Sol y fiesta son dos ingredientes que nunca faltan en la temporada estival y que complican un poco más el desafío de las maletas, en las que no pueden faltar las prendas ligeras y, por supuesto, el blanco, el mejor aliado para resaltar el bronceado en las noches de verano.
Ya sea en la playa, en el campo o en la ciudad no puedes perder la oportunidad para tomar el sol y lucir su efecto durante las veladas, recurriendo a los básicos de toda la vida, como los pantalones blancos de inspiración ibicenca o los vestidos florales.
Un clásico del verano
Si hay un “must” que no puede faltar en los armarios de esta temporada son las prendas ibicencas, de tejidos fluidos y tonos blancos, todo un clásico de los estilismos estivales que se actualizan año tras año para adaptarse a las nuevas tendencias.
Mientras en veranos anteriores el color hueso se vestía de lentejuelas irisadas, en esta ocasión aparece en prendas de telas de satén, como los delicados “slip dress”, “crop tops” festivos, o pantalones de pernera ancha, en los que la insignia de la isla bonita adquiere un plus de sofisticación.
Estas prendas, en versión “culotte”, son un todo-terreno tan válido para estilismos de día como de noche, una transición fácil de marcar pasando de las alpargatas a las sandalias de tacón, que son otro de los básicos de la estación.
El vaquero que mejor te queda
Unas piernas bronceadas son, sin duda, los accesorios más buscados del verano. Para lucirlas, el vaquero es un acierto seguro, que este año vuelve en su faceta más noventera: una minifalda con efecto desgastado.
Tras varias temporadas en los escaparates, la falda abotonada ha cedido su puesto a las minis de toda la vida, lisas, en el clásico color del vaquero, y con una costura en la parte delantera que remite a los “jeans”, una prenda muy polivalente que ya protagoniza buena parte de los “street style”.
Pero esta falda no ha vuelto sola, lo ha hecho de la mano de los “shorts” de talle alto, estilo Levi’s, y con una hechura relajada. Dos partes de abajo perfectas para cualquier ambiente y momento del día, que permiten crear un estilismo sport con zapatillas deportivas y una camiseta básica, u otro más apropiado para la noche, con una blusa de encaje o crochet y plataformas, que se visten de verano con colores vivos y apliques brillantes.
Las flores, símbolo del amor estival
La pasada primavera, los insectos sustituyeron a las flores como motivo estrella, pero ahora han vuelto para traer el romanticismo al verano, ya sea en forma de estampados, abalorios o bordados.
Tal como avanzaron semanas de la moda internacionales como la de París, rosas y margaritas están presentes tanto en los accesorios como en las prendas veraniegas, cuajadas de pequeñas flores de colores con diseños casi infantiles, como las de Jean-Paul Gaultier, quien también presentó en su colección primavera-verano 2017 una alternativa mucho más delicada, bordada en hilo de plata.
La manera más práctica de introducir estos brotes en el armario son los vestidos vaporosos, una prenda ligera y fácil de combinar, en la que la feminidad y la comodidad quedan entrelazadas.