De un lado a otro, los niños se pasan el pequeño cerco de alambre de púas que separa la escuela Susana Gómez del resto del barrio Jorge Smith, en Boaco. A primera vista, parece una escuela abandonada de puertas resquebrajadas y ventanas tapadas con plástico negro que impiden observar lo que pasa en su interior.
Adentro del recinto, unos treinta niños reciben clases, algunos de primer grado, otros de segundo grado y ahora los niños de preescolar que se apretujan en una esquina en la misma sección pues las lluvias recientes arrancaron el techo a su sección, improvisada por los padres de familia con láminas de zinc.
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“Como verá, la escuelita está en pésimo estado y sería bueno que la repararan”, comentó Santos Toledo, quien llegó a traer a su hija al centro escolar. Hace dos años que tiene a su pequeña en esta escuela y desde entonces la situación es la misma.
“No tenemos las condiciones”
“Esta no es la condición ideal, pero uno como pobre que es pone a sus bebés aquí, porque para mandarlos a la ciudad tenemos que pagar la ruta diario y no tenemos las condiciones”, agregó Toledo.
Hace ocho años que el recinto fue construido al borde de un barranco, casi al fondo del barrio Jorge Smith. Según otros padres de familia, desde entonces la escuela estaba mal hecha.
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Ahora, con el pasar del tiempo las necesidades del centro han aumentado: las puertas y los pupitres destruidos, los niños en una sola sección, faltan servicios higiénicos, malla perimetral, agua y persianas.
Los padres de familia han insistido que se debe mejorar el centro escolar, pero no han obtenido respuesta y hasta hace un mes que la lluvia arrancó el techo del preescolar se mencionó que el recinto sería reconstruido.
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niños están matriculados en el centro escolar Susana Gómez, donde se reciben dos turnos de clases, así como las modalidades de multigrado: de primer a segundo grado y de tercero a sexto.