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Jennie Lincoln, directora del Centro Carter para América Latina. LA PRENSA/Lissa Villagra

“No habrá ningún cambio con esta apatía”, afirma Jennie Lincoln del Centro Carter

El Centro Carter había perdido interés en el país pero regresó la semana pasada para organizar un foro.

En Nicaragua hay una ciudadanía muy fragmentada al igual que los partidos políticos atomizados, un país donde los jóvenes también son indiferentes ante la crisis democrática de la nación. Esa es la percepción de la politóloga estadounidense Jennie Lincoln, directora para América Latina y el Caribe del Centro Carter.

Lincoln recientemente visitó el país para promover un foro sobre la incidencia de los ciudadanos en la transformación democrática.

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La funcionaria del Centro Carter habló con LA PRENSA y expuso sus puntos de vista en relación al proceso electoral, a la observación, al diálogo entre el Gobierno y la Organización de Estados Americanos (OEA) y las razones por las cuales el Centro Carter ha puesto la atención nuevamente en el país.

¿Por qué ha vuelto el Centro Carter a Nicaragua?

Primero, por la solicitud de varios grupos de nicaragüenses preocupados por el estado de democracia en su país. Segundo, viendo la posibilidad de una apertura para una participación ciudadana más amplia por el acuerdo novedoso entre el Gobierno de Nicaragua y la OEA, aunque hasta el momento, no se conoce muy bien cómo se va a llevar a cabo y si se puede lograr. Tercero, por el cariño por Nicaragua del expresidente Jimmy Carter y la esperanza del Centro Carter de que Nicaragua tenga más oportunidad democrática.

Vemos a la ciudadanía apática en Nicaragua con relación al reclamo de sus derechos, ¿qué deben hacer los ciudadanos desde una posición cívica?

Se ve a la ciudadanía nicaragüense muy fragmentada, hasta atomizada. No habrá ningún cambio con esta apatía y especialmente si la gente se queda en la casa. Hay que educarse de sus derechos bajo las leyes actuales, o buscar manera de cambiarlas. Este es el proceso democrático. Era llamativa la participación en el Foro Ciudadano del Centro Carter de gente de varias perspectivas, pero con un fin en común: la preocupación por el estado del proceso electoral y su preocupación por la posibilidad de participar en un proceso correcto (transparente). Se notó la ausencia de jóvenes. Hay que incorporarles ya.

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¿Las redes sociales pueden ser una herramienta para que los ciudadanos reclamen sus derechos humanos, cívicos y políticos?

La gente tiene que ir más adelante para organizarse para presentar sus plataformas con partidos, candidatos y votantes.

¿Cuál es la importancia para el desarrollo de la democracia en Nicaragua que haya transparencia en los procesos electorales?

Estamos apoyando la solicitud de Panorama Electoral (que integra Ética y Transparencia y otras organizaciones) para que reciban credenciales oficiales del Consejo Supremo Electoral. Ética y Transparencia es un organismo con mucha experiencia en procesos electorales.

¿Les preocupa que en el país no se permita la observación electoral, como sucedió en las presidenciales del 2016?

Claro que sí, pero es preocupante en cualquier país, en cualquier Gobierno que no extienda (garantías) a los ciudadanos.

¿Si ustedes recibieran la invitación del Gobierno a observar estarían dispuestos?

Eso tendría que ser una decisión del Centro Carter. Estos días hay varios países que están solicitando la observación del Centro Carter. Entonces, no es solo la invitación que es clave, pero hay otros elementos de una decisión para montar una observación electoral en cualquier país. Por ejemplo, en este momento estamos preparando observación en Liberia, en África y también en Kenia.

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¿Cómo valora el hecho de que la misión de la OEA en el país canceló su agenda de trabajo con partidos políticos y la sociedad civil, argumentando motivos de “fuerza mayor” y “ajenos a la misión”?

Yo no tengo información de primera mano, pero yo tengo confianza de que hay una razón por la cual ellos tomaron esa decisión. Ellos entraron en esta negociación con el Gobierno en una manera seria y con motivos buenos, entonces hasta que tengamos la información de ellos, sabremos la razón por la que ellos tuvieron que salir.

¿Cree usted que la OEA por su credibilidad, por su imagen, debería aclarar qué está pasando en el país?

Claro que todo mundo quiere saber, pero ellos tienen que cuidar su legitimidad, su manera de operar y tienen que proteger su seguridad…

¿Cómo puede el ciudadano incidir ante el Gobierno para que se brinden las garantías electorales?

Primero no sirve para nada quedarse en la casa. Entonces, hay que participar, y participar no solo en el voto sino en las campañas y en las candidaturas, para ejercer cualquier influencia sobre cualquier Gobierno. También es importante para Nicaragua pensar que su sistema de partido no está fragmentado, sino atomizado. Y siempre cuando hay situaciones como estas en un sistema político, en cualquier país es bien difícil tener una influencia con tanta fragmentación.

Pero además de esa atomización de los partidos políticos hay un sistema electoral que quita y da personerías jurídicas a conveniencia, según los opositores.

Tienen que organizarse. No van a tener ninguna influencia si no tienen una voz alta de la mayoría de la gente.

Ustedes como Centro Carter vinieron a Nicaragua a observar en 1990, un momento difícil para el país, con una posguerra y una economía destruida. ¿Para ustedes qué significó ese momento?

Fue un momento histórico porque también las Naciones Unidas estaban aquí por primera vez. La OEA estaba aquí. Fueron las elecciones más observadas en la historia de América Latina. Pero a fin de cuentas, con la confianza el pueblo fue a votar y el gobierno sandinista respetó los resultados en los que ganó doña Violeta Barrios de Chamorro.

 

Primero no sirve para nada quedarse en la casa. Entonces, hay que participar, y participar no solo en el voto sino en las campañas y en las candidaturas, para ejercer cualquier influencia sobre cualquier Gobierno”. Jennie Lincoln, Centro Carter.

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COMENTARIOS

  1. el carolingio
    Hace 7 años

    Tiene razon en cierto modo, porque el no hacer nada es peor. Pero si nada cambia el abstenerse de votar es mucho ya que esa es la unica forma pacifica de repudiar las malas acciones. Pero claro una buena pancarta y un buen slogan no son malos y sobre todo unirse en manifestarse en contra del sistema

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