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Venezuela, Día de la Independencia en Venezuela

El grupo de cerca de 30 personas violentas que entraron en la Asamblea fueron expulsados por la seguridad. LA PRENSA/AFP

Chavistas mantienen asedio en Parlamento venezolano

Seguidores del gobierno venezolano hirieron este miércoles a siete diputados, tres de los cuales quedaron sangrando por la cabeza, al irrumpir violentamente en la sede del Parlamento controlado por la oposición

Seguidores del gobierno venezolano hirieron este miércoles a siete diputados, tres de los cuales quedaron sangrando por la cabeza, al irrumpir violentamente en la sede del Parlamento controlado por la oposición, que permaneció unas nueve horas bajo asedio de oficialistas.

Con palos y tubos, un centenar de personas, algunas encapuchadas, entraron al Palacio Legislativo, donde se celebraba una sesión solemne por el Día de la Independencia, y detonaron bombas de estruendo en jardines y pasillos, creando pánico y caos.

Entre el humo de los explosivos, golpearon a los diputados y a otros funcionarios, y obligaron a periodistas a bajar sus cámaras y abandonar el sitio, sin que fueran contenidos por la Guardia Nacional.

Cinco de los asambleístas debieron ser hospitalizados, el más grave Américo de Grazia que convulsionó y sufrió una gran herida en la cabeza.

“Esto no duele más que ver todos los días cómo perdemos el país”, declaró Armando Armas en una ambulancia con la cabeza vendada.

Manchas de sangre quedaron en las paredes. Para resguardarse, trancaron las puertas de algunos salones con alfombras y muebles. Varios vehículos sufrieron destrozos y algunos diputados quedaron con las ropas rasgadas. El jefe legislativo Julio Borges calificó como un “secuestro” el asedio que hubo tras la incursión, que mantuvo encerradas a unas 350 personas entre legisladores, periodistas e invitados extranjeros hasta caer la noche.

Venezuela vive desde hace tres meses protestas que dejan 91 muertos, en las que los opositores exigen la salida del presidente Nicolás Maduro y rechazan su llamado a una Asamblea Constituyente, en medio de la devastadora crisis económica.

“No nos vamos a intimidar con estos actos de violencia. Aquí nadie se rinde contra esta dictadura. No nos vamos a calar (soportar) una Constituyente comunista”, dijo el vicepresidente legislativo, Freddy Guevara.

Lea además: El piloto de helicóptero que atacó Supremo venezolano pide continuar “manifestaciones contra el poder”

El diputado Luis Stefanelli (i) y el diputado José Regnault (c) permanecen en un pasillo de la Asamblea Nacional . LA PRENSA/EFE

“Poder secuestrado”

Antes de la incursión, el vicepresidente Tareck El Aissami encabezó un sorpresivo acto en el hemiciclo junto con el jefe de la Fuerza Armada, Vladimir Padrino López, ministros y partidarios chavistas, para conmemorar la independencia.

“Estamos en las instalaciones de un poder que fue secuestrado”, dijo El Aissami al convocar a “los excluidos por el modelo capitalista y por esta clase política apátrida (oposición)” a ir al Parlamento a reafirmar su compromiso con la revolución.

Posteriormente, simpatizantes del gobierno se apostaron frente al Legislativo, lanzando consignas contra los opositores y la fiscal general, Luisa Ortega, devenida en la mayor adversaria de Maduro tras años de línea oficialista.

Los incidentes ocurrieron mientras Maduro encabezaba un desfile militar por la fiesta patria, en el que se refirió a los sucesos del Parlamento como “hechos extraños”.

“Condeno absolutamente estos hechos, hasta donde los conozco. No voy a ser nunca cómplice de ningún hecho de violencia”, dijo Maduro sin admitir que quienes entraron al Legislativo fueran seguidores suyos.

Los diputados Armando Armas (i) y Américo De Grazia (c) son golpeados por manifestantes en la Asamblea Nacional. LA PRENSA/EFE

Condena internacional

Borges dijo haber informado de lo ocurrido a países latinoamericanos, la Unión Europea, el Vaticano y la OEA. “Hay una condena mundial a lo que sucede en Venezuela”, aseguró.

“Es un ataque a los principios democráticos”, denunció Estados Unidos, mientras Mercosur lo consideró un “avasallamiento” del Ejecutivo sobre el Parlamento.

En octubre pasado, grupos chavistas entraron a la fuerza al hemiciclo, dejando también varios heridos. El propio Borges recibió el año pasado un botellazo en la cara cerca de la Asamblea.

En el desfile, Maduro exigió a la oposición condenar la violencia en las protestas y el ataque del 27 de junio, cuando un policía lanzó desde un helicóptero cuatro granadas contra el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en Caracas.

“Quisiera que la derecha condenara el ataque terrorista con bombas y balas, de un criminal que estamos buscando”, dijo el presidente.

El piloto del helicóptero, Óscar Pérez, también actor aficionado, reapareció el martes en un video en que llamó a seguir “firmes en las calles”. “El momento es ahora”, dijo supuestamente desde la clandestinidad.

Un simpatizante del Gobierno, que resultó herido, es retirado de la Asamblea Nacional. LA PRENSA/EFE

Además: Parlamento venezolano aprueba referendo sobre Asamblea Constituyente

De la pólvora a los votos

Maduro también resaltó la lealtad de la Fuerza Armada -a la que ha conferido gran poder político y económico- y le pidió mantenerse unida y en apoyo a la revolución y a la Constituyente.

“Cuando se instale la nueva Asamblea Constituyente estaremos reeditando nuestro deseo (…) de ser libres, soberanos e independientes”, ratificó Padrino López.

En la sesión legislativa, Borges llamó a la Fuerza Armada a defender la democracia, tras lamentar que el “militarismo se esté imponiendo” por encima de los civiles.

“Queremos pasar de la soberanía de la pólvora a la soberanía de los votos”, agregó.

Mientras la tensión aumenta, se espera la decisión del TSJ, a más tardar el próximo martes, sobre un juicio a la fiscal para destituirla.

 

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COMENTARIOS

  1. Carlos Medina
    Hace 7 años

    LA DESESPERACIÓN DEL MADURISMO,que ya no es chavista porque según los chavistas disidente Maduro ha traicionado el legado de su papi y del pajarito, está demostrando que se encuentran en los estertores de muerte de un sistema que nunca funcionó. Extraña que los gobiernos democráticos latinoamericanos no reconozcan filas y decida la intervención militar de la ONU en Venezuela. Ni siquiera Estados Unidos quiere realizar en Caracas una operación quirúrgica, como la de Panamá en contra del narco Noriega. Como los latinoamericanos siguen causando carcajadas en Europa por sus modos para gobernar, ya sería hora que dejen que los rusos o los chinos vengan a poner orden, ante la evidente ineficacia gubernativa amparando dictaduras, tiranías, pobreza y transgresiones de los Derechos Humanos.

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