En todo hospital se debe de garantizar que la atención y experiencia del paciente sea la mejor, desde su ingreso hasta su egreso. Esto con el objetivo principal que el paciente, además de sentirse bien atendido, también se sienta seguro y con la confianza que todo el personal está enfocado en la calidad de su cuido.
Actualmente los hospitales que deseen marcar esta diferencia tienen que mantenerse actualizados en estos temas y lograr que el personal sea consciente y comprenda que la calidad debe de ser su eje central. Para lograr esto, muchos hospitales deciden acreditarse ante organismo internacionales, otros lo hacen ante las Secretarías o Ministerios de Salud de sus países respectivos.
Uno de lo organismos acreditadores de mayor prestigio, reconocido internacionalmente en calidad y seguridad hospitalaria, es el Joint Commission International (JCI), rama internacional del Joint Commission de los Estados Unidos con alrededor de 85 años de experiencia acreditando hospitales.
En un esfuerzo por apoyar a países subdesarrollados, sin recursos suficientes para pagar un sistema de evaluación con el costo de acreditaciones internacionales, siete expertos mundiales en calidad hospitalaria con el apoyo del JCI y el IFC (International Finance Corporation) completamos la Guía de Autoevaluación para organizaciones de salud. En la cual se enfatiza que el paciente donde quiera que esté, incluyendo los países pobres, tengan la oportunidad y el derecho de recibir la más alta calidad de atención en el cuido de salud, en un ambiente seguro y digno. Tornándose esta premisa en un compromiso de todos los que trabajamos en administración hospitalaria sea esta pública o privada.
Un ejemplo a mencionar es cuando un paciente será sometido a cualquier tipo de procedimiento quirúrgico, son muchas las dudas y temores que le agobian, acerca de lo que está por acontecer. Desde el inicio preevaluación, anestesia, incógnita del resultado final, recuperación, entre muchas otras preocupaciones. Siempre con la expectativa y el deseo de que se obtengan los mejores resultados.
Como parte de todos estos procesos centrados en la seguridad del paciente, los hospitales actuales deben de contar con un sistema en las salas de operaciones, que englobe los estándares establecidos con la eficacia correcta; no solo es poseer los equipos de última tecnología, lo cual sin duda es deseable, pero no es una máxima obligatoria para asegurar el éxito del procedimiento. Lo más importante es que al paciente se le dé la seguridad que está preparado para la cirugía así como el personal médico encargado, en el ambiente adecuado y que durante esta todo se enfocará para lograr el mejor y más beneficioso resultado.
Para que esto se logre de manera exitosa, se cuenta con una Meta básica Internacional de Seguridad del Paciente que es asegurar una cirugía segura, recomendada también por la Organización Mundial de la Salud, donde se enfatizan tres momentos importantes:
1. La verificación preoperatoria y el marcado del sitio quirúrgico. 2. La Pausa Quirúrgica o Time Out, donde se confirma paciente, sitio y cirujano correcto y 3. La verificación posoperatoria.
Todo esto que he mencionado anteriormente es vital para la seguridad en la sala de operaciones, seguridad que nunca quita el temor que todos sentimos al entrar al quirófano, pero al menos contribuye en asegurar que los procedimientos son los correctos y que la posibilidad de que algo no salga como esperamos sea mínima.
El cumplimiento de esta meta internacional, al igual que otras metas y estándares de calidad, todas centradas en la seguridad del paciente, ayudan a que el paciente tenga una buena experiencia en su estadía por el hospital.
El autor es cirujano pediatra.
Twitter: @DrAayon