En unos 60 días, alrededor de 80 pequeños productores avícolas de Masaya podrían declararse en quiebra si el Gobierno no agiliza los trámites para que las familias pobres le compren las gallinas que forman parte del Programa Productivo Alimentario (PPA) o Hambre Cero.
El PPA empezó en 2007 y desde entonces las familias seleccionadas recibían de forma gratuita el bono para retirar los animales y el alimento para su crianza entre febrero y marzo, lo que permitía a los productores recuperar rápido su inversión.
Sin embargo, en 2017 el Gobierno decidió que Hambre Cero ya no fuera gratuito y las familias en situación de pobreza deben adquirir un crédito de entre 10,000 y 60,000 córdobas y pagar un interés del cinco por ciento anual. El financiamiento es a través de un banco privado donde se le entrega el bono a la familia con el que retiran los animales en las granjas.
El Programa Hambre Cero entregaba diez gallinas, una cerda, vacas y el concentrado, pero este año el costo de estos bienes tiene que ser asumido por los propios beneficiados, a través de un financiamiento que les otorga el Gobierno.
Granjeros reportan pérdidas
Esto, según los pequeños productores, les ha afectado mucho porque la mayoría de los beneficiados optan por la cerda, y en otros casos, conocen que algunos funcionarios gubernamentales de este programa inciden para que la gente tome esta decisión, quedando las aves sin opción de compras, lo que ha provocado un hacinamiento en las galeras y una sobreproducción de huevos, que abaratan sus precios.
Los afectados aseguran que se están “ahogando” financieramente por las deudas bancarias adquiridas. “A nivel nacional, y especialmente en Masaya, en donde es la cuna avícola del país, estamos siendo sepultados, más que la cajilla de huevos se nos está pagando a 40 córdobas, porque los comerciantes de los mercados populares están poniendo sus precios y haciendo de las suyas. Por eso necesitamos que el Gobierno implemente una política de seguimiento a los pequeños productores”, dijo Léster Sáenz, dirigente de este sector.
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Sáenz aseguró que la industria privada los ha terminado de perjudicar porque se han apropiado de sus mercados locales, ofreciendo los huevos a un costo menor e insostenible para los pequeños productores. De igual forma dijo que muchas gallinas se están muriendo por el hacinamiento y las enfermedades por el cambio climático.
Se queja del Mefcca
También lamentó que el vicetitular del Ministerio de Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (Mefcca), Benito Aragón, les asegurara en abril pasado de que las aves estaban bien sustentadas en el programa y que se les iba a dar un seguimiento para que las gallinas fueran compradas en tiempo y forma, pero que hasta la fecha no ha sido así.
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El pequeño productor Francisco Aguilera manifestó que necesitan un financiamiento con créditos bajos para no colapsar. “Varios pequeños productores ya han desaparecido. Le pedimos al Gobierno que nos ayude, porque nosotros damos empleo a muchas cabezas de familia, necesitamos que se haga un control de los precios del huevo, nuestros proveedores también nos están llevando a la quiebra totalmente”, añadió Aguilera.