14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
LAPRENSA/OSCAR NAVARRETE

LAPRENSA/OSCAR NAVARRETE

Luis Harold Agurto en versos póstumos

Teatristas dan a conocer poema de Luis Harold Agurto, texto premonitorio de su muerte, asimismo escriben poemas que exaltan su memoria y su personalidad como actor y dramaturgo de relevancia en el país.

La muerte inesperada del dramaturgo y actor Luis Harold Agurto impactó la comunidad de actrices y actores del país, quienes recientemente rindieron un tributo en el lobby  del Teatro Nacional Rubén Darío.

Quienes además de exaltarlo como el dramaturgo más prolífero de los últimos tiempos, abrieron espacio para leer el poema Si he de morir quiero que sea de tarde, del mismo Harold Agurto, texto premonitorio que publicó en su Facebook en 2014.

También la actriz y dramaturga de textos infantiles Zaida Urbina dio lectura al poema Cerraste el telón antes de tiempo, con versos de asombro y ternura.

Y en estos días el actor y dramaturgo español Javier Amor, su escrito Elegía a Luis Harold, con versos de dolor y exaltación de su personalidad ante su partida.

En la última entrevista que le hizo LA PRENSA, Harold Agurto reveló que para este año pensaba publicar su libro Cuentos cortos para reflexiones largas, y que tenía por concluir su novela Cartas a Laura.

Agurto escribió más de cuarenta textos teatrales, ocho publicados en el libro Luis Harold Agurto Antología, en 2013. Otros de sus libretos y monólogos forman parte de prestigiosas antologías como Nuevos Dramaturgos.

Sus obras, además de haber sido presentadas en Estados Unidos, México, España, Guatemala, El Salvador y Costa Rica, fueron traducidas al inglés, francés y holandés.


Si he de morir quiero que sea de tarde

Por Luis Harold Agurto

Si he de morir quiero que sea de tarde
cuando las hojas caen con el beso del viento
cuando el sol se pone tierno y alguna campanada de iglesia
marca una hora precisa.
Si he de quedarme dormido tras el beso apacible de la  mano y la guadaña
quiero dejar todo dispuesto:
tus besos,
tus palabras,
la mirada tan mía que llevas por dentro
tus pasos que se aproximan
mi corazón inquieto cuando te marchas con prisa.
Si he de vaciar mi aliento como se escurre el aceite en la  lámpara que tilita;
si he de cerciorarme que ya no tengo más días
solo he de pedirte un último consuelo…
no vayas a sellar mi tumba
ni cierres tus ventanas
no sea haya muerto de amor por vos y resucite al tercer día
como Cristo que venció a la muerte
como entonces yo que habré vencido al amor.
(18 de septiembre, 2014)


Cerrastes el telón antes de tiempo

Por Zaida Urbina S.

A: Luis Harold Agurto In memoriam
Hoy el día siguiente… que no despiertas
Hoy que amanecí… no amanecí
porque dormías aún.

Estoy como aturdida
sin escuchar los verdaderos
ruidos cotidianos…
todo se queda congelado
como en una de nuestras escenas.

Sé que es diferente…
porque siento el pecho
como el buche de una paloma que gime
que eriza sus plumas
bajo su alero.

Se te pasó la mano, amigo…
cerraste el telón mucho antes
que terminara tu obra…
es que siempre sorprendías
con tu genio e ingenio,
tu segundo sentido del humor
murmurando, morcillando…
casi no te entendía… pero me reía.

Tus letras, querido amigo,
convertidas en escenas
que dan vida al alma
y al movimiento.

Tus poemas eternos
porque eran suspiros
transformados en la ficción inalcanzable…
Tu gran amor.
Hoy, el día siguiente
que aún no despiertas
me pondré una blusa blanca
para no asustar tu sueño
que imagines
a una serena nube que te arrulla.

(2 de abril, 2017)


Elegía a Luis Harold

Por Javier Amor

Fecundo y obsesivo;
llenando cuadernos en la madrugada
con tu letra apretada
todos y cada uno de los días.

Niño polígrafo
y creador prolífico,
te fuiste acompañado de otro “enfant terrible”
pero solo.
A Yevtushenko ya le tocaba el turno
pero en ti la partida prematura
dolía, aunque la última mañana nos dijeras
que tus metas habían sido ya cumplidas.
En vano buscó Yevtushenko entre la niebla;
nunca os encontraríais
porque el sino del poeta
es ascender a las constelaciones
terriblemente solo.

Amado y admirado
pero solo.
Airado o indignado
pero solo.
Detestado, envidiado
por ese porte torero
que creó escuela estética,
y sin embargo solo.

Así que solo enfrentaste la jungla del asfalto
-finta imposible ante la fatal acometida-
el toro de la vida
se cobraba temprano tu sarta de laureles.

Los artistas dolientes te cercaron
en honras fúnebres archimerecidas
pero tú seguías solo
en medio de las solemnidades
sin entender del todo
el caudal de lágrimas vertidas.

Fue entonces cuando abriste el cofre sellado con tu sangre
y ante un rumor de asombro
pontificaste brevemente
con tu característico sarcasmo:
“Mientras aprovechen la mitad de lo que he/ escrito
yo no me habré ido”.

Y fuese y no hubo nada
más que un millar de pechos afligidos.
(Altamira, abril 2017)


 

Cultura Luis Harold Agurto teatristas versos póstumos archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí