El consejero del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, Luis Ángel Rosadillo, se retiró del país. Era el único miembro de la delegación de la OEA que se había quedado, después de la salida de sus compañeros de trabajo. El consejero no quiso ofrecer declaraciones a los periodistas que lo cuestionaron sobre el retiro de la delegación.
La misión de la OEA llegó al país este lunes encabezada por el jefe del gabinete de Almagro, Gonzalo Koncke y se retiró de manera inesperada este miércoles, junto a su equipo cuando estaban a las puertas de reuniones con partidos políticos y miembros de la sociedad civil. La representación en Managua del organismo adujo por escrito que se iban “por razones de fuera mayor, ajenas a la misión”, pero no explicaron a qué circunstancias específicas se referían cuando se excusaron de cumplir con sus citas.
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El canciller de Nicaragua, Denis Moncada Colindres, llegó a traer a Rosadillo al hotel capitalino, donde sus compañeros de trabajo se hospedaron. El objetivo del canciller era trasladarlo al Aeropuerto. Durante su espera en la antesala, Rosadillo conversó con el embajador de la Unión Europea en Nicaragua, Kenny Bell.
La versión de Moncada Colindres
El canciller Moncada Colindres con embajador de UE y funcionario Rosadilla de OEA @laprensa pic.twitter.com/EzVhsXRrxq
— Ismael López Ocampo (@lopezismael) 25 de mayo de 2017
El canciller Moncada negó que la delegación de la OEA se haya retirado del país antes de lo programado, porque explicó que los boletos de regreso estaban comprados de antemano para este miércoles. Sin embargo estas declaraciones contrastan con lo expresado por la delegación en su comunicación por escrito a las organizaciones y partidos políticos, con quienes tenían compromisos previamente acordados.
Rosadillo dijo a LA PRENSA el miércoles que no comentaría nada de la cancelación de compromisos y entonces dijo que, si hubiese una respuesta, sería de carácter institucional.
La misión de la OEA llegó al país, en el marco de los acuerdos suscritos con el gobierno de Daniel Ortega, que permitirán trabajar en conjunto una serie de cambios en el orden electoral en tres años, incluía también la observación de las votaciones municipales, las cuales se realizarán en noviembre próximo. El trabajo costaría 19 millones de dólares, los cuales no habían conseguido hasta días previos a la visita a Nicaragua, según fuentes de la misma organización.
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Los alcances de las pláticas de la OEA con Ortega han sido considerados insuficientes por organismos de observación locales, y se ha cuestionado también que se mantenga una política de secretismo en cuanto a este tema de interés público para los nicaragüenses.
