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Cartas al Director, farsas electorales

Cartas al Director

Los que amamos la paz y la libertad celebramos la libertad de Leopoldo López. Su libertad me tomó por sorpresa, al igual que me sorprendió el mensaje de Vladimir Padrino López, ministro de defensa de la dictadura de Maduro

Monumento viviente

Hace casi un siglo vio la luz de la vida, en Monimbó, un niño que sería el primer bachiller y el primer abogado nacido en ese heroico pueblo de Masaya. Enrique Alemán Flores, ese niño, cumplió este mes de julio 96 años de ejemplar vida. Desde su infancia hasta la madurez de hombre joven luchó como él nos relata, estudiando a la luz de un candil, algunas veces con el estómago vacío reclamando alimento, pero siempre con mucha hambre y sed de saber, hasta graduarse de abogado, el primero de su natal Monimbó.

Conocí al doctor Enrique Alemán Flores hace 21 años, representándome en casos legales demostrando siempre una rectitud y una reciedad de carácter que contrastan con su figura menuda de monimboseño. Me atrevo a pensar que hay pocos profesionales del Derecho que reúnan tantas cualidades como persona, como hombre de familia, como amigo y como abogado. Defensor de los humildes, un hombre y un maestro excepcional.

Mi propósito es destacar no solo la edad de este noble y ejemplar hombre, sino sus valores, amor y dedicación a su trabajo. Activo, fuerte y alerta, lo encontré hace unos días saliendo del sistema judicial en Masaya, vestido como de costumbre, con su traje impecable de saco y corbata, hablándome con toda propiedad sobre un caso legal. Lo he encontrado muchas veces estudiando las nuevas leyes y sus reformas aún en horas de la noche.

Un número de amigos y familiares de Enrique Alemán Flores nos reunimos en Masaya para rendirle homenaje a su larga, productiva y ejemplar vida, un pozo de conocimientos acumulados con el recorrer de tantos años, en un hombre humilde, digno, fuerte, un ciudadano ejemplar que merece ser llamado como hacen en Japón, un monumento viviente, un hombre de los que nace uno en cada siglo.

Ileana Remigi, promotora de arte.

Leopoldo López en libertad

El líder de la oposición democrática venezolana, Leopoldo López, fue puesto en libertad por la dictadura de Nicolás Maduro. Ahora hay que exigir la libertad de los demás prisioneros políticos.

Hoy los demócratas venezolanos están más fortalecidos y eso significa que la libertad del pueblo está más cerca que nunca, que la dictadura se está tambaleando mucho más y que más temprano que tarde saldrán como ratas de un barco que se está hundiendo.

Los que amamos la paz y la libertad celebramos la libertad de Leopoldo López. Su libertad me tomó por sorpresa, al igual que me sorprendió el mensaje de Vladimir Padrino López, ministro de defensa de la dictadura de Maduro, quien dijo que no es por medio de las armas que se van a solucionar los problemas de Venezuela. Al fin los militares venezolanos se están dando cuenta que son parte de ese pueblo y que no hay ejército que detenga a un pueblo que clama por democracia, esa es otra señal que la dictadura de Maduro va de salida y para siempre.

El pueblo venezolano jamás en su historia había sufrido tanto como ahora y los nicaragüenses, quienes hemos padecido la opresión y represión de las dictaduras debemos de estar más unidos y solidarios con el pueblo democrático de Venezuela, un pueblo que al igual que el nuestro debe de vivir en paz, libertad y democracia.

Máximo M. Castillo (mexicano).

Zonas para adelantar

A ver, catedráticos y estudiantes de las carreras de ingenierías, desarrollen la creatividad, investiguen empleando todos los instrumentos que tienen, principalmente el internet, que ahora se puede usar hasta en los parques. Recuerden que no todo está inventado.

He estado en los Estados Unidos y he viajado por varios países de Sur América y Europa. Cuando viajo con mi esposa, además de visitar los museos, asistir a los teatros y visitar las universidades, nos gusta viajar por la zona rural. En uno de esos viajes por la zona rural, donde las carreteras son únicamente de dos vías, vimos algo en el diseño de la carretera y dijimos que eso se puede aplicar en nuestro país. Son las “zonas para adelantar” que pueden ser adaptadas aquí en Nicaragua.

Sugiero que las zonas para adelantar sean como mínimo de tres kilómetros y se anuncien desde cinco kilómetros antes de su inicio. Puede haber zonas para adelantar cada 25 kilómetros o en dependencia de lo transitado de la carretera. Otra cosa importante es que el carril para adelantar sea agregado a la izquierda del carril normal; ¿por qué? por aquello de la mentalidad y conducta de algunos conductores tercermundistas que aunque vean el rótulo que les indica que los vehículos lentos deben tomar el carril de la derecha, no son capaces de cumplirlo.

Soy un creyente acérrimo de la excelencia en la educación formal e informal; de la sabiduría ética y moral, de las instituciones públicas y privadas, de la investigación y creatividad de todos los ciudadanos. El cambio hacia una sociedad más civilizada es factible, el cambio de conducta es lento pero posible. No más accidentes y muertes en las carreteras.

Orlando Quintanilla Téllez.

Uso de las redes sociales

Hace mucho tiempo decidí dejar de sintonizar canales de televisión nacional, especialmente programas de noticias, las que desde entonces me parecieron parte de todo ese sistema mediocre y defectuoso, que lo único que produce es una sociedad alejada de la realidad y que adolece de un empobrecimiento en la capacidad de entender.

Sin embargo, los medios digitales con el paso de los años han adquirido importancia en el mundo que nos rodea. Cualquier persona puede convertirse en (des)informador y usar las redes sociales con tanta facilidad que hasta puede llegar a considerarse “influencer”

Lo cierto es que todos los días nos levantamos y, como buenos mileniales, revisamos los recuerdos que Facebook nos entrega en la sección “un día como hoy”, los compartimos si nos gustan o los borramos si nos hieren para finalmente adentramos a un mundo enteramente lejano al nuestro.

Hay quienes insisten en publicar su odio por los lunes y su desesperación porque llegue el fin de semana, también hay quienes comparten memes casi de manera inconsciente, un sector de cibernautas trata de mostrarnos su apatía por el mundo, y en medio de todos ellos no pueden faltar aquellos que se creen jueces por vocación. Estos últimos suelen hablar más de lo que escuchan y en algunas ocasiones no logran conectar el cerebro con la lengua.

Con el paso del tiempo las redes sociales se han convertido en lugares o sitios de juicios, donde se cuestionan temas de valores y libertad de expresión. Pero no solo se cuestiona, también, en la mayoría de los casos —no en todos— se condena y se aprueban sucesos y posiciones de manera caprichosa.

Para juzgar un suceso es necesario situarse en el contexto en que se desarrolló. Es muy fácil buscar y señalar culpables. Tirar la primera piedra se ha convertido en el ritual preferido de aquellos que no les interesa abordar un asunto de manera inteligente, lo que les interesa es sacar su furia, aflorar sus instintos salvajes. Al final lo que queda al descubierto es la falta de madurez que deberían tener para afrontar las reflexiones y los temas polémicos desde la sensatez.

El ritual se repite constantemente, una nota meramente informativa que por características propias carece de interpretación, un video viral o una imagen tergiversada se constituye en la materia prima de donde surgirán centenares de comentarios llenos de prejuicios, insultos y agresiones. Los protagonistas de esas escenas se convierten en el blanco fácil de las críticas, en la comidilla de la que todos hablan, protagonistas que además de ser señalados de culpables, han sido y siguen siendo víctimas de un sistema viciado por aquellos que señalan fácilmente, pero que por falta de análisis nunca dan con el problema real para erradicarlo .

Ian Briceño.

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