Una nube de polvo del desierto del Sahara, que atraviesa la cuenca del océano Atlántico, alcanzará Nicaragua este martes, informó un conglomerado de científicos locales.
Sin embargo, esta no tendrá incidencia en la población, más bien podría afectar el debilitamiento de ondas tropicales o huracanes, explicó este lunes el agrometeorólogo del Centro Humboldt, Agustín Moreira.
“Para el día 25 de julio por la noche, se espera que entre al país otra nube de polvo”, anunció la Red Sismológica de Nicaragua, que reúne a expertos de este país en diversas ciencias. No obstante, la masa de aire sahariana, según Moreira, se mantienen en los niveles superiores de la atmósfera, lo que implica que no va a tener ningún efecto directo sobre la salud de los nicaragüenses, contrario a lo que pasa en el caso de las tolvaneras en León.
La mayor afectación de esta nube de polvo se percibe en que “ahoga” las situaciones climáticas que se están percibiendo en el país, según destacó el especialista.
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Las nubes de polvo suelen llegar hasta América debido al arrastre de los vientos alisios, que llegan desde el oeste.
Aunque en general estas nubes de polvo viajan a varios kilómetros de altura, únicamente depositan partículas en los países mesoamericanos, sin embargo, estas podrían acarrear hongos, esporas o bacterias, capaces de causar afectaciones entre leves y “dañinas” a personas susceptibles, según los expertos de la salud.
No obstante, Moreira aclara que este fenómeno es normal, y no se debe concebir como una gran nube que cubra a la población. Sin embargo, sugirió que se deben de proteger las fuentes de agua, ya que como todo polvo trae una serie de partículas.