La Policía de España detuvo a 15 miembros de una presunta red de trata de personas, quienes engañaban a mujeres nicaragüenses para llevarlas a ese país y explotarlas laboralmente. Las cabecillas de la banda son dos hermanas también nicaragüenses.
Según la Policía, las mujeres, al ser llevadas a España, se comprometían con una deuda que era imposible de saldar, por lo que muchas optaban por prostituirse y al quedar embarazadas, estas eran obligadas a abortar.
Las nicaragüenses llegaron a España por medio de las hermanas, quienes “captaban a las mujeres cuando viajaban a su país, Nicaragua, directamente o a través de un familiar. También se averiguó que todas las víctimas pertenecían al mismo pueblo, y que incluso algunas tenían parentesco con sus explotadoras”, según el comunicado.
Lea además: La nicaragüense que vivió 7 años como esclava sexual de Los Zetas y Cártel del Golfo
“Las investigadas, bajo la promesa de conseguir a sus víctimas un trabajo como empleadas de hogar, las animaban a venir a España prestándoles entre 3,000 y 3,500 dólares, de los que una parte se destinaba a la compra del billete de avión y otra para acreditar medios de vida en la frontera”, afirma el comunicado de la Policía española.
Entraban a España como turistas
Las hermanas se encargaban de todos los preparativos para que las nicas se hiciesen pasar por turistas y burlar así los controles fronterizos. Entraban a España a través del aeropuerto de Barcelona y luego eran trasladadas hasta Murcia en autobús, donde eran recibidas por algún miembro de la red.
“Posteriormente las desplazaban a un domicilio situado en la capital murciana y, tras quitarles el dinero prestado que les quedase, las alojaban temporalmente en la vivienda -en condiciones de hacinamiento e insalubridad extremos, durmiendo incluso en el suelo-, hasta que se les encontraba un trabajo doméstico donde vivían”, según la Policía.
Las nicas recibían un salario precario del que debían entregar una parte para cubrir la deuda, cuyos intereses iban ascendiendo.
Los detenidos, cuatro hombres y 11 mujeres, entre los 28 y los 56 años de edad, son originarios de Guinea, Marruecos, Bélgica, Nicaragua, Bolivia y España. Además se incautó dinero, sustancias farmacológicas, dispositivos electrónicos y abundante documentación. Serán acusados de delitos de trata de seres humanos con fines de explotación laboral, tráfico ilegal de mano de obra, favorecimiento de la inmigración irregular, relativos a la prostitución, contra la salud pública, falsedad documental, aborto ilegal y omisión del deber de perseguir delitos.