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Aviones, Nicaragua, pilotos

Marco Mongalo, de 83 años, es uno de los pilotos más viejos de Nicaragua. Obtuvo su licencia de piloto privado a los 75 años. LA PRENSA/ Óscar Navarrete

Aviones y pilotos en Nicaragua

La historia de la aviación en Nicaragua empezó a escribirse hace más de un siglo. Hoy, hay unos cien pilotos. Este es un retrato de una profesión que en el país aún es atípica y tan apasionante como costosa

El capitán Antonio Gaitán, de 57 años, es uno de los aproximadamente cien pilotos que actualmente operan en el país. Ha pasado 833 días de su vida pilotando un avión y es un apasionado de esta actividad que, a pesar de tener una historia de más de cien años en Nicaragua, aún se encuentra en pañales.

Nicaragua, aunque parezca extraño, puso su granito de arena en la historia de la aviación mundial. Nicaragüense fue Jean Justin De Praslin, uno de los primeros hombres en pilotar un avión, en 1910, solo siete años después de que los hermanos Wright protagonizaron el primer vuelo en avión de la historia, y nicaragüense también es la ciudad, Ocotal, que tiene el dudoso honor de haber sido la primera ciudad bombardeada por un avión en el mundo.

Muchas décadas después de que llegaran los primeros aviones a Nicaragua, la aviación aún sigue siendo un terreno en pañales y ser piloto una profesión atípica y costosa. Solo existen dos formas de convertirse en piloto: como militar o como civil en la única escuela de aviación del país y las ofertas de trabajo son riesgosas y limitadas.

Bombardeo aéreo

Vea, pues, que en cuestiones de aviación a Nicaragua la bautizaron con botella de Champagne. El 16 de julio de 1927, el general Sandino al mando de unos 300 hombres atacó los cuarteles de la Guardia Nacional y los marines estadounidense en Ocotal. En un momento, el intenso fuego de las columnas del general Sandino parecía asegurar que las tropas ganarían el combate.

El fuego había empezado en la madrugada. Y a eso de las 10:15 de la mañana, dos aviones Havilland DH-4 aparecieron sobrevolando el lugar como rutinario patrullaje, pero fueron recibidos con disparos de ametralladoras. Uno de ellos huyó y el otro se quedó leyendo los mensajes que los marines escribían en sábanas, informándoles de la gravedad de la situación.

 

A las 12:15 del mediodía, uno de los biplanos aterrizó en Managua y el piloto le dio un reporte completo al mayor Ross “Rusty” Rowell. El mayor entonces se dio cuenta de que aquel era el momento que había estado esperando para probar sus nuevos aviones de combate. “En menos de una hora despegó de Managua el escuadrón de cinco biplanos DH-4 hacia Ocotal, llevando como líder el propio mayor ‘Rusty’ Rowell, con los aviones cargados con bombas y municiones”, explica el historiador Nicolás López Maltez en su libro Historia de la Guardia Nacional.

Al llegar a Ocotal, los cinco aviones dispararon sin parar sus ametralladoras y dejaron caer bombas hasta las 3:20 de la tarde, porque tuvieron que regresar a Managua. El ataque fue tan intenso que las tropas del general Sandino empezaron su retirada a eso de las cinco de la tarde. El fuego en total duró unas 15 horas.

Aquella batalla es recordada no solo como la primera acción combativa de las tropas rebeldes del general Sandino; también, según historiadores, es el primer bombardeo aéreo de la historia. Esto, explica Maltez, porque antes los pilotos solían preparar bombas casi artesanales desde el avión, que no causaban mucho daño. Pero estos, “estaban artillados con dos ametralladoras calibre .30 y dotados de mecanismos para soltar una a una 10 bombas de fragmentación de 17 libras y capaces de desplazarse a velocidades de 160 kilómetros por hora”, asegura el libro de Maltez.

Pero en la historia de la aviación, el nombre de Nicaragua ya se había grabado unos años antes. En 1910, un nicaragüense figuró entre los primeros hombres del mundo que volaron un avión. Se trató de Jean Justin De Praslin, un médico que nació en Matagalpa en 1872 y que posteriormente se asentó en Illinois, Estados Unidos.

El 8 de noviembre del mismo año, en el parque Washington, De Praslin se elevó en un biplano construido por él mismo. Cuando iba a una altura de 60 pies, las hélices se detuvieron y el aparato cayó al suelo. El doctor resultó seriamente herido pero sobrevivió. Y aún desde el hospital reportaba a Matagalpa como su ciudad natal.

La hazaña fue documentada y publicada por The New York Times. El historiador Nicolás López Maltez, en la página de su diario La Estrella de Nicaragua, asegura que los datos obtenidos del New York Times fueron proporcionados por una genealogista norteamericana al historiador Eddy Kühl Aráuz.

También en la primera mitad del siglo XX, Nicaragua recibió la visita de dos históricos pilotos: Enrico Massi y Charles Linbergh.

El primero en llegar al país fue Massi, en 1922, un piloto italiano de la Primera Guerra Mundial que es considerado el padre de la aviación en El Salvador. Al llegar, su nave se convirtió en el primer avión que aterrizó en Nicaragua, que en ese entonces no tenía aeropuerto o algo parecido, así que las personas se reunieron en los alrededores del Campo Marte, donde aterrizó el avión, para observar aquella nave desconocida. Massi fallecería en 1923 en un accidente aéreo.

El segundo piloto fue Charles Linbergh, quien aterrizó en 1928, y fue recibido por la naciente Fuerza Aérea Nicaragüense. El célebre piloto e ingeniero estadounidense se había convertido en el primer hombre que cruzaba el atlántico de oeste a este a bordo de su avión, el Spirit of Saint Louis y visitó Nicaragua como parte de una gira en la que recorrió Centroamérica para dar a conocer su hazaña.

Durante la época también se fundó oficialmente la Fuerza Aérea Nacional de la Guardia Nacional, el primero de junio de 1938. Pero fue hasta los años sesenta que Nicaragua empezó a emitir licencias a los pilotos civiles, siendo actualmente el Instituto Nicaragüense de Aeronáutica Civil (INAC) el encargado de regir la aviación civil.


Los pilotos MIG21

Durante los años 80, el Ejército Popular Sandinista envió a tres grupos de hombres a Bulgaria y la Unión Soviética para estudiar y convertirse en pilotos de combate. Era un grupo élite que volaría el escuadrón de cazabombarderos soviéticos MIG21 que la ahora extinta URSS había prometido entregar a Nicaragua después del triunfo de la revolución y en plena Guerra Fría, según un reportaje publicado en la revista Magazine, en 2012.

Los hombres aprendieron a volar L29, MIG15, MIG17, pero entre los tres contingentes nicas, no fueron más de 25 militares los que lograron volar el MIG21, el primer avión de combate que combinaba características de ataque e intercepción.

En Nicaragua se había construido un aeropuerto militar para los aviones en Punta Huete, San Francisco Libre, y una ciudadela donde alguna vez se dijo que los pilotos vivirían con sus familias.

Sin embargo, las naves nunca llegaron. En 1984, Fidel Castro empezó a disuadir a los líderes sandinistas de que era mejor que aceptaran un escuadrón de helicópteros en lugar de los MIG21. El general en retiro Hugo Torres aseguró a la revista que los aviones nunca llegaron por la presión de Estados Unidos sobre la URSS.

Cuando los pilotos regresaron al país fue como si nunca hubieran ido a prepararse para volar un avión supersónico. Lo único que recibieron fueron las burlas de sus compañeros. A la mayoría de ellos les tocó empezar desde cero como cualquier soldado.


Alcanzar el cielo

Antonio Gaitán, de 57 años, aprendió a volar a los 20. Es piloto de línea aérea. LA PRENSA/ Wilmer López

Uno de los pilotos que recibió licencia por parte del INAC es el capitán Antonio Gaitán. El piloto de 57 años ya acumula unas 20 mil horas de vuelo. Lo dice con el orgullo y entusiasmo de un buen alumno que enseña sus calificaciones.

Aún recuerda el día que decidió hacerse piloto. Tenía unos 20 años y estudiaba Ingeniería Química allá por los años 80 cuando vio que el Estado ofrecía becas para jóvenes que quisieran convertirse en pilotos. Los únicos requisitos eran ser de escasos recursos y tener trayectoria combativa. Él, que había participado en la insurrección de 1979, decidió postularse. De cien muchachos, se quedaron 30. “Fue un loterillazo”, dice, 37 años después.

Gaitán es uno de los aproximadamente cien pilotos que actualmente operan en Nicaragua y además instructor de la única escuela de aviación que existe en el país. Esta es una profesión riesgosa y el piloto lo sabe. Ya una vez pasó llevándose cables de electricidad mientras fumigaba un plantío y en otra ocasión le tocó aterrizar un Cessna que de pronto se le apagó en el aire.

Además, una repentina diabetes o un problema en el corazón podrían dejarlo sin su licencia de piloto y jubilarse inmediatamente. Sin embargo, el piloto hace dietas y ejercicios para estar sano y en forma, pues quiere conservar lo más que pueda la profesión que ama.

El capitán ya está a punto de retirarse. Como él es piloto de línea aérea (capacitado para trabajar en aviones con pasajeros que salen del país), debe jubilarse a los 65 años. “Son más estrictos cuando cumplís más de 40 años porque el piloto lleva a muchas personas bajo su responsabilidad”, dice Gaitán. Él se hace chequeos médicos cada seis meses y trata de cuidarse para que no lo jubilen antes de tiempo.

Por otro lado, los pilotos privados no tienen jubilación. Y el mejor ejemplo de ello es el odontólogo Marco Mongalo. Él, a los 75 años, se convirtió en la persona de mayor edad en obtener una licencia de piloto en Nicaragua. Pero la pasión no le llegó de viejo, qué va, el amor por los aviones lo acompaña desde que era un niño. En Puerto Cabezas, donde Mongalo nació, constantemente viajaban en pequeños aviones para llegar a la capital. Pensó en ser piloto, como su hermano mayor, que pertenecía a la Fuerza Aérea del Ejército, pero finalmente se decidió por la profesión familiar: la odontología.

Pero no renunció a su sueño. “Mi ilusión era, a pesar de ser médico, un día llegar a ser piloto”, dice Mongalo. Prueba de ello es que, ahora, a los 83 años, aún disfruta de alquilar un avión Cessna YN-CHE, en el aeropuerto Los Brasiles, el mismo donde Barry Seal, que se desempeñaba como informante de la DEA, tomó fotografías con una cámara oculta. “En ellas se ve a Pablo Escobar, ‘El Mexicano’ y el funcionario del Ministerio del Interior (Mint), Federico Vaughan, mientras cargaban 600 kilos de cocaína el 25 de junio de 1984”, explica un reportaje de La Prensa publicado anteriormente.

Es esa misma adrenalina que Mongalo siente por la aviación la que lo hace practicar ejercicios y cuidarse mucho para mantenerse sano y no perder su licencia de piloto privado. El doctor dice que no es difícil ser piloto en Nicaragua, lo que pasa es que es caro.

El capitán Antonio Gaitán, por otro lado, confiesa que a él la aviación no era algo que le atrajera desde niño. Pero ahora es incapaz de dejarla. Incluso, tiene esperanza de que su hija menor entre a la escuela de aviación y empiece un legado familiar de pilotos.

Ahora, a los 57 años, Gaitán trabaja para el Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino y puede presumir de haber aterrizado en el Aeropuerto de Toncontín, en Honduras, considerado uno de los diez aeropuertos más peligrosos del mundo. Él prácticamente encontró su pasión de chiripa y tuvo la fortuna de estudiar con una beca, pues para otros que anhelan ser pilotos, el sueño se encuentra a varios miles de dólares de distancia.


Pioneros en la aviación nicaragüense

El avión construido por De Praslin, en el que voló en noviembre de 1910. LA PRENSA/ Archivo de Eddy Kühl

Primero en volar: El primer piloto nicaragüense registrado es Jean Justin De Praslin, un doctor matagalpino que voló por primera vez el 8 de noviembre de 1910. El piloto cayó de 60 pies de altura y resultó seriamente herido en su vuelo de prueba. Así lo recoge una publicación de The New York Times. Según el historiador Nicolás López Maltez, la información del Times fue proporcionada por la genealogista norteamericana Kim Swan al historiador Eddy Kühl Aráuz.

Mujeres pioneras: La primera mujer piloto militar en Nicaragua fue Sayda González, originaria de Masaya. González murió en un accidente aéreo en 1983. Tenía menos de 30 años. Por otro lado, la primera mujer piloto con licencia comercial bimotor es la capitán Elizabeth Lemus Carrión, quien aún se encuentra activa en sus vuelos.

Primer aterrizaje en Nicaragua: El primer avión que aterrizó en Nicaragua fue el del piloto italiano de la Primera Guerra Mundial, Enrico Massi, en 1922. Massi aterrizó su nave en el Campo Marte. El piloto murió un año después en un accidente aéreo.


Profesión difícil

Marco Mongalo, piloto de 83 años que aprendió a volar aviones a los 75.  LA PRENSA/ Óscar Navarrete

En Nicaragua solo puede prepararse para ser piloto privado y piloto comercial. Por una licencia comercial puede llegar a pagar hasta 30 mil dólares y la única línea de este tipo es La Costeña. Para ser piloto comercial debe aprender a volar por instrumento, o sea, con poca o cero visibilidad, de noche, con tormentas, solo guiándose por los controles.

La licencia privada, que es la más barata en el país, normalmente es para personas que ven la aviación como hobbie, no como algo en lo que quieran trabajar. El doctor Marco Mongalo asegura que él ha querido junto con otros compañeros pilotos comprar una avioneta propia, pero el impuesto por la compra del aparato es del 35%. Por otro lado —se queja Mongalo— el impuesto por comprar un yate de lujo es prácticamente mínimo. Además, se queja de que la pista de aterrizaje de Los Brasiles se usa los fines de semana como pista de carreras, por lo que se le hace imposible volar en esos días.

La otra opción para los pilotos en Nicaragua es trabajar como piloto fumigador de cultivos, pero en el país no hay un lugar donde pueda prepararse, por lo que debe salir para hacerlo. Además, como explica el capitán Gaitán, es un trabajo en el que se gana bien, pero es riesgoso: solo se trabaja seis meses o lo que dure el cultivo y debe volar muy bajo, casi a un metro del suelo. Y si alguna vez falla el motor, el piloto no tiene tiempo de hacer ninguna maniobra.

La categoría más alta es la que el capitán Gaitán posee: piloto de línea aérea, que ya tiene estándares internacionales. Él puede manejar aviones monomotor, multimotor y pilotar por instrumentos.

Los pilotos no mueren

El piloto a veces parece ser una especie de superhéroe que no tiene miedo. Pero el capitán Gaitán corrige: “No es un hombre que no tiene miedo, porque eso es imposible, es un hombre que sabe controlarlo”.

Él recuerda la primera vez que le tocó volar en un avión. Cuando aplicó para ser uno de los muchachos que recibirían la beca para estudiar aviación con una veintena de cubanos que llegaron al país, los instructores tenían que hallar la forma de descartar a aquellos que no tuvieran madera para ser pilotos.

Los montaron en aviones y los llevaron a hacer piruetas en el aire, como aviones de combate. La primera vez Gaitán sintió ganas de vomitar, pero se resistió porque sabía que demostrar miedo, náuseas o mareos era autodescartarse para seguir estudiando aviación.

Hay una tradición para bautizar a los pilotos: a los hombres se les baña con aceite quemado del motor de un avión. La leyenda, que es mundial, asegura que aquel rito es para que, en caso de un accidente en que el avión se estrelle, este no se incendie.

Gaitán y Mongalo pasaron por estos rituales. Aunque el capitán confiesa que él prefiere encomendarse a Dios cada vez que va a volar.

Mongalo busca paz en los aviones. Y va a hacerlo hasta que tenga las posibilidades físicas para esto. A los 83 años presume de poder hacer cosas que ninguno a su edad hace. Hace poco se reunió, por ejemplo, con sus excompañeros de secundaria y mientras unos llegaron en bastón y enfermos, él llegó, fachento, en su avión.

Dos calcomanías en el carro del doctor Mongalo resumen el amor que los pilotos sienten por volar. Una de ellas dice: “I love flying”, y la otra reza: “Los pilotos nunca mueren, solo vuelan más alto”.


El año de los accidentes aéreos en Nicaragua

En las últimas dos décadas, uno de los peores años en cuestión de accidentes aéreos en Nicaragua, ha sido 1999. Según un reportaje publicado anteriormente en la revista Domingo, en siete meses y cuatro tragedias distintas murieron 48 personas.

El primer accidente ocurrió el 21 de enero de 1999 y fue el de un AN-26 de la Fuerza Aérea nicaragüense. Murieron 28 personas en total: 15 civiles y 13 militares.

El segundo fue el 11 de marzo del mismo año. Una avioneta que fumigaba un plantío de arroz chocó contra tres cables de alta tensión. El piloto falleció.

El tercero tuvo lugar el 20 de julio y fue un avión Cessna Grand Caravan de La Costeña. La nave aterrizó prematuramente y se estrelló contra un cerro. Murieron 14 adultos y dos niños.

El cuarto y último fue durante una exhibición militar de la Fuerza Aérea. Dos helicópteros de acercaron demasiado y las aspas de ambos chocaron. Uno de los helicópteros, el MI-17, comenzó a rotar en el aire en caída libre hasta que explotó. Después de caer al suelo explotó por segunda vez. Tres personas perdieron la vida.


¿Qué se necesita para ser piloto en Nicaragua?

En Nicaragua existen dos formas de ser piloto: como militar y como civil.

Para prepararse como militar debe ingresar en la Fuerza Aérea del Ejército Nacional. Y para ser piloto civil la única opción que existe en el país es la Escuela de Aviación Golden Wings, donde puede estudiar para ser piloto privado o piloto comercial.

Para ser piloto privado se necesita: pasar un curso teórico y acumular 50 horas de vuelo en entrenamiento práctico. Esto puede costar unos ocho mil dólares.

Lea además: La tragedia del vuelo 414 cumple 27 años

Para ser piloto comercial con habilitación de vuelo por instrumento (piloto profesional) se necesita: ser piloto privado, pasar un curso teórico y uno práctico de vuelo por instrumento, pasar un curso teórico y uno práctico de vuelo comercial y acumular como mínimo 250 horas de vuelo. Esto puede costar unos 30 mil dólares.

En Nicaragua también puede trabajar como piloto de línea aérea y como piloto agrícola; sin embargo, debe entrenarse en el extranjero para obtener estas licencias. Los pilotos agrícolas comúnmente se entrenan en El Salvador y los de Línea Aérea en Miami.

—Los requisitos para ser piloto son:

Edad mínima 17-18 años.

Ser bachiller.

Aprobar un riguroso examen físico y uno psicológico, ambos emitidos por el Instituto Nicaragüense de Aeronáutica Civil de Nicaragua (INAC).

En el caso de la Escuela de Aviación Golden Wings se requiere hablar inglés técnico. Y para ser piloto de línea aérea es necesario tener cuarto nivel de inglés, ya que el piloto vuela fuera del país.


 

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COMENTARIOS

  1. Mauricio Davila Wills
    Hace 7 años

    No nos olvidemos de aquellos pilotos que hicieron historia en la fumigacion aerea nicaraguense en la decada de los 60’s, 70’s y comienzos de los 80’s.

    Tales fueron: Juan Davila (quien ostentase el record de mas horas en el aire para un piloto fumigador en Centroamerica), Jesus Getino (el argentino), Chinchilla (el colombiano), Andrade, Pocho Gomez, El Chino Sujo (a quien tambien le decian el Vida de Gato – por salir con vida en varios accidentes).

    Estos fueron algunos de los maximos exponentes durante la Edad de Oro de la Fumigacion Aerea en Nicaragua.

    Cordialmente,

  2. Angel Emilio Miranda
    Hace 7 años

    Mis felicitaciones a mi tío y padrino Dr. Marco Antonio Mongalo. El es un excelente representante y ejemplo de la familia Mongalo. en la familia Mongalo corre la aficision aventurera de la aviación comenzó con nuestro querido tío Carlos Mongalo, Piloto Teniente de la Fuerza Aérea Nicaraguence FAN. Murió en accidente aéreo en la laguna de Sandy Bay en la Moskitia de la Costa Atlántica en rumbo a Cabo Gracias a Dios, donde lo esperaba su hermano. El no llego a la cita. Después a la familia Mongalo se unió la familia Miranda Estrada, Cuando mi padre se unió en matrimonio con mi madre Maria Luisa Mongalo A. La familia Miranda Estrada traía sangre de pilotos y mecánicos. Mi tío Alfredo Miranda fundo la escuela de aviación Danco, que produjo bien mas de una docena de pilotos fumigadores en la ciudad de Leon. y mi padre, mi tío Alfredo y su primo Humberto Estrada establecieron talleres de mecánica para el mantenimiento de unos docientos aviones fumigadores en las décadas 50 a 70 con el auge de la aéreo fumigacion de los algodonales. Mi papa llego a tener 7 aviones fumigadores y daba mantenimiento a unos 70 aviones de propietarios algodoneros como las familias Gurdianes, Blandón, Duquestradas y otros leoneses y Chinandeganos. de la familia Miranda Estrada salieron varios pilotos de renombrada destreza como el mas conocido Comandante Guerrillero del aire. El Topo, Francisco Emilio Miranda y mis dos hermanos Rodolfo y Carlos Alfredo que este ultimo fue el piloto asignado a volar al Papa Juan Pablo II a la ciudad de Leon. también el piloto Daniel ” Dani” Miranda hoy de nacionalidad panameña y fue piloto internacional de Copa y piloto privado del General Noriega en panama.

    1. Pepe Turcon
      Hace 7 años

      Me encantaba durante los 60″s viajar a Corinto y sentir cuando los fumigadores te pasaban rasando y a cerrar ventanas!. Fue la mejor epoca de Nicaragua. Que actividad que habia, que pujanza!

  3. Pepe Turcon
    Hace 7 años

    Les falto incluir algo muy importante.

    La primera Linea Aerea en Nicaragua con servicios a Centro America se llamaba LANEP y que luego formo parte de TACA.

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