El Gobierno de Estados Unidos mantiene las críticas a la administración del presidente designado por el poder electoral, Daniel Ortega, pues considera que ejerce un poder “autoritario” que se reforzó con los comicios generales celebrados en 2016.
La crítica la incorpora el Departamento de Estado en su informe sobre Clima de Inversión de Nicaragua 2017, que se publicó la semana pasada.
“Las elecciones presidenciales celebradas en 2016 lo que dejaron fue más concentración del poder, con un poder ejecutivo autoritario ejerciendo un control significativo sobre las funciones legislativas, judiciales y electorales”, valora sobre el gobierno orteguista el Departamento de Estado.
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El jurista y presidente del Movimiento por Nicaragua (MpN), Gabriel Álvarez, analiza que la valoración que hace Estados Unidos sobre el gobierno orteguista es que lo están viendo “como un potencial peligro a la estabilidad y a la seguridad de la región y de los propios Estados Unidos”.
Álvarez hasta cree que el Departamento de Estado “se quedó corto” en su señalamiento, porque él considera que “no se trata de una mayor concentración de poder, sino que el poder de Ortega es absoluto en todos los municipios, en todos los poderes del Estado, en las instituciones del Estado, en las fuerzas armadas, Policía y Ejército, en los sindicatos”.
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La lectura del exdiputado opositor Eliseo Núñez es que al incorporar tan fuerte crítica en el informe de inversiones sobre el país Estados Unidos “está dejando claro que no cree en el famoso modelo que Ortega esgrime de que es capaz de generar bienestar y riqueza”, porque si bien se resaltan los beneficios fiscales, salariales y de gestión para facilitar las inversiones, no se oculta “que la estabilidad es basada en un arreglo que beneficia solamente a quienes están dentro del modelo de poder”.
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Sistema electoral mal
Los cuestionamientos a un sistema electoral nicaragüense que favorece al partido gobernante también los reitera el Departamento de Estado de Estados Unidos en su informe sobre el clima de negocios.
El gobierno estadounidense recoge en este reporte que “está profundamente preocupado por el anómalo proceso electoral presidencial y legislativo en Nicaragua, que imposibilitó una libre y justa elección el pasado 6 de noviembre del 2016”.
Esa crítica la hizo Estados Unidos en noviembre pasado cuando Ortega se reeligió por segunda vez consecutiva; y así ejerce su tercer mandato seguido.
Sin embargo el Departamento de Estado decidió incorporar en su análisis sobre las condiciones que presta Nicaragua a las inversiones los señalamientos de que “para negar el espacio democrático” en las elecciones pasadas el Gobierno “apartó” a la oposición, “limitó la observación nacional” y su decisión de no permitir a observadores internacionales independientes “degradó aún más la legitimidad de la elección”.
Política y economía “inseparables”
Gabriel Álvarez, presidente del Movimiento por Nicaragua, considera que el informe sobre el clima de inversiones en el país del Departamento de Estado de los Estados Unidos refleja partes de lo que son las condiciones democráticas en el país, debido a que “da la impresión de que la economía y la política fuesen ámbitos separados” cuando no es así.
Álvarez dice que para “un análisis más a fondo” se debe tener la visión de diferentes sectores del país y no únicamente el de los empresarios.
El reporte anual sobre las oportunidades de negocios en el país, los Estados Unidos refleja que entre las ventajas para los inversionistas el país ofrece “importantes incentivos fiscales en muchas industrias” y se valora a la agencia de promoción de inversiones ProNicaragua como un “facilitador eficaz para los inversionistas extranjeros”.