Al otro lado del teléfono, Juan Carlos Ramírez parece tan contento, tan agradecido de sus dones y de la oportunidad de usarlos, que nada logra alterarlo. La inseguridad que propone el fracaso o la vanidad que sigue al éxito, no tienen cabida en sus pensamientos por ahora.
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“Estoy agradecido de Dios por el salto que ha dado mi carrera y tengo la ilusión de que lo mejor está por llegar. Pero no me puedo descuidar. Debo seguir trabajando duro para seguir creciendo. Eso es lo que me ha llevado a este momento”, dice el espigado tirador derecho.
Armado de imponentes disparos, que no solo han pulverizado la inconsistencia, sino que permiten mirar hacia el futuro con un gran optimismo, Ramírez ha dado un vuelco en su carrera y viene de realizar una monumental faena ante los Atléticos de Oakland.
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¿Cómo se explica tu mejoría?
Trabajé duro durante las vacaciones, amplié mi repertorio con una curva grande y aprendí a confiar más en mí mismo. Pero también el equipo me ha mostrado su aprecio y me siento como en una familia.
¿Cómo mejoraste la curva?
La practiqué todos los días en el campo de la Unica y con la ayuda de Gustavo Martínez logré dominarla. A veces me salía bien, a veces no, pero nunca dejé de ensayarla, al extremo que al viajar, la tenía lista.
Tu arma grande es la recta, ¿no?
No, ahora es el control, es decir, la capacidad de tirar lo que yo deseo dónde deseo. Resalto la curva porque antes yo solo era recta y slider. Ahora tengo algo más para los bateadores que solo esperan mi recta.
¿Te sentís cómodo abriendo?
Muy cómodo, me gusta mucho y sé que debo aprovechar esta oportunidad. Cada día me digo a mí mismo que sí lo puedo hacer y trabajo con entusiasmo. Yo sé que puedo.
¿Volver al bullpen te golpearía?
Para nada. Estoy mentalizado para estar en Grandes Ligas, no importa el rol. No sé cuántos juegos más voy a abrir, pero cada vez que lo haga, iré con todo lo que tenga en el brazo.
¿Te has trazado alguna meta?
Sí, me gustaría lanzar más de 100 innings. Lo primero que le pido a Dios es que me mantenga saludable. Si tengo salud, sé que soy capaz de superar ese objetivo.
¿Cómo te ven los fanáticos?
Me los he ganado. Siento que me aprecian, pero quizá lo más especial es que estoy comenzando a ver más fanáticos con camisas de Nicaragua y eso me emociona.
Aquí, el país está emocionado…
Sí, lo sé. He recibido muchos mensajes de aliento y percibo el deseo de todos de que me vaya bien. Yo lo quiero hacer bien. Sé que hay gente que se emociona con lo que hago y eso me motiva a prepararme más para lucir mejor cada vez que tenga la oportunidad de subir al montículo. Ese es mi mayor deseo.
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