14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Joaquín Absalón Pastora

Diversidad en épocas

Los años consumidos —por tanto consumados— permiten el testimonio existencial de los hechos ocurridos. Pueden ameritar páginas volanderas o la fidelidad de la síntesis en la diversidad de las épocas o en las motivaciones de la historia bajo el prisma de la deducción fundamentada. Qué tiempo fue mejor bajo la interpretación de que “cada cabeza es un mundo” o de que la interioridad tenga el tamaño del universo, solo corresponde al razonamiento individual, carece del vigor de la versión auténtica

En ese sentido pretendo echar un vistazo a la conducta política. Se ha vuelto “cajonero” prometer el paraíso a los pueblos sojuzgados. La iniciativa la toman siempre los elementos definidos como opositores al sistema de opresión de los dictadores. Pero cuando llegan al poder se vuelven más tiranos que los antecesores a quienes desde la llanura combatieron solamente porque son largos los corredores donde transita la lengua para hospedar a la mentira, finalmente transformada en una estafa verbal. Una vez enfatuado por las medallas del poder, el “demócrata” apela a los ambages para convencer con argumentos antojadizos.

Una sola guía de estas estafas que fotografían al tiro saliendo por la culata está en la transición vivida y sufrida por el pueblo cubano. Había un asesino uniformado de general llamado Fulgencio Batista. Este tipo le dio un “golpe de estado” al doctor Oscar Prío Socarras. Eran los años cincuenta y sesenta en que menudeaba el expediente de poner a los tanques cerca de los palacios presidenciales. Los ejecutivos electos se ponían el abrigo del temor, salvo el valiente Salvador Allende en Chile. Le cupo el turno a Prío Socarras al ser derribado por Batista, así como otros contemporáneos cayeron vencidos por las bayonetas de Marcos Pérez Jiménez en Venezuela, Odría en Perú, Rojas Pinilla en Colombia etc.

Desde temprana juventud oí la campaña de Fidel Castro en “Sierra Maestra”. Bastaba con escuchar la advertencia tropical pero hidalga de Daniel Santos: “Adelante cubanos que Cuba premiará su heroísmo”. El barbudo con imagen de redentor ofrecía las primicias de la libertad pero lo primero que hizo fue destrozarla hasta el extremo de dejar la silueta de Batista, en los extremos comparativos, de ponerlo en algo parecido a un querubín de capilla.

Y vino la diversidad en las épocas acaso con tendencia cíclica. El transcurso del tiempo inauguró un nuevo estilo. Ya no eran los “golpes de estado” militares. Ahora es el “populismo” una maniobra demagógica con la que se cobijan los dictadores modernos aliados con los propios jefes militares en una llamativa sociedad de poder. “Uña y carne” en el amarre. En esa modalidad ha surgido otro modelo: Maduro en Venezuela cobijado por los “eslóganes” del populismo asociado con un padrino infinitamente solidario. Curiosamente lo único que podría tumbarlo es un “golpe de estado” pero están escasos. Ni la OEA ni las Naciones

Unidas con el muro del veto de los aliados, serán capaces de ser los factores vitales del derribamiento, salvo el propio pueblo en el largo plazo hasta que explote el volcán de la indignación popular. El estilo del populismo protegido por la ligadura de los presidentes y de sus respectivos consortes militares, constituyen un núcleo difícil de vencer. Ni los golpes de estado ni los populismos son los procedimientos ideales. El único es el ejercicio democrático por la vía de las elecciones libres.

El autor es periodista.

Opinión Diversidad épocas archivo
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí