14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
tolerantes

A un día de mis 50

Gracias por haberme llamado a servirte en tu Iglesia como presbítero, gracias por todas las personas y comunidades a las cuales tú me llamaste a servir

Hoy, Señor, cerca de mis 50 años, vengo con humildad profunda para darte gracias por permitirme renacer, por brindarme la vida y por amarme como lo haces.

El día de mi cumpleaños será también este año Día del Divino Corazón de Jesús, por eso de rodillas te doy gracias por todos los momentos felices que he tenido; han sido maravillosos e inolvidables.

Gracias por haberme llamado a servirte en tu Iglesia como presbítero, gracias por todas las personas y comunidades a las cuales tú me llamaste a servir.

También te doy gracias por los momentos amargos que he vivido porque con ellos aprendí lecciones de vida y principalmente aprendí que sin ti nada soy.

Gracias también por las personas que he conocido en mi vida, algunos partieron, otros permanecen, de todos he aprendido algo es por eso que me los pusiste en mi camino y a ti te doy gracias por ello.

Gracias por mi familia, me colocaste en el lugar perfecto, pues lo único que tengo que decir es que son maravillosos y me han cuidado y tratado con el mejor amor. Con ellos aprendí a superar muchas dificultades y me han enseñado los valores que necesito para seguir tu camino.

En los momentos difíciles te he llamado y me has contestado en el momento apropiado; también en tiempos de prueba sé que has estado al lado mío porque así lo siento y así me lo has demostrado.

La vida no ha sido del todo fácil, pero junto a ti la vida no la siento complicada pues mi confianza y mi vida reposan en tus manos. Me llevas siempre como a un pequeño tomado de la mano de su padre y así me dejo guiar por el camino que eliges para mí.

Gracias por enseñarme a valorar la vida, por enseñarme a valorar a los demás a pesar de que en ocasiones no los comprendo.

Gracias por enseñarme a ver la necesidad de los demás y ver en ellos la mirada de Jesús pidiéndome ayuda.

Gracias por haberme dado la esperanza cuando mis sueños se perdían, gracias por la perseverancia de luchar cada día por alcanzar mis metas y principalmente por enseñarme a amarte más y más cada día.

Mi amado Jesús, mi Buen Pastor, quiero darte gracias por todo. Tu misericordia es infinita y tu amor es tan grande y sublime que hace vibrar y regocijar mi alma con solo decir tu nombre. No permitas que me aleje de ti porque sin ti nada soy.

Te pido que me enseñes a amarte más, a conocerte más y que me ayudes a que mis defectos se transformen en virtudes. Con todo mi amor y gratitud quiero, Sagrado Corazón de Jesús, darte gracias por darme 50 años de vida.

Religión y Fe

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí