No hubo fuegos artificiales, discursos alentadores o aplausos organizados que maquillaran la tristeza generalizada que provocó el inesperado revés de Román “Chocolatito” González ante Srisaket Sor Rungvisai, el 18 de marzo pasado en el Garden de Nueva York.
En realidad, Román no perdió. Le robaron su pelea. Y cuando se intentó encontrar una explicación, las flechas apuntaron a Wilmer Hernández, joven entrenador que dirigió la preparación del “Chocolatito”. Hubo quienes lo culparon y otros sugirieron su salida.
Hernández aguantó el vendaval con estoicismo y no se ocultó a ningún cuestionamiento. “Todos coincidimos en que el fallo de la pelea fue equivocado, pero hay quienes me culpan a mí. Yo no escojo a los jueces”, argumentó, en este diálogo con LA PRENSA.
¿Cómo recibís las críticas que ponen en duda tu capacidad?
Antes me incomodaban. Luego me daban tristeza porque me parecían injustas, sobre todo porque las hace gente que nunca viene a los gimnasios, pero después de ver cómo lució Román González en la pelea y la confianza que él ha depositado en mí, me tienen sin cuidado.
¿Qué te dice Román al respecto?
Que no les pare bola (que no les preste atención), que es gente sin conocimientos y que solo pretenden crear problemas dentro del equipo de trabajo, pero que él está satisfecho con mi labor y que vamos a seguir trabajando juntos, quizá hasta que se retire del boxeo.
¿Saltaste de preparador físico a entrenador de un campeón?
Esa es parte de la confusión. Hay gente que cree que yo vine a preparar físicamente al “Chocolatito” sin tener conocimientos boxísticos, cuando yo fui peleador y trabajé con Alexis Argüello. Con Arnulfo Obando fui segundo entrenador. No soy un neófito. Sé que soy capaz”.
¿Y Román está cómodo con vos?
En privado así lo siento y en público lo ha dicho varias veces. El otro día dijo que no había tenido una esquina tan buena como en su última pelea. Significa que estamos haciendo el trabajo pero hay gente que no lo ve así y eso no lo controlo yo.
¿Qué te ha parecido Román en este reinicio en el gimnasio?
Muy bien. Creo que ya dejó atrás la frustración que le causó el haber perdido la corona y su invicto de una forma tan injusta. No debe ser fácil sobreponerse a eso, pero tiene buena actitud y va trabajando poco a poco de nuevo para volver a ser el campeón. Esa es la meta que se ha fijado y todos la compartimos en el equipo de trabajo.
¿Qué será lo diferente ahora en el entrenamiento?
Vamos a dar prioridad como siempre a la condición física, pero vamos a ensayar ciertos detalles que le permitan contrarrestar los cabezazos, que son una de las armas del rival. Una propuesta mía es iniciar peleando hacia atrás, pero veremos si eso encaja y él está cómodo.
Eso es raro, considerando que Román va hacia el frente…
Sí, pero como dije eso no es un hecho, vamos a ensayar varias opciones y así determinar la que más se adapte a su estilo. En la pelea anterior con Rungvisai yo le dije que probara algunas variantes, pero no se sintió cómodo. Vamos a ver qué es lo más conveniente ahora.
Ha habido sugerencias de aplicarle mañas a su estilo…
Eso no lo haremos. Sería desfigurar el boxeo limpio y preciso, que es la etiqueta de Román. Uno como entrenador lo que hace es afinar el talento y definir el estilo que más se adapta a las características del boxeador. Con él hay varias opciones.
¿Cómo visualizás la revancha con Rungvisai?
Una pelea dura, que exigirá al máximo a Román, pero que él podrá resolverla con más solvencia que la anterior. Ahí como ha dicho él, tiene que llegar hecho una fiera y salir en busca de un nocaut para evitar cualquier confusión. Ese es el objetivo.