Según las estimaciones realizadas en el LII Foro del Clima de América Central, el Istmo Centroamericano tendrá precipitaciones normales en los primeros tres meses del período lluvioso; sin embargo, en una parte del Corredor Seco de Nicaragua prevalece un 35 por ciento de probabilidades que las lluvias se presentan por debajo de lo normal.
Esta situación también la comparte Honduras, ya que las lluvias no alcanzarán las medias históricas en la zona central, sur, suroccidental y oriental.
Contrario a lo que se espera en la zona del Atlántico de Costa Rica y Panamá, donde las predicciones climáticas indican lluvias arriba de lo que históricamente se ha registrado.
De acuerdo con Agustín Moreira, agrometeorólogo del Centro Humboldt, el comportamiento de las lluvias será aceptable, y es probable que en algunos casos, los registros estén por debajo de la norma histórica, lo que no significa que va a haber sequía, sino precipitaciones un poco más distribuidas, pero también se pueden presentar lluvias en un período corto que superen las normas, similar a lo que ocurrió el pasado 4 de mayo en Managua.
En el caso de Nicaragua, el pronóstico hace una observación sobre la distribución irregular de las lluvias, hecho que también ha sido estudiado por Abdel García, oficial de gestión de riesgo del Centro Humboldt, quien explicó que se debe esperar cómo se desarrolla este inicio de la estación lluviosa para evaluar el comportamiento real, ya que en el 2016 también hubo lluvias al inicio, pero después no llovió más hasta en el segundo período, dijo.
Para el facilitador de la Mesa Nacional para la Gestión de Riesgo (MNGR), Denis Meléndez, las lluvias intensas ponen en crisis al sistema de drenaje, ya que es mucha agua en un corto tiempo.
Fenómenos también inciden
A pesar de que se tengan tendencias que las precipitaciones serán normales para la región centroamericana, estás podrían ser más intensas en dependencia de los fenómenos metereológicos como tormentas tropicales, ondas tropicales o huracanes, que puedan presentarse durante la estación lluviosa, dijo Agustín Moreira, agrometeorólogo del Centro Humboldt, por ello la necesidad del monitoreo constante.