El libro 50 años de un reportero gráfico, reúne parte de las memorias gráficas, anécdotas y recuerdos de Francisco Rivas Quijano, conocido en el medio periodístico como Rivitas, un reportero que sobrevivió a la censura y la cárcel.
Las primeras imágenes de este maestro de la fotografía fueron sobre los ganadores de los primeros lugares en las olimpiadas intercolegiales. Entonces Rivitas era un estudiante del Instituto Central Ramírez Goyena.
“Gracias a Mr. Hit (Ernesto Bunge) llegué a La Noticia en 1954 a través de la página deportiva. Él publicó mis fotos”, cuenta Rivitas su entrada a este medio.
Cuatro años después se hizo merecedor del Premio Nacional de Periodismo Rigoberto Cabezas. Esto le dio popularidad.
En sus inicios en la fotografía contó con el apoyo de Gregorio Cuadra, “Goyo”, hijo de Pillin Cuadra, propietario de Foto Sport.
Rivas Quijano nació en Managua en 1939, entonces en nuestro país también se vivían tensiones sobre la II Guerra Mundial, que sucedía en Europa, recuerda.
Años después llegaron a sus manos revistas con imágenes de la guerra, que también se proyectaron en el cine, esto le abrió un mundo en la gráfica.
A ocho columnas
Pero la fotografía que inmortalizó su trabajo como reportero y que se llevó las ocho columnas fue la que tomó sobre Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, levantado en armas contra Somoza en Olama y Mollejones. Esta histórica foto fue tomada un 10 de junio de 1959, en los llanos de Chontales.
“Acababa de pasar la revolución cubana y Fidel Castro era un héroe, y cuando se dieron cuenta que Pedro había iniciado esta invasión, la dictadura de Somoza pensó que podría llegar a ser el segundo Fidel”, cuenta Rivitas.
Días previos al viaje de Chontales —recordó Rivitas— se había encontrado de casualidad en el Gran Hotel con Mario Biesseti, corresponsal de la ABC, y el cubano Rogelio Caparroz, de Bohemia, y acordó acompañarlos en la peligrosa aventura de encontrar a los alzados en armas. Recordó que fue como cargador, no como periodista, no obstante tomó la histórica foto.
Para 1965, el nombre de Rivitas (puesto por César Vivas, jefe de redacción del Diario La Noticia), alcanzó más notoriedad cuando recibió el Premio Nacional de Prensa y Radio Monje de Oro, como Mejor reportero gráfico.
Otra foto célebre de Rivitas fue la que tomó al cadáver de Ajax Delgado junto a su madre desconsolada invocando a Dios, y que ilustró el titular Amanecer trágico en La Aviación, publicado en LA PRENSA.
También las hay de personas torturadas, de explosiones, de huelgas y manifestaciones políticas.
Censura o libertad
Otra de las fotos —de las tantas que tomó— fue la del tristemente célebre torturador de la guardia de Somoza, Gonzalo Lacayo, dice Rivitas. “Casi me mata, me echó un jeep encima”, cuenta.
Su tenaz labor de denuncia a través de las fotos puso en peligro su vida. Rivitas también sufrió carceleadas. Estuvo detenido en la fortaleza de El Hormiguero (en la Avenida Roosevelt).
“En esta época perseguían a los fotógrafos de LA PRENSA para que no quedaran evidencias”, comentó.
Durante el gobierno de los sandinistas en los años ochenta —cuenta Rivitas— la censura “era más sofisticada, tenía un radioperiódico que se llamaba Actualidad Informativa, en Radio Mundial, y me hacían llegar en la noche”, refirió.
Reconoce que vivió un momento de libertad de prensa durante el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro.
“Hubo total libertad y me atreví a fundar mi revista Nicaragua gráfica, fue bien recibida y contaba con anunciantes”, dice.
Para Rivitas, la peor censura que puede haber es “la autocensura y el miedo. No publicás lo que debés”.
Medios independientes
Rivitas laboró además en la revista Vértigo de las Noticias con Anuar Hassan y Eduardo Alvir, en Radio 590; luego en Radio Mundial dirigió Actualidad Informativa y El Nicaragüense, en los noventa, Nicaragua Gráfica, y en recientes años, Prensa libre.
En 2008 recibió la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío.
Otras historias gráficas
Rivitas en su incansable labor también capturó momentos de tragedias naturales y de guerras: ciudades destruidas por el terremoto de 1972, por la guerra insurreccional o del tsunami en Masachapa.
Este libro también trae fotos familiares y de amigos cercanos. Pero las fotos que más alegría le han dado —dice— son aquellas que tomó cuando sus hijos se graduaron. “Estas son las fotos más alegres que he tomado, otras son de las purísimas”.
“En la actualidad trato de sobrevivir con la venta de este libro, 50 años de un reportero gráfico”, dice Rivitas. Y está disponible en la librería de Hispamer y Literatos.
