Terneros de un año con 220 kilos de peso es la meta que han alcanzado productores de diversas zonas del país a diferencia de otras experiencias cuando llegaban únicamente a los 120 kilos. Esto se debe en gran parte a la buena nutrición que se le proporciona al ganado desde los primeros días de vida principalmente cuando el rumen empieza a desarrollarse.
En este sentido, los esfuerzos se han centrado en suministrar probióticos al ganado bovino de cara a mejorar el contenido nutricional. “Queremos tener diferentes alternativas que le permitan al productor precisamente garantizar buena alimentación a sus animales. Los probióticos persiguen poner a disponibilidad de los animales, según sus requerimientos, todos los nutrientes que sean necesarios para que ellos puedan expresar su potencial”, dijo Brayan Mendieta, investigador de nutrición animal.
Los probióticos son diferentes microorganismos que hacen producir algunos ácidos, por ejemplo el ácido láctico que ayuda a que se mejore la digestión. Contribuyen a la salud y a la producción del animal.
Prácticas en campo
En el país, se suman experiencias de productores que utilizan probióticos para colocarlo al ensilaje. Esto ayuda a poner más disponibles los nutrientes que ya están en los animales. “Nos interesa, seguir desarrollando la metodología para que el productor lo pueda hacer. Entonces hablamos de los organismos benéficos de montaña. Con esto lo que nosotros logramos es hacer más disponibles los nutrientes por parte de los animales. De ser así, el animal tiene que mejorar su productividad porque está consumiendo un alimento de mejor calidad. Él consume mayor energía, más proteínas, los minerales y vitaminas están más disponibles”, expuso el investigador de nutrición animal.