El Paquete Alimentario Solidario (PAS) y los programas Mochila escolar y merienda escolar son las dos iniciativas que están beneficiando a la población en un grado de pobreza o pobreza extrema; sin embargo, la mayoría de los programas del Gobierno, son “electoreros”, expresó el sociólogo Cirilo Otero.
Tomando como referencia los datos del estudio Incidencia del gasto público en la reducción de la pobreza y la desigualdad, presentado por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), dichas iniciativas sociales necesitan estar mejor enfocados.
Es decir, que estos no corresponden a un objetivo de estabilización o de largo plazo, sino “que son programas sectoriales”, expresó Otero.
Otro de los resultados del estudio que se debe considerar es que las personas que, aparentemente, no son pobres tampoco son sostenibles, ya que en cualquier momento se les quita el apoyo que tienen y retornan a la pobreza.
Un ejemplo de estos son los hogares que dependen de las remesas, y si estas desaparecieran retornan a la pobreza.
A este desenfoque de los programas se debe agregar que el Estado ha hecho recortes presupuestarios a instituciones importantes como el Ministerio de la Familia, donde se gestionan proyectos de incidencia en la niñez, opinó el economista Adelmo Sandino.
Plan techo no aporta
Uno de los programas con menos focalización es el Plan Techo, según un estudio de Funides. De acuerdo con el analista Cirilo Otero, este programa no responde a la necesidad de viviendas que tiene el país. Debería estar enfocado en la creación de viviendas para personas con ingresos medios y bajos. Tendría que ser un programa sostenido de mediano plazo que permita a la gente tener acceso a una vivienda y que también garantice que el alcance sea para todos, “no solo los amigos del presidente”, dijo el especialista.
El Plan Techo ya no es regalado. Ahora, el costo por las 10 láminas de zinc y las tres libras de clavos cuesta mil córdobas