viacrucis de la Semana Mayor en la ciudad de Boaco. Es el primer año que monseñor Leonardo Rodríguez, actual párroco de la iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, participa de este acto religioso y señaló que este esfuerzo representa el empeño de la feligresía hacia el Señor.

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“Quiero agradecer a las personas que se han esmerado por hacer estas alfombras, eso demuestra el empeño que nuestros fieles tienen hacia nuestro señor Jesucristo, no tengo quejas, se ve muy bonita la participación de nuestros feligreses en este Viernes Santo donde meditamos la pasión de nuestro Señor”, agregó.

Cruces, cáliz, corazones, flores y aves fueron plasmados en las alfombras que representan cada una las estaciones del Viacrucis, el cual inició en la salida hacia Managua, posteriormente recorrió la calle central, la subida hacia el parque José Nieborowski hasta regresar a la iglesia.

Hace doce años que inició la tradición de representar la pasión de Cristo a través de pintorescas alfombras elaboradas artesanalmente con aserrín. La preparación de las alfombras inicia a las tres de la mañana, aunque otras personas optan por iniciar antes.

“Es una experiencia nueva para mi ver en esta ciudad las alfombras, muy bonitas, esperamos que se mantengan y se difunda este arte que hacen las personas que las elaboran. Es el último Viacrucis, ya nos aproximamos a celebrar el gran misterio de la resurrección, el triunfo de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte (…) Empezamos el tiempo de Pascua, que significa paso de la muerte a la vida, porque Cristo venció la muerte, el pecado, eso tiene que ser para nosotros motivo de alegría”, concluyó el sacerdote.

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