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educación en Nicaragua, nICARAGUA, MATERIALES ANTIDISTURBIOS

“Es fácil imaginárselo, la cantidad de libros de texto que se podrían comprar con esa plata”, expresó el exministro de educación Humberto Belli. LA PRENSA/ARCHIVO

Gobierno invierte para reprimir no para educar

El dinero invertido el año pasado por el Gobierno en material antidisturbio para la Policía Nacional, bien pudo ser utilizado para comprar textos escolares o construir escuelas, o para rehabilitar Comisarías de la Mujer o promover campañas de prevención contra la violencia de género

El dinero invertido el año pasado por el Gobierno en material antidisturbio para la Policía Nacional, bien pudo ser utilizado para comprar textos escolares o construir escuelas, así como para rehabilitar Comisarías de la Mujer o promover campañas de prevención contra la violencia de género, cuestionan expertos en ambos temas. Durante el primer semestre de 2016 Nicaragua compró a España 1.5 millones de euros en material antidisturbios.

Y según especialistas ese material pudo haber sido empleado para reprimir a la población en protestas sociales.

Aulas o textos escolares

El exministro de Educación, Humberto Belli, explicó rápidamente que 1.5 millones de euros equivalen a unos dos millones de dólares que bien pudieron ser empleados en construir varias aulas escolares o libros de texto.

“Es fácil imaginárselo, la cantidad de libros de texto que se podrían comprar con esa plata. Y de allí te salen varias escuelas. Una aula promedio te puede costar como veinte mil dólares”, expresó el doctor Belli.

Por su parte el mayor en retiro Roberto Samcam dijo: “Es increíble que un país como el nuestro que tiene el Producto Interno Bruto más bajo de Latinoamérica, incluso más bajo que el de Haití, nos estemos dando el lujo de gastar 1.5 millones de euros en equipamiento para reprimir al pueblo nicaragüense”.

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Magaly Quintana, coordinadora de Católicas por el Derecho a Decidir, considera que los movimientos de mujeres han sido uno de los sectores a los que la Policía ha salido a reprimir en varias ocasiones.

Quintana critica esa compra de materiales antidisturbios, así como la donación efectuada por España de 24 máscaras antigás, de acuerdo con el informe de Ministerio de Economía, Industria y Competitividad de esa nación europea.

“Es como una burla todo esto. Invierten para reprimir y si hay un movimiento que ha sido reprimido en este país han sido las mujeres. Es decir en la práctica lo hemos visto en casi todas las marchas del 8 de marzo”, refiere Quintana.

Comisarías de la Mujer

La activista defensora de las mujeres recordó que una de las justificaciones ofrecidas en su momento sobre el cierre de las Comisarías de la Mujer fue que no contaban con los recursos necesarios.

“Esa inversión en las Comisarías realmente resolvería un poco la problemática de la violencia hacia las mujeres”, señaló Quintana, tras mencionar que a la fecha las mujeres son atendidas por policías de Auxilio Judicial, que no son especializados en el abordaje de esa problemática.

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Y una respuesta que desde el Gobierno se podría dar al problema de la violencia —considera Quintana— pueden ser las campañas preventivas, “que cuestionen las relaciones desiguales y estas campañas brillan por su ausencia”.

Y para emprender un trabajo educativo hacia la población se necesita inversión, pero en Nicaragua “lo que hacen es invertir para reprimir”, reiteró Quintana.

La activista también indica que el Gobierno debería asumir su responsabilidad con la asistencia de los treinta niños huérfanos de las víctimas de femicidio. Así como con las 1,600 niñas que cada año aproximadamente salen embarazadas.

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Un pretexto

La especialista en seguridad Elvira Cuadra dijo que en Centroamérica “se están incrementando significativamente los presupuestos de defensa y seguridad bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, pero vemos con preocupación que en realidad estos fondos se están utilizando para reavivar los viejos autoritarismos, le están dando preeminencia a las políticas de seguridad y están criminalizando las expresiones de descontento y la movilización social”.

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