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Moisés Ruiz Romero

Yo quisiera votar

Hasta este momento, Daniel Ortega y sus asesores han tenido éxito en quitarnos a los nicaragüenses la vía cívica para elegir a nuestras autoridades. El año pasado tuvieron terror y no les importaron las consecuencias (que las habrá) para impedir que la Coalición Nacional por la Democracia participara en las elecciones presidenciales que se convirtieron en un circo, a pesar de que controlaban, y controlan, todas las estructuras electorales, porque visualizaron una votación masiva (como masiva fue la abstención), personal verdaderamente opositor en las Juntas Receptoras de Votos (JRV) y gente en las calles para impedir el fraude.

Los que creemos en el poder del pueblo y para el pueblo, al que llamamos democracia republicana, con independencia de los poderes del Estado y alternancia en el poder, hemos visto en el mundo que las elecciones transparentes y competitivas (como no las tenemos en Nicaragua) son la forma que más beneficia a los pueblos en su búsqueda por elegir a las autoridades y formas de gobierno que sean más provechosos para su desarrollo.

Hay un debate sobre si la verdadera oposición, la que de verdad pretende expulsar al orteguismo del poder, debe o no participar en las “elecciones” municipales. ¿Es posible participar con posibilidades de ganarle al orteguismo?

Si la verdadera oposición no participa, Ortega simplemente se adjudicará la gran mayoría de municipalidades, sobre todo las más rentables para seguir usufructuando (o robando) el erario.

Sabemos, y ellos lo saben, que más del 70 por ciento de la población estaría dispuesta a hacer cualquier esfuerzo cívico por derrotar al orteguismo y que Nicaragua vuelva a ser República. Quizás exista algún municipio donde el orteguismo sea mayoría, pero no lo creo, porque existe un enorme descontento con el desgobierno de Ortega.

Creo que solo existe una agrupación política de verdadera oposición con posibilidades (personería jurídica) de participar que puede tener el beneficio de la duda que es Ciudadanos por la Libertad (CxL) (del que no soy miembro). Los demás claramente son zancudos. Además CxL, en su mayoría, es la misma organización que alcanzó segundo lugar con ALN (por la división del voto liberal), segundo lugar con el PLI (por el fraude electoral) y la que organizó la Coalición Nacional por la Democracia, a la que el orteguismo le tuvo miedo.

Si los dirigentes de CxL tomaran la decisión política de no permitir fraude electoral en los 153 municipios, sin importar las consecuencias (y aquí es donde el pueblo tiene derecho a la rebelión); si CxL pudiera llevar candidatos aceptados por la mayoría de los ciudadanos en sus municipios; si pudiera capitalizar el descontento popular y alcanzar una organización de masas; si pudiera tener fiscales y suplentes valientes y decididos y con grupos de apoyo afuera de las JRV, entonces se podría derrotar al orteguismo en la gran mayoría de los municipios como nos demostró Fabricio Cajina en San José de los Remates.

Tal vez estoy soñando. Yo quisiera que mi voto valiera.

El autor es cirujano general.

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