Los hermanos Jairo y Juan Carlos Castillo Sevilla, de 18 y 20 años, respectivamente, mataron a garrotazos a su padrastro Marcos Rivera Chavarría, de 64 años, para vengarse del supuesto maltrato que este daba a la madre de estos. El hecho ocurrió en la comunidad El Venado número 1, de la comarca de Wamblan, municipio de Wiwilí, en el departamento de Jinotega.
Madre de victimarios los denunció
Fue Hilda Castillo Sevilla, de 40 años, quien denunció a sus hijos a las autoridades policiales y explicó que estos ya habían tenido varias discusiones, siendo la última el sábado pasado.
Según las autoridades policiales, los hermanos Castillo Sevilla le reclamaron a Rivera Chavarría, principalmente por el maltrato a la madre de ellos y porque el año pasado los había corrido de la casa donde se criaron.
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Rivera Chavarría tenía 17 años conviviendo con Hilda y ayudó a criar a Jairo y Juan Carlos desde pequeños.
Hilda y Marcos también tuvieron dos hijos, Marcos Rivera Castillo, de 14 años, y Gabriel Rivera Castillo, de 12 años, estos fueron los últimos que vieron con vida a su padre, pues lo acompañaron la tarde del sábado a sembrar café a 200 metros de su casa, pero ellos se fueron horas después.
Lo colgaron de un árbol de guácimo
Hilda, al ver que Mairena Chavarría no llegaba, a las 5:00 p.m., del sábado, salió a buscarlo junto con otros pobladores, encontrando el cuerpo semidesnudo, colgado con un bejuco en un árbol de guácimo a pocos metros del cafetal donde había estado.
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Acto seguido, avisaron a la Policía y se conformó un equipo en el que se incluyó al médico forense Pedro Sánchez.
El forense manifestó que la víctima tenía una lesión penetrante de un centímetro en la sien izquierda y otra en la sien derecha, de 0.5 centímetro. En la parte posterior de la cabeza Mairena Chavarría presentaba una herida de 18 centímetros de largo por seis de ancho.
Pretendían huir hacia Honduras
Además de estos golpes, el cuerpo tenía marcas de astillas incrustadas en la piel.
La Policía se movilizó hasta la casa de los hermanos Castillo Sevilla, en la comunidad de Posa Azul, a 35 kilómetros del lugar del hecho, donde fueron encontrados preparando sus cosas para huir hacia Honduras, según manifestaron a la hora de ser capturados.
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Se espera que a partir de este martes la Policía remita el expediente de los detenidos al Ministerio Público para que ejerza la acción penal que corresponda en los Juzgados de Jinotega.
Asimismo, la Policía aportará elementos materiales y testificales obtenidos durante la investigación del crimen para que la Fiscalía los valore.
