Justo cuando se pensó que personificaría a la estrella autodestructiva que no termina de desarrollar su potencial, Denis Martínez emergió desde las sombras y se volvió un lanzador de largo aliento que no se apartó de la ruta hacia el éxito.
Al final, una vez superadas sus distracciones y sobre todo su adicción al alcohol, Denis fue un mejor atleta, pero sobre todo un mejor ser humano, que sacó provecho de todo su talento, mientras cubría de orgullo al país e impactaba con su ejemplo de superación.
Martínez es ahora un conferencista revestido por la autoridad moral que proporciona el éxito en el terreno de juego. Pero no usa sus charlas para alardear de sus triunfos, sino para motivar a jóvenes a establecerse metas y a luchar por ellas con todas sus fuerzas.
Denis se sostuvo durante 23 años en las Grandes Ligas, donde cada jugador tiene que revalidar sus acciones cada día, bajo elevados niveles de exigencia y precisión. Ganó 245 partidos, una cifra que aún persiste como lo máximo para un lanzador latino.
¿Quién podrá seguir sus huellas? Nicaragua dispone de tres representantes en las Mayores ahora mismo. Muchachos esforzados, talentosos y dispuestos a dar lo mejor de sí para beneficio propio y alegría del país, pero lo realizado por Denis se ve distante.
Es llamativa la tenacidad de Juan Carlos Ramírez, la confianza que irradia Erasmo Ramírez y la lucha que ofrece Cheslor Cuthbert. Ninguno la ha tenido fácil y también se han erigido como ejemplos para los jóvenes nicas necesitados de héroes hacia quienes inclinar su admiración.
Pero todo ello lo que hace es agrandar la figura de Denis y su exitosa carrera. Sin embargo como él lo dice en sus charlas, “si yo pude hacerlo, ustedes pueden también”, aunque todos estamos conscientes de que talento como el suyo no aparece todos los días.
Twitter: @EdRod16