José “Quiebra Jícara” Alfaro chocó de frente con su realidad al subir a la báscula ayer. Debía, tal como estaba diseñado, marcar 145 libras y en lugar de esto, disparó la aguja hasta 149.4, y su rostro no lucía bien, golpeado por el desgaste. Aun con esto, la pelea del ex campeón del mundo se realizará hoy en Nagarote.
A ocho meses de ausencia en el ring, atropellado en Filipinas por Jason Pagara en noviembre pasado, Alfaro hará su mejor esfuerzo por no quedar mal frente a su gente, retando al mexicano Jesús “Bulldog” Vidal, que llegó al país ayer con las últimas horas del días, atravesando mil trabas en su viaje por tierra.
¿Qué Alfaro se podría ver? Arrastrando las cadenas de sus 33 años, librando una batalla aparte para marcar el peso, tatuado por la inactividad, se debe esperar una presentación moderada, pero el rival suyo que fue escogido a la medida, pudiera dejarlo bien parado si no se atreve al intercambio.
“Quiero ganar lo más rápido que pueda, ser muy agresivo, hemos estado tirando golpe. Soy un boxeador de mucha fortaleza. Voy a tratar de encontrar mi ritmo, no conozco a mi oponente, pero en los primeros rounds voy a descubrir qué trae”, dijo Alfaro, tras el pesaje, este jueves en Managua, exigido al máximo.
“Es una sensación de euforia la que se siente al pelear delante de la gente de uno y me motiva”, destacó Alfaro, que peleará en Nagarote por segunda vez desde julio del año 2015.