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38/19: orígenes de la paz y la guerra

Si bien es cierto que el triunfo de la revolución sandinista trajo la paz a Nicaragua después de un cruento, pero corto período de guerra, esta fue una paz efímera, solo para dar paso a un nuevo y prolongado período de guerra civil.

Si bien es cierto que el triunfo de la revolución sandinista, sustentada en la insurrección popular de todos los sectores de la población contra la dictadura somocista, trajo la paz a Nicaragua después de un cruento, pero corto período de guerra, esta fue una paz efímera, solo para dar paso a un nuevo y prolongado período de guerra civil que duró al menos ocho años: la guerra de la “Contra”.
El político de izquierda y prominente miembro del MRS, Enrique Sáenz, reconoce en una artículo titulado Revolución, contrarrevolución y nación publicado el pasado 19 de julio en el diario LA PRENSA, que los “Contra” no eran “mercenarios ni esbirros ni exguardias somocistas” como hacía creer la propaganda oficial.

Basado en información irrefutable de la CIAV OEA, Sáenz confirma que en su inmensa mayoría los “Contra” eran niños cuando la lucha contra Somoza, sino que eran campesinos armados, que al momento del desarme totalizaban un ejército de 22,413 combatientes, que gozaban de una amplia base social en el campo y contaban con un formidable arsenal de guerra.

Sáenz reconoce: “No se trató de guardias, no se trató de mercenarios, no se trató de bestias como se les etiquetaba”, agregando “se trataba pues de campesinos pobres, de campesinos de baja escolaridad y no de mercenarios o invasores como quiso fijar la propaganda del gobierno sandinista”.
Finalmente Sáenz concluye “que la realidad histórica es que fue una guerra civil, pueblo contra pueblo, aunque el voto resolvió quién estaba en mayoría y quién estaba en minoría. Pero señala también que la administración Reagan, desde antes de asumir el gobierno, se opuso a la revolución sandinista de manera descubierta y encubierta, sin reparar en los métodos. Esta también en una realidad histórica”.
Hasta aquí estoy de acuerdo con el excelente análisis 38/19 del exdiputado Sáenz, pero para completar la verdad histórica sobre las causas de la guerra, habría que reconocer también, que antes de que naciera la contra y se dieran las primeras protestas populares contra la ocupación cubana de nuestro territorio, de hecho ya Nicaragua estaba intervenida y esa intervención llegó a tal extremo que provocó la otra intervención, al insertarse Nicaragua dentro del conflicto este-oeste y la guerra fría.

Dos datos históricos: tan temprano como el 1 de octubre de 1980 se da en la ciudad de Bluefields, el primer movimiento popular contra la presencia cubana. El pueblo salió a las calles portando mantas en protesta contra la exagerada presencia cubana, algo así como las protestas patrióticas de hoy en día, contra la entrega de nuestra soberanía a los chinos, con la Ley 840.
LA PRENSA  reporta esa misma tarde, con abundantes fotos la protesta, pero ese mismo día, por medio de una nota del entonces director de prensa de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN) Manuel Espinoza Enríquez se le prohíbe publicar una sola palabra más sobre los sucesos de Bluefields, alegando que la información cae dentro del “decreto 511”, referido a informaciones que atenten contra la omnipresente “seguridad del Estado”.
Esa fue la primera expresión de censura de prensa del gobierno sandinista. El 2 de octubre, LA PRENSA por medio de su director, Pablo Antonio Cuadra, protesta a la JGRN, con copia a la SIP y publica en primera página una nota: “Censuran lo de Bluefields”. Todavía no había el menor asomo de la “Contra”.

El 27 de diciembre de 1980 la URSS con su poderoso ejército, invade Afganistán, pero el gobierno sandinista, que se proclamaba entonces “antiimperialista y no alineado”, no condena aquel acto, porque no ve ninguna invasión o quizás porque por afinidad ideológica esa invasión era de las “buenas”.

La guerra de la “Contra” tiene sus orígenes en la entrega de Nicaragua, en la ocupación de nuestro país y su temprana inserción, no solicitada, en el conflicto este-oeste. Tiene su origen en la confiscación de miles de campesinos y en el establecimiento de un régimen totalitario del que son responsables todos los que lo apoyaron y deben de tener ahora la valentía de reconocerlo.

La paz, tiene su origen en dos variables: el cansancio de la guerra y el conteo transparente de los votos en 1990, como bien reconoció Sáenz. Aprendamos de las lecciones de la historia: mantengamos la paz, contando bien los votos y no metamos a Nicaragua en conflictos de “grandes ligas”.

El autor es periodista, exministro, exdiputado y exmiembro del directorio de la Resistencia Nicaragüense.

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