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fraudes electorales, elecciones municipales
Fernando Bárcenas

¿Conjura contra el Cosep?

En un espacio televisivo de 100% Noticias, recurrentemente se presenta un supuesto vocero del Cosep a denunciar que hay una conjura táctica para desprestigiar a José Aguerri, como presidente de la agrupación empresarial, mediante una campaña de críticas a la colusión gobernativa entre el Cosep y el orteguismo.

Pero, ¡cuidado!, cuando desde una de las variantes del poder político se habla de conjuras periodísticas, se destapa la olla de la represión oscura contra la libertad de prensa.

José Aguerri divulga a su discreción lo que llama modelo-Cosep, en distintos medios de difusión a su disposición. Mediante el cual incide en la legislación y en el gobierno del país, en función del poder económico especulativo, sustrayéndose así de un sistema de representación ciudadana universal que funciona por consulta popular (ahora completamente desarticulado por el absolutismo orteguista). Es decir, el modelo-Cosep tiene un fundamento estamental, de tipo feudal, cuyos intereses se oponen al orden jurídico moderno delineado por Locke en sus tratados sobre el gobierno civil, que concibe el poder político como expresión de la voluntad del ciudadano (no por alianzas de sectores económicos precapitalistas con camarillas aferradas abusivamente al poder absoluto).

Si alguien le leyese, a este supuesto vocero, el segundo tratado de Locke, seguramente concluiría que el más influyente pensador del siglo de las luces hace un ataque conspirativo contra el modelo-Cosep, diseñado irresponsablemente por Aguerri.

La institucionalidad no es un mandamiento moral, o un decálogo abstracto que subsiste como invocación, a la par de una praxis corporativista, sino que es una función legal, obligatoria, en el Estado moderno.

No es sorprendente que el modelo-Cosep, al margen de los aportes de la filosofía del derecho de la Ilustración, surja de un pensamiento antidemocrático atrasado, alimentado por una situación de privilegios, de exenciones y exoneraciones, de una oligarquía sin productividad, que adapta con alegría su modo de producción precapitalista a un régimen antidemocrático, fascistoide, extraordinariamente corrupto.

La combinación del atraso cultural, con el poder absoluto, genera una intolerancia a la crítica política. De modo, que este vocero del Cosep se vuelca contra la libertad de prensa, pasa por alto el debate concreto propuesto en los medios independientes, en términos filosóficos, jurídicos, políticos, económicos, periodísticos, y engloba las distintas vertientes del rechazo consciente al modelo político de Aguerri, bajo la denuncia de una conjura, como hace toda dictadura evidentemente alérgica a los análisis críticos sobre su intervención pública en la forma de gobierno.

Al atacar a los pocos medios de prensa independientes, acusándolos de coludirse en una conjura contra Aguerri, este vocero de la agrupación empresarial sostiene, a su modo, que las críticas que recibe Aguerri en los medios, carecen de valor, porque serían producidas con mala fe, únicamente para desacreditar al presidente de la cámara empresarial.

Sin embargo, hay dos elementos a resaltar. Primero, para hablar de conjura se requiere proveer elementos que la pongan al descubierto o, bien, para inferirlo indirectamente se debe demostrar que las críticas carecen de valor, y que son un simple diversionismo para confundir o distraer a la población. En otros términos, un enfoque serio no puede prescindir de una línea de argumentación que desarme contundentemente la lógica de las críticas.

Si las críticas son expresión de una concepción política contraria a la que asume Aguerri, entonces, son producto del ejercicio democrático del disentimiento racional, que el vocero antidemocrático de la agrupación empresarial ve, justamente, como conjura, ya que piensa que el ejercicio de derechos políticos es exclusivo de quienes comparten el sistema excluyente con el régimen dictatorial.

Segundo, si no hay pruebas de la conjura, ni el vocero puede hacer una refutación lógica de las críticas, la denuncia de conjura sería, entonces, una peligrosa maniobra inconfesable para atentar contra la libertad de prensa, respondiendo a la supuesta conjura con una conjura represiva real, que el vocero desearía que fuese económica, policíaca, o tenebrosa.

Es una imposición de silencio, trazada en un terreno escabroso que conduce al atentado contra la libertad de pensamiento que sufre México.
El vocero del Cosep busca, con sus ataques, que la autocensura intelectual les dé una impunidad en la ejecución del modelo político corporativo, que la dictadura hace posible por interés mutuo.

El autor es ingeniero eléctrico.

Opinión

COMENTARIOS

  1. Mauricio E. Horvilleur
    Hace 7 años

    Antes que nada, coincido con el Sr. Bárcenas de que la libertad de expresión y de prensa son derechos fundamentales que se deben de defender a todoa costa , ya que son pilares elementales para la creación del ansiado estado de derecho democrático moderno ansiado por Locke y al que todos aspiramos. Asimismo, la crítica constructiva sobre los “modelos” de interacción entre los diferentes grupos de poder en una sociedad, llámese gobierno, empresarios, partidos políticos, trabajadores y sociedad civil, enriquecen el debate de ideas. Sin embargo, no estoy de acuerdo con su su señalamiento a los voceros del Cosep de atentar contra la libertad de prensa por el mero hecho de defender sus posiciones, ya que la crítica a un determinado sector le da a este el derecho a la réplica y defensa de sus acciones. El objetivo principal de toda cámara empresarial aquí y cualquier parte del mundo es defender los intereses de sus agremiados, lo cual incluye a grandes , medianos y pequeños empresarios, y esto no es contradictorio con los principios de la defensa de la democracia representativa como el aduce. A pesar de eso, yo he oido al presidente del Cosep expresar claramente y en varias ocasiones de que no “puede haber desarollo económico inclusivo sin un estado de derecho y democracia reprensentativa y viceversa”. Por tanto, es muy injusto culpar al Cosep por las dificiencias de institucionalidad que ciertamente imperan en el país o por el gobierno que tenemos, ya que fue la inoperancia de los partidos políticos de oposición que dividieron el voto “democrático” en el año 2006, el pacto de cúpulas y la corrupción los que propiciaron el retorno del Sandismo al poder, no fueron los empresarios. Ellos tratan de hacer lo mejor que pueden, invirtiendo y arriesgando si capital y generando empleos, independiente del gobierno y entorno político en el que les toque desempeñarse.

  2. Douglas Iván González
    Hace 7 años

    ¿Cómo se llama la empresa propiedad de Don José Adán Aguerri?

  3. Franco Francisco
    Hace 7 años

    A estos empresarios,Ortega solo les reconoce derechos economicos,pero cuando alguna vez se han atrevido,a reclamar derechos que como ciudadanos con derechos integrales,tanto politicos como economicos tienen,les ha cerrado la puerta de sin siquiera voltear a verlos.y ellos,por no molestarlo,no vaya a ser mande a sus esbirros sindicateros, a hacer huelgas y asonadas,se han avenido a agachar la cabeza,o hacerse los desentendidos también…es patético,ver y oír declaraciones de un señor de la camara de comercio,un tal Mayorga,decir: Nosotros no opinamos sobre asuntos políticos,,que clase de individuo es,si hasta el limpiabotas de la calle,tiene una expresion política,a favor o en contra de algo,y espontaneamente,sin preguntarselo…

  4. juvenal mairena
    Hace 7 años

    El Cosep se identifica con el antaño partido de los “leales” (serviles), es por eso que la élite del INSS espera que el COSEP asuma el 25% por ciento de la parte patronal para oxigenar al INSS por unos 15 meses mas.

  5. galopinto
    Hace 7 años

    Excelente análisis. En efecto , el Cosep, no es más que un instrumento del corporativismo inherente en los regímenes fascistas. De hecho, en este maridaje Cosep-Dictadura monárquica, se conjugan los más bajos y retrogradas intereses politicos y economicos. Como usted lo explica. Una oligarquía pre capitalista , atrasada con matices de aristocracia rancia, y un gobierno practicante de un neo-feudalismo (si podemos utilizar ese término) antidemocrático por esencia y dictatorial , dinástico y al que bien le cae el mote de “monarquía atrasada, tribal”.
    Esa relación simbiótica, puede en gran medida explicar porque se defiende tanto ese seudo-modelo. En la práctica, tiene nefastas consecuencias para el desarrollo político, económico y social del país. De allí, la preocupación marcada del Cosep y del Gobierno por la presencia de una NICA- ACT en el congreso de los Estados Unidos.

  6. Donato Castelamare
    Hace 7 años

    Muy bueno como de costumbre senor Barcenas. En el penultimo parrafo quiere decir Nicaragua en vez de Mexico?

  7. Sandino vive
    Hace 7 años

    Extraordinaria opinión. Mis respetos Sr. Barcenas.

  8. Edmund Dantes
    Hace 7 años

    Creo apropiado simplificar y agregar un poco a este complicado artículo para facilitar mejor su entendimiento. El Sr Aguerri es un empleado, vocero y cara de Cosep, pero el no es Cosep ni tiene ninguna empresa propia que sea miembro de Cosep. El habla, negocia y defiende lo que sus empleadores le instruyen que haga, aunque el también opina en algun grado por ser quien saca la cara pública. Cosep como institución tiene dos forzados mandamientos: Perseguir los intereses mercantiles de sus miembros, y perseguir todos los intereses de la población por ser estos los consumidores que alimentan de utilidades financieras a sus miembros. La gran legítima critica contra Cosep es que hasta ahora solo defienden la primera y omiten la segunda. Obvian la segunda por el expreso acuerdo fascista-corporativo con el gobierno de Ortega de “ayúdame a mantenerme en el gobierno apoyando la economía, y yo te dejo hacer y explotar todo lo mercantil que querrás”. De un lado de esta situación, Cosep dice oficialmente que esta segunda le toca defenderla a los partidos políticos, y tendría razón si y sólo si vivieramos en un país normal. Pero como ya sabemos que aquí estamos lejos de lo normal, Cosep no puede librarse de esta segunda responsabilidad bajo ninguna circunstancia. Es como en cualquier guerra, si matan al que lleva la bandera, el soldado próximo sea raso o enfermero o fusilero, va a recoger la bandera porque alguien tiene que hacerlo. Aquí es igual, pero Cosep se sacude hacerlo por el miedo fiscal de intimidación de Ortega. Con esta omisión voluntaria, Cosep oficializa que no cree en defender la Democracia, porque la Democracia exige y obliga participación, esfuerzo y sacrificio para defenderla y construirla, donde también todos nosotros tenemos la misma obligación individual. Y no hacerlo resulta en lo que tenemos, un fascismo corporativo que esclaviza, limita y oprime los mejores intereses de una población. Por tanto en esta ejecutoria Cosep resulta aplazado y tarde o temprano pagará su precio aunque no quiera ni crea. Es lo que dice la historia de los paises del mundo.

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