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En Letra Pequeña

Nosotros tenemos mucho que ver con la charanga del chavismo en Venezuela. Nicaragua no tiene petróleo con que financiar un gobierno populista, pero Ortega encontró una mina en el chavismo

Venezuela

“El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero… de los demás”, dijo Margaret Thatcher. Ahí está Venezuela para demostrar lo acertado de la frase. Mientras hubo un gobierno populista que repartía comida, casas y trabajos, el chavismo fue mayoría en Venezuela. Hugo Chávez ganó con bastante claridad casi todas las elecciones en las que participó. ¿Era un régimen democrático? No. Solo era un régimen autoritario, populista, que se sometía a elecciones con la garantía de que iba a ganarlas. Si hubiese existido la posibilidad que la oposición le quitara el poder mediante elecciones, Chávez mismo hubiese buscado alternativas, negándolas como hace Maduro ahora o con procesos amañados como ha hecho Ortega desde que regresó al poder.

Charanga

Nosotros tenemos mucho que ver con la charanga del chavismo en Venezuela. Nicaragua no tiene petróleo con que financiar un gobierno populista, pero Ortega encontró una mina en el chavismo. Cada año recibía año un promedio de 500 millones de dólares que utilizaba como le venía en gana. Y si bien se dejaba buena parte en la bolsa, con otra parte repartía casas, comida, negocios, pensiones, dádivas que compraban voluntades. Pero esa fiesta ya se acabó, o al menos está por acabarse.

Tarjetazos

A Ortega le está pasando lo que nos ocurre a muchos de nosotros cuando agarramos una tarjeta de crédito. Al principio todo va bien. Nos damos gusto y resolvemos problemas a tarjetazo limpio, de tal forma que vivimos una bonanza ficticia. Durante unos meses tenemos nuestro salario más lo que le metemos a la tarjeta. Hasta que llega ese día que la topamos y ya no solo no la podemos seguir usando, sino que tenemos que sacar de nuestro salario para pagar la deuda y los intereses acumulados. De los 500 millones que le llegaban a Ortega, el año pasado recibió cerca de 100 millones, y este año será menos. No solo eso, este año debe pagar más de 200 millones de esa deuda charanga. O sea, debe pagar más a Venezuela de lo que recibe. Igual que nos pasa cuando mal usamos la tarjeta de crédito.

Vacas flacas

Cuando se decía que iba a llegar una temporada de vacas flacas, no era un manifiesto de intenciones. Es matemáticas. Si usted se saca la lotería y por ello se dedica a gastar más de lo que gana, podrá convertirse en el “tío bueno” de la familia por un tiempo, pero si ese dinero no está produciendo nada, en algún momento se terminará. Es matemáticas. En Nicaragua se le está acabando el dinero al “tío bueno”. Se evidencia en la transferencia acelerada de los programas sociales al presupuesto de la República, o sea a nuestros impuestos, en los planes de austeridad que se han ordenado en todas las empresas del Estado que antes botaban dinero a manos llenas y en la disminución de la capacidad de propaganda. ¿No se han fijado acaso que hasta las camisetas sicodélicas poco se ven ya? Viene la temporada de vacas flacas. Es matemáticas.

Garrote

Daniel Ortega solo tiene imaginación para dos tipos de gobierno: o populista autoritario o represor autoritario. Para el primero necesita tener dinero ajeno que repartir, y para el otro necesita tener a la Policía y al Ejército alineado y comprometido, todas las instituciones controladas y, de ser posible, una ley que legalice la represión. Para ese escenario ya está preparado. O sea, es matemáticas también que si la filosofía de Ortega fue siempre la de “garrote y zanahoria”, pues estamos entrado en la fase donde se acabaron las zanahorias y queda el puro garrote, como en Venezuela.

Nicaragua

Mirémonos en el espejo de Venezuela. Los venezolanos no están en la calle solo porque quieren elecciones. Están en la calle porque hay hambre en sus casas, faltan medicinas y tienen un gobierno colapsado que no quiere dejar el poder. Las elecciones son la alternativa pacífica que tiene el chavismo para dejar el poder por las buenas antes que solo quede dejarlo por las malas. O llega lo uno o llega lo otro. Así que cuando oigo decir a unos, “pobre Venezuela, las que está pasando”, yo me digo, y ojalá, de corazón, me equivoque: Venezuela ya está saliendo, pobre Nicaragua que apenas está entrando.

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COMENTARIOS

  1. Carlos Arana
    Hace 7 años

    Las juventudes orteguistas, los motorizados paramilitares,la policía y el ejército, todos ellos tienen boca y familia que alimentar al verse ortega que tener que escoger a quien les va a repartir los poco que le va a quedar ahí si se va a ver que los guardias nacionales se les va a voltear

  2. observador
    Hace 7 años

    Ya nadie comenta. Porque los nicaragüenses están trabajando, saben que ningún gobierno los sacará adelante, sino, ellos mismos.

  3. Pancho Madrigal
    Hace 7 años

    Mas temprano que tarde la Hacienda Nicaragua seguirá el mismo camino que Venezuela. Se acabaron las vacas gordas y no hay de dónde exprimirle más leche. La regaladera del gobierno de Maduro al rey Ortega se acabó. Si no tienen dónde caer ellos muertos, menos que mantengan a comensales en la Hacienda Nicaragua. Cada día que pasa habrá más recortes en los programas sociales con los que compra la conciencia de los nicaragüenses. Se crearán nuevos impuestos y se aumentarán los actuales. El crecimiento económico se estancara. Se reducirán sustancialmente las excepciones de impuestos así como los libres de impuestos. La migración a Costa Rica, Panamá y España aumentará vertiginosamente. Las remesas de Estados Unidos bajarán cortesía de la política de expulsiones del defenestrado de Trump. La cooperación de los gobiernos amigos continuará en picada. Una vez que entre en efecto la Nica Act, adiós a futuros préstamos blandos a Nicaragua, a menos que sean a onerosas tasas de interés con China o papá Rusia. Vendran las protestas, los gases lacrimógenos, los apaleados y torturados, los desaparecidos, los presos políticos, las turbas zombies de la Juventud NaziOrteguista, los asesinos motarizados del régimen, los gorilas robocops, las tanquetas, las balas de hule —para posteriormente cambiarlas por balas de plomo—. Lo que viene no es jugando. Espero que Dios se apiade de la pobre Hacienda Nicaragua.

    1. fidelcuba
      Hace 7 años

      Hombre Pancho vos sos vidente??? esas profecías que decís, desgraciadamente creo que será un hecho, Dios se apiade de nuestra bella tierra que no se derrame más sangre de nuestros jóvenes, que Ortega recapacite antes de llegar a esos extremos.

    2. Pancho Madrigal
      Hace 7 años

      Como quisiera equivocarme pero todos las señales estan ahi. Historicamente los nicaraguenses salimos de un dictador para meternos a otro peor. Masoquismo total al estilo nica! Ortega y sus secuaces son sedientos de poder y fortuna y no saben cuando ni como aflojar la soga con que nos estan ahorcando hasta que la olla de presion reviente. Dios salve a mi paisito.

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