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La Prensa

La destrucción del medioambiente

El 22 de abril se celebró el Día Internacional de la Madre Tierra, auspiciado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) con el propósito de “recordar que el planeta y sus ecosistemas nos dan la vida y el sustento”. “Con esta celebración —dice la ONU— admitimos la responsabilidad colectiva… de fomentar la armonía con la naturaleza y la Madre Tierra para alcanzar el equilibrio justo entre las necesidades económicas, sociales y medioambientales de las generaciones presentes y futuras”.

Aparte de la responsabilidad colectiva de los gobiernos, de cuidar el medio ambiente, consignada en las declaraciones internacionales, también existe la obligación particular de cada Estado de protegerlo mediante las debidas políticas y prácticas de gobierno. Sin embargo, no es eso lo que hace el régimen de Nicaragua, que ni siquiera quiso firmar el Acuerdo de París en 2015 contra el Cambio Climático —la peor amenaza global contra la vida de la gente— adoptado por casi todos los países del mundo.

No es con actos públicos festivos y fachadistas que se protege el medio ambiente, menos con manifestaciones progubernamentales de intimidación contra los campesinos que luchan contra el proyecto canalero, los que sí defienden la tierra y el agua que constituyen el único gran tesoro natural de Nicaragua.

El científico medioambientalista, doctor Jaime Incer Barquero, dijo a LA PRENSA en vísperas del Día de la Madre Tierra, que en Nicaragua hay “una destrucción del medioambiente, que significa una destrucción de la calidad de vida de los nicaragüenses”. El doctor Incer Barquero, quien es asesor presidencial para los temas del medioambiente pero sus recomendaciones no son atendidas, advierte que la pérdida de los boques significa “escasez de agua, mayor contaminación del aire y pérdida de flora y fauna”.

LA PRENSA ha informado al respecto que “De acuerdo con datos del Instituto Nacional Forestal (Inafor), la superficie del país es de 13 millones de hectáreas y aproximadamente el 25 por ciento (3,254,145 hectáreas) está cubierto de bosques”. Pero solo en el período de 2011 a 2016, según el oficial de industrias extractivas de la ONG ambientalista Centro Humbolt, Jurgen Guevara, “se ha perdido más de un millón de hectáreas de bosque, siendo las más afectadas la reservas de biosfera”. Y agrega el experto que solo en la reserva natural de Bosawas se han perdido más de 67 mil hectáreas de bosque, donde ahora se desarrollan actividades de agricultura extensiva.

“Los bosques —dijo el doctor Incer Barquero en mayo del año pasado, durante un foro sobre ética y ambientalismo— hacen posible que haya agua, hacen correr las fuentes, los ríos y los lagos”. Y agregó que hay áreas protegidas, supuestamente declaradas protegidas, por eso, nuestro desarrollo requiere conservar esa biodiversidad”.

Pero los gobernantes no hacen eso. Como dijo también el doctor Incer Barquero en aquella ocasión, lo que hacen son “manifestaciones faranduleras, llenas de falsedades, (que) realmente no construyen un principio de cambio” en favor de la protección del medioambiente.

En esas manos están la gente y la naturaleza de Nicaragua.

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