El Foro de Sao Paulo fue fundado en 1990 por el Partido de los Trabajadores (PT), integrado con los partidos y grupos de izquierda de Latinoamérica en la ciudad de Sao Paulo, Brasil, para “reunir esfuerzos de los partidos y movimientos de izquierda para debatir el escenario internacional tras la caÃda del muro de BerlÃn y las consecuencias del neoliberalismo en los paÃses de Latinoamérica y el Caribeâ€. Se trató de una iniciativa de Fidel Castro ante la crisis creada por la terminación de su fuente de subsistencia al extinguirse la Unión Soviética. Por entonces el único miembro del Foro de Sao Paulo en el poder era una dictadura: el Partido Comunista de Cuba. Pero veinte años después —en 2010—, la mayorÃa de sus miembros ejercÃan el Gobierno y la dictadura cubana habÃa tomado el liderazgo polÃtico de la región.
El Foro de Sao Paulo es resultado directo del fin de la Guerra FrÃa al desaparecer la Unión Soviética y, por eso, se formuló como premisa de acción polÃtica el plan castrista de “multiplicar los ejes de confrontación†ante la insuficiencia y desaparición de la confrontación del comunismo contra el capitalismo y la lucha del proletariado. Decidieron copar y operar temas de grupos sociales, sectoriales, funcionales y territoriales como el feminismo, el ecologismo, el regionalismo, el indigenismo, la defensa de género y todos los temas posibles para enfrentar a la democracia, la cual señalaron como neoliberalismo. Multiplicaron los ejes de confrontación para remodelar y disfrazar la derrota del comunismo marxista soviético que arrastraba al castrismo.
La década de los 90 es considerada una “década perdida para los izquierdistas del Foro de Sao Paulo†porque no pudieron desestabilizar ni afectar seriamente el creciente fortalecimiento de la democracia latinoamericana y atribuyeron su fracaso a la falta de recursos económicos en un momento en que el principal promotor del Foro —la Cuba castrista— estaba en la miseria con el denominado “periodo especialâ€. Las democracias fortalecidas de la región fueron indolentes respecto a la situación del pueblo cubano, porque no hicieron nada para la recuperación democrática en Cuba en el momento de mayor oportunidad. Si los 90 fueron la década perdida para los izquierdistas por falta de dinero, también fue una década perdida para la democracia latinoamericana que no se consolidó, sino permitió la supervivencia de la dictadura cubana y su recreación con la llegada del dinero y el petróleo venezolanos de la mano de Hugo Chávez.
La alianza entre Chávez y Castro permitió a la dictadura castrista estabilizarse al punto de reactivar su permanente objetivo de expandirse por las Américas convirtiendo el derrotado foquismo guerrillero de los 60 y los 70 en un foquismo electoralizado no desprovisto de violencia. Chávez fue la piedra angular con los recursos petroleros venezolanos y ejerció liderazgo regional con un Castro sutilmente subordinado y convertido en el “oráculo de La Habanaâ€, derrocando gobiernos en Ecuador y Bolivia y desestabilizando otros. En principio los recursos para la polÃtica fluÃan de Venezuela y Chávez lo hacÃa abiertamente, hasta que Lula da Silva llegó al poder y, a partir de 2003, pone en marcha el mayor sistema de corrupción polÃtica transnacional institucionalizado para y con sus amigos del Foro de Sao Paulo.
El movimiento bolivariano, el proyecto Alba o el socialismo del siglo XXI son la creatura del Foro de Sao Paulo para dar a Hugo Chávez la impresión que él lideraba el movimiento de las izquierdas latinoamericanas, porque era quien ponÃa el dinero, cuando en verdad la estrategia y los objetivos estuvieron siempre —y están— en control del castrismo cubano. La muerte de Chávez superó esa dificultad y el poder se concentró abiertamente en Cuba con su instrumento polÃtico: el Foro de Sao Paulo. La riqueza venezolana entregada por Chávez se reforzó con la corrupción de los contratos de construcción por miles de millones de dólares del Brasil de Lula y Dilma Rousseff, además del narcotráfico con las FARC, los cocaleros de Evo Morales desde Bolivia y los carteles que han hecho de la dictadura venezolana el eje del narcotráfico. Con toda esta estructura no puede faltarles dinero por muchas generaciones.
Pero el esquema de corruptela del Foro de Sao Paulo –la cual no es la única fuente de corrupción— está al descubierto y los pueblos deben recuperar sus recursos. Hay enjuiciados y encarcelados notables en los paÃses con democracia, que se caracterizan entre otras cosas por la vigencia del “estado de derechoâ€, la división e independencia de los órganos del poder público que permite “independencia judicial†y, sobre todo, “prensa libreâ€. En Brasil se ha destituido de la Presidencia a Dilma Rousseff, condenado a nueve años y medio de prisión al expresidente Lula da Silva; hay gran número de polÃticos y empresarios presos y enjuiciados y se avanza con los procesos. En el Perú se han expedido órdenes de detención contra el expresidente Alejandro Toledo y declarado prófugo; están presos el expresiente Ollanta Humala y su primera dama, mientras avanzan las investigaciones.
Hay un grupo de paÃses con resultados relativos como Argentina donde avanzan las investigaciones respecto a los gobiernos Kirchner y la justicia no deberÃa tardar en develar los alcances de la trama multimillonaria; en Colombia las sindicaciones van sobre la campaña electoral con el actual presidente Juan Manuel Santos; en Dominicana hay algunos presos y muchos con libertad provisional con sospechas de encubrimiento o atenuación; los gobiernos de otros paÃses con democracia que pueden verse incluidos en los escándalos como Panamá van lentamente.
Los personajes en la lista de espera de la corrupción del Foro de Sao Paulo son muchos y muy notables: son y forman parte de los grupos de poder de los Castro en Cuba, Chávez y Maduro en Venezuela, Correa en
Ecuador, Evo Morales en Bolivia y los esposos Ortega en Nicaragua… ¿son ellos mismos? Los pueblos parecen no tener duda, pero quieren saber el detalle, con cuántos millones de dólares y cómo se recuperarán esos montos. [©FIRMAS PRESS]
El autor es abogado y politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy.