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Usando la basura para construir en Ometepe

En toda Nicaragua, donde a la vista de cualquier visitante existe un problema crónico de basura, debe haber una solución innovadora, como la de Ometepe y empresas con responsabilidad social empresarial

La basura es un problema ambiental generalizado en todo el país, pero es un problema con creces en los limitados confines de una isla turística, como Ometepe o Little Corn Island, que son visitadas por miles de turistas. Meter producto a una isla es relativamente fácil, pero sacar basura una logística complicada y costosa.

El incremento de llegada de turistas en los últimos años, a estos frágiles destinos ecoturísticos, ha sido exponencial, al igual que la basura que necesariamente genera el turismo, particularmente los envases de plástico, que no son biodegradables.

Álvaro Molina, propietario del Hotel Hacienda Mérida, en el Parque Nacional Volcán Maderas, ha ideado una innovadora respuesta al problema de la basura. Consiste en transformar la basura en “ladrillos de plástico” para construir las aulas de una escuela bilingüe que ha edificado en los predios del pintoresco hotel de mochileros, que un día fue la Hacienda cafetalera Mérida del dictador Anastasio Somoza García.

Molina ofrece 15 córdobas o $.50 a los pobladores de Mérida y localidades aledañas por cada botella de “Fuente Pura” de 1.5 litros rellena y compactada con basura plástica, con un peso promedio de 400 gramos de basura, o sea, casi una libra. Mensualmente colecta unas 600 botellas o “eco-ladrillos” de basura compactada y ha logrado reunir ya unos 18,000 “eco-ladrillos”. También han comenzado a comprar “ladrillos” de 2 litros de Pepsi y Coca Cola.

En lugar de quemarla contaminando el aire puro de esta paradisíaca isla, Reserva de la Biosfera, o dejar que se la lleve el viento, contaminando nuestro bello lago, Molina los ha usado para formar con concreto las paredes de cinco aulas de La Escuela Bilingüe de Ometepe, cuarenta mesas redondas de la escuela con sus ocho butacas cada una. Se estima que ha logrado colectar unas 24 toneladas de basura plástica, que de lo contrario estarían contaminando el ambiente.

El ejemplo de Molina ha sido emulado, con una variante, por el empresario turístico y exalcalde de Altagracia Alcides Flores, propietario del Hotel Finca Santo Domingo, quien rellena las botellas de arena de la playa con embudo y luego las “funde” con concreto en moldes, resultando en “eco-bloques”, similares a los de piedra cantera, para levantar paredes de bodegas y edificios.

Más de 40,000 turistas visitan anualmente la Isla de Ometepe y lógicamente consumen miles de botellas de agua y bebidas gaseosas, las que en el Hotel Hacienda Mérida y en el Hotel Finca Santo Domingo, encuentran un uso positivo en las paredes de una escuela bilingüe y casas. Como efecto colateral, los turistas apoyan, se contagian de entusiasmo y se vuelven en los principales relacionistas públicos.

Cuando los precios del petróleo estaban por las nubes, las empresas que reciclan plástico lo compraban a un precio atractivo, la Compañía Cervecera Nacional (CCN) y la Alcaldía de Altagracia subsidiaban su transporte fuera de la isla para procesarlo. Pero con la caída de los precios del petróleo, ahora apenas pagan un córdoba por libra de basura, muy poco incentivo para que los campesinos la recojan.

La CCN financió incluso la compra de dos compactadoras de plástico por US$ 14,000 a los dos municipios de Ometepe, pero estos nunca las echaron a andar. La CCN financia también a escuelas locales para que los estudiantes recojan basura y por cada 40 botellas vacías el estudiante recibe un kit escolar.

Por su parte, Ashvin Kumar, gerente del Hotel Resort Yemaya en Little Corn Island, afirma que ellos adoptan las siguientes medidas para disponer de la basura: toda la basura orgánica se utiliza como fertilizante en la granja del hotel; el papel se quema bajo supervisión; el material reciclable como plástico y vidrio se empaca en sacos y cada 2 o 3 meses se embarca hacia El Rama porque en la Isla no hay una planta de reciclaje. Las aguas servidas que genera el hotel son tratadas en una planta “piraña” antes de ser evacuadas al subsuelo.

En toda Nicaragua, donde a la vista de cualquier visitante existe un problema crónico de basura, debe haber una solución innovadora, como la de Ometepe y empresas con responsabilidad social empresarial, como la CCN, dispuestas a aportar parte de sus ganancias para que el problema de la basura se transforme con creatividad, en una solución.

El autor es periodista, exministro y exdiputado.

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