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La mayoría de aceras alrededor del mercado de Nueva Guinea están ocupadas por comerciantes. LA PRENSA/JERÓNIMO DUARTE

No hay espacio para caminar en aceras de Nueva Guinea

Los transeúntes tienen que caminar por la calle exponiéndose a ser atropellados porque los andenes y las aceras en Nueva Guinea están llenos de mercadería.

Los transeúntes tienen que caminar por la calle exponiéndose a ser atropellados, porque los andenes y las aceras en Nueva Guinea están llenos de mercadería. El crecimiento del comercio informal ha ocasionado que algunos comerciantes del mercado cierren sus tramos porque ya no venden.

El comercio ha crecido unas cuatro cuadras a ambos lados del mercado municipal. En los últimos cuatro años el comercio ha crecido sin control y de forma desordenada en Nueva Guinea.

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El presidente de la Asociación de Mercados en Nueva Guinea, Enoc Barrera, abandonó el centro de compras porque los comerciantes foráneos “se toman las calles dando más barato que lo normal, además no pagan impuestos y hasta obstaculizan el pase peatonal, mientras que nosotros la comuna nos encuentra todos los días y fácil nos hacen pagar los impuestos correspondientes, mejor estoy en mi casa cortando pelo”.

Insoportable ruido

Otro de los factores que afecta a la ciudadanía son los altos sonidos todo el día, anunciando sus negocios sin importarle que al vecino le afecta.

El doctor Iván Emilio Cuevas dijo que con esos sonidos “nos estamos acostumbrando que cuando hablamos tenemos que hacerlo fuerte, ya no podemos ir a una biblioteca, a un banco porque cuando hablamos lo hacemos fuerte porque todos los días los alto parlantes y todo el día nos obliga a pegar gritos cuando le hablamos a alguien”.

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Rita Rodríguez, una mujer de 60 años fundadora del mercado, se vio obligada a abandonar su casa frente al Monumento de Nueva Guinea e irse a alquilar porque dijo estar enferma de tanto ruido. Con lágrimas dijo que “a las empresas no les importa afectar al vecino”.

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