En términos de estilo es elemental conocer algunas reglas para conseguir armonía en sus atuendos, basándonos tanto en la combinación como en el contraste de los tonos de colores, y sin olvidar que, en países de clima cálido como el nuestro, los tonos demasiado oscuros y algunas combinaciones durante el día no encajan.
Los tonos vivos se ven bien en el día combinados con los pasteles o claros, como el rosa vivo con un gris claro. También se ven bien con los tonos medios de colores neutros, en este caso un verde lima combinado con azul marino suave, y por la noche mejor con colores oscuros.
Los pasteles siempre son ideales para el día, vístalos de manera monocromática o en combinación con tonos oscuros y medios, como por ejemplo un celeste cielo con gris carbón o gris pardo. Para algo más informal o fresco combínelos con otros claros como el mismo color celeste acompañado de blanco, crema y otros pasteles como el rosa bebé.
Los tonos suaves (opacos) son versátiles para el día y la noche, y se llevan de la misma manera que los pasteles (luminosos). Algunos tonos medios son el gris pardo, gris medio, rosa orquídea, rojo claret, violeta suave, verde musgo, azul violáceo, entre otros.
Los oscuros para el día es mejor combinarlos con tonos pasteles y medios para looks formales, verde pino con rosa pastel o azul marino con terracota; también intensidades vivas, como negro con turquesa. Para la noche los oscuros se verán bien con vivos, pasteles y suaves; sin embargo, algunos tonos vivos combinados entre sí, como negro con rojo o naranja, se verán más nocturnos.
Si a usted le gusta combinar solamente oscuros entre sí, asegúrese de que la tonalidad de ambos no sea la misma. Evite por ejemplo negro con azul marino y prefiera negro con púrpura, que tiene más vida o azul marino con verde esmeralda mejor que con verde pino.
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