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Dos figuras, mixografía, 1976. Grabado con textura y volumen del pintor mexicano Rufino Tamayo. LA PRENSA/Arnulfo Agüero

Dos figuras, mixografía, 1976. Grabado con textura y volumen del pintor mexicano Rufino Tamayo. LA PRENSA/Arnulfo Agüero

Descubra la gráfica de Rufino Tamayo y sus mundos ocultos y mágicos

Esta exhibición gráfica de Rufino Tamayo está acompañada de videos relacionados a su impresionante vida y obra, y su paso por el arte del siglo XX; así sobre las técnicas del grabado. Entrada gratis.

Una valiosa muestra de 64 grabados del pintor mexicano Rufino Tamayo que expone su genio creador en las artes gráficas del siglo XX , será inaugurada en el Centro de Arte de la Fundación Ortiz Gurdián, hoy a las 6:30 p.m., Planta baja del Edificio Málaga. Entrada gratis.

“Hay litografías, serigrafías, aguafuertes, aguatintas y mixografía, estas últimas obras con texturas y volumen”, explicó Tatiana Torres García, directora de este centro de arte.

La museografía presenta cuatro grandes temas. El primero es la representación de las figuras prehispánicas.
Al respecto, Torres García recordó que Tamayo en sus años mozos trabajó en un museo de arte etnográfico en México y parte de su labor fue reproducir este maravilloso imaginario.

Esto le permitió al pintor adquirir mucha habilidad en el dibujo, lo que posteriormente aprovechó para recrear su propio universo ancestral.

En las diversas salas de arte de este centro, explicó Torres García, también se aprecia la presencia de la figura humana, torsos, rostros, desnudos femeninos y sobre naturaleza muerta.

Tamayo también abrió espacio, en su creación artística, a composiciones de aves y perros, entre otros animales.

Parte de las obras de la exposición Rufino Tamayo-Mexicano universal, que se exhibe en el Centro de Arte Fundación Ortiz Gurdián. LAPRENSA/Arnulfo Agüero
Parte de las obras de la exposición Rufino Tamayo-Mexicano universal, que se exhibe en el Centro de Arte Fundación Ortiz Gurdián. LAPRENSA/Arnulfo Agüero

Videos y conferencia  sobre vida del pintor

Esta exhibición, que pertenece a la colección de la Fundación Ortiz Gurdián, está acompañada de videos relacionados a la vida y obra de este extraordinario pintor, dibujante y muralistas mexicano; así sobre las técnicas del grabado.

Asimismo se brindará la conferencia Rufino Tamayo: mundos ocultos y mágicos, esta será impartida el viernes 28 de julio a 6:30 p. m., por Ana María Torres, historiadora de arte de la Universidad Nacional Autónoma de México. Entrada gratis.

Habrá visita guiada

Esta muestra permanecerá en este espacio cultural hasta el mes de octubre, posteriormente será trasladada al Centro de Arte Fundación Ortiz Gurdián, Casa Derbyshire, en León, ubicado en la avenida Rubén Darío, frente a la iglesia San Francisco.

Y permanecerá de noviembre, de este año, a febrero del 2018. Horario de atención de las 9:00 a.m., a las 6:00 p.m., sin interrupción al mediodía y los sábados previa cita. Teléfono: 22641178; correo: [email protected]

Hombre, 1959, litografía,  de Rufino Tamayo.  LAPRENSA/Arnulfo Agüero
Hombre, 1959, litografía,  de Rufino Tamayo.  LAPRENSA/Arnulfo Agüero

Estética de Tamayo

Historiadores de arte señalan que a diferencia de los grandes muralistas —Orozco, Rivera y Siqueiros—, cuyo trabajo tenía alto contenido político, a Tamayo le preocupaban más los asuntos meramente pictóricos.

Decía “ producir por encima de todo arte que fuera mexicano les llevaba a lo pintoresco y a descuidar los verdaderos problemas plásticos”. Decía, incluso, que: “Pintar indios en los muros era hacer folclor para extranjeros”.

En la década de 1930 refleja la influencia del pintor italiano Giorgio de Chirico, fundador de la pintura metafísica. En la posterior asimiló la expresión cubista del pintor español Pablo Picasso. Luego incursionó en el arte geométrico y simplicidad de la abstracción.

Su obra Niño con sandías (1940) fue subastada en 1981 por la casa Christie’s de Nueva York, en 200 mil dólares, un récord entonces para el arte latinoamericano. Su último cuadro, El muchacho del violón (1990), es visto como autorretrato emocional.

Tamayo murió de un infarto en 1991 ; su esposa Olga, tres años después por un derrame cerebral. Los restos de los dos reposan en el Museo Tamayo de Arte Contemporáneo.

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