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Fernando Bárcenas

Instrumento de propaganda dictatorial

En un régimen cerrado, sin ideología, el método predilecto de propaganda es la encuesta, porque es una forma muda, fuera de debate, de hacer apología política sesgada con números soportados no en la realidad, sino, en la percepción difusa inducida con mala intención.

La encuesta subjetiva, en lugar de las estadísticas objetivas tomadas de la realidad, es la manera verticalista, falsa, de orquestar consenso emotivo, sin análisis coherente. Similar a las multitudinarias concentraciones en la plaza con empleados públicos acarreados bajo amenaza.

Poco importa, que ni una ni otra medida tengan credibilidad, porque quien asume un rol dominante con métodos simples de zanahoria y garrote, no pretende ser creído mediante análisis técnicos, sino, que busca extender su despotismo a base de humillación. La zanahoria y el garrote operan sobre el instinto animal, no sobre el pensamiento lógico. El rehén responde con un proceso neuropsicológico similar al síndrome de Estocolmo del secuestrado.

Un encuestador es un bribón si hace un cuestionario a un rehén, obviando su situación de cautiverio. Al final, el único que intelectualmente se engaña es el propio embaucador, que llega a creerse un mesías providencial.

En el fondo, un dictador inútil, de un país atrasado, ante la falta de efectivos resultados exitosos debe alimentar su autoestima con símbolos artificiales de grandeza, y con encuestas favorables igualmente adulteradas. Trujillo, el dictador dominicano, era apodado “chapita” debido a su obsesión enfermiza por acumular medallas que ridículamente lucía por docenas en el pecho de su uniforme militar. Elena Ceausescu visitaba aquellos países que le otorgarían doctorados y títulos académicos por hallazgos químicos recogidos en artículos científicos… que ordenaba escribieran en su nombre.

Aquí, las encuestas cumplen de forma ínfima una función ridícula similar, con índices sobre el amor, el respaldo, la aprobación… al caudillo.

En suma, una persona que se realiza psicológicamente dominando por métodos burocráticos a otros seres humanos, tiene un enfermizo complejo de inferioridad que compensa con falso ensalzamientos personales.

La última encuesta de M&R, de julio de 2017, señala que para el 94 por ciento de los ciudadanos lo importante es la salud, el empleo y la educación. Pero, no indaga si el gobierno ha fracasado en estos rubros.

Porque la conclusión elemental sería que el gobierno no sirve.

El 78 por ciento opina que su demanda fundamental es el bienestar económico. Lo que indica que su situación económica es mala y que carece de perspectivas. No que espera que la salud, el empleo y la educación le den bienestar económico (como pretende el encuestador, al eludir la conclusión política de la insatisfacción social). Lo lógico era concluir que Ortega ha fracasado, y que se requiere otro gobierno más efectivo.

El 71 por ciento expresa que aspira a vivir en paz. Lo que lleva a concluir, no que el ciudadano vive en un contexto de estabilidad política y de democracia (como insinúa malintencionadamente el encuestador), sino, que el país se conduce de forma tal que se enrumba hacia la guerra, porque no se ve otra forma de abrirle oportunidades al cambio.

Los partidos políticos no deben solventar estas prioridades ciudadanas, como erradamente insinúa el encuestador, que carece de formación política elemental, ya que tales prioridades requieren una transformación estructural de la sociedad, impulsada políticamente por un sujeto social, con un partido combativo al frente de la lucha de masas.

El 64 por ciento —según M&R— piensa que Nica Act perjudica la democracia. Con este sofisma vulgar, M&R pretende que el pueblo afirme que aquí hay democracia, sin hacerle esta pregunta directamente. El punto no es si Nica Act perjudica la democracia, sino, si Ortega la perjudica. ¿No era más sensato preguntarle a los encuestados si estaban en desacuerdo con las acciones de Ortega que han propiciado la aprobación de Nica Act?

El 64 por ciento —dice M&R— está de acuerdo con la OEA cuando afirma que Nica Act atenta contra su trabajo junto con el orteguismo para fortalecer la democracia. La pregunta debió ser: ¿Cree usted que la OEA ayudará efectivamente a restablecer la democracia? La respuesta nos daría una perspectiva sobre la naturaleza del régimen orteguista, sobre los medios de lucha para transformar políticamente al país, y sobre el agente de tal lucha.

Como vemos, la encuesta de M&R es un simple instrumento de propaganda dictatorial.

El autor es ingeniero eléctrico.

Opinión instrumento Propaganda propaganda dictatorial archivo
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