Las cuatro estudiantes de quinto año de la carrera de ingeniería de alimentos de la Universidad de Costa Rica (UCR) que crearon un producto a base de harinas de maíz amarillo y de ayote, residuos de maní, huevo, leche y azúcar, destinado a combatir la desnutrición en Nicaragua, ganaron un concurso en Estados Unidos.
Ana Ligia Vargas, Stephanie Araya, Tatiana Fuentes y Mariana Wilson ganaron la competencia estadounidense Developing Solutions for Developing Countries (Desarrollando soluciones para países en vías de desarrollo) con el producto Güiní, cuyo nombre es una combinación del alimentos nicaragüense güirila y maní.
Ellas eran las únicas representantes de América Latina y fueron finalistas junto con otras cinco propuestas de Estados Unidos, Indonesia y Holanda. El concurso es organizado anualmente por la Asociación de Estudiantes del Instituto de Tecnólogos de Alimentos de los Estados Unidos de América (IFTSA, por sus siglas en inglés).
“Güiní es una premezcla seca diseñada con el fin de que con la adición de agua se elaboren güirilas. Sin embargo, con la adición de agua y variaciones en la forma de cocinar, también se pueden hacer atol y galletas. Y al añadir agua y ciertos ingredientes adicionales se pueden hacer pinolillo y quequitos”, explicó Wilson, una de las estudiantes.
Impacto nutritivo
Wilson añadió que para ganar el concurso, los organizadores evaluaron aspectos como el impacto nutritivo del producto a población a la cual va dirigida, “problemas técnicos que enfrentamos al momento de elaborar el producto, viabilidad económica, inocuidad del producto y si cumple regulaciones del país en el que se va desarrollar, novedad del producto y uso de subproductos en este caso el maní”.
El Güiní va dirigido a niños de entre 3 y 6 años con problemas de desnutrición, pero precisamente por su alto contenido en nutrientes, puede ser consumido por cualquier persona, según la estudiante.
El alimento en polvo es alto en proteína, vitamina A, hierro, calcio, fibra y antioxidantes. Las estudiantes deciieron crear el Güiní debido a que Nicaragua es un país con alta producción de maní y es el país centroamericano con mayor nivel de desnutrición con un 16.6 por ciento.
Para instalar la planta
Aunque la prioridad es culminar la carrera de ingeniería en alimentos y el concurso no contempla financiar la posterior etapa de desarrollar industrialmente el producto, Wilson explicó que el objetivo del grupo es poder instalar una planta procesadora en Nicaragua, siempre y cuando se consigan los recursos mediante crédito de parte de alguna institución, empresa o inversionista que quiera emprender.
La inversión inicial para instalar la planta está calculada en 232,159 dólares. “El costo de operación sería de 114,000 dólares con una ganancia mensual inicial de 28,491 dólares”, explicó Wilson. Toda la inversión se recuperaría en 18 meses de operar, dado su viabilidad económica.