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El tomate se cotiza más barato en los mercados de Managua.

Lluvias arrasan con la siembra de hortalizas en Nicaragua

El sector reclama una estrategia nacional ante vulnerabilidad. Solo este año las lluvias han arrasado el 60 por ciento de la producción

Las lluvias caídas en semanas recientes en Nicaragua han arrasado la producción de hortalizas. Las primeras estimaciones apuntan a una pérdida de 14 mil manzanas, equivalente al sesenta por ciento de las que se cultivaron en el primer ciclo productivo de este año.

La mayor pérdida se registró en los tomates industriales, pero el de la variedad conocida como tomate de mesa, que se cultiva generalmente en túneles o áreas protegidas se salvó del impacto de las lluvias, lo que refleja la necesidad de que los productores apuren el proceso de adopción de tecnologías de este tipo para afrontar las constantes acciones violentas del clima.

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Los hongos y bacterias, producto de la humedad, atacaron la siembra de tomate, chiltoma, cebolla y en menor escala la producción de papa, lo que explicaría los elevados precios de estas hortalizas actualmente en el mercado nacional, según Edelberto Maradiaga Vega, coordinador de la Comisión Sectorial de Hortalizas, de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN).

Ante las pérdidas, que se sintieron principalmente en el norte del país, ahora los productores están volviendo a sembrar, pero lo están haciendo en las mismas condiciones: sin tecnología, sin asistencia técnica, sin financiamiento. Es decir, quedarán otra vez a merced del clima, que se prevé sea más activo en lluvias a partir de agosto.

Guillermo Jacoby, presidente de APEN, admite que actualmente la producción de hortalizas afronta grandes retos, siendo el principal: el cambio climático. “Es un problema serio, es un problema que está afectando al mundo, todavía nosotros no tenemos prácticas adecuadas para la producción en áreas protegidas, nosotros todavía se los dejamos todo a la mano del medioambiente”, afirma.

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La precariedad de cómo se producen hortalizas en Nicaragua es tal que los niveles de productividad de estos cultivos están por el suelo, mientras que en países como Guatemala está consolidándose como gran productor y exportador de hortalizas a base de tecnología. Costa Rica no se queda atrás.

“Tenemos problemas tecnológicos serios, sabemos cuáles son las alternativas: la agricultura protegida, los macrotúneles, caza mallas, pero resulta que no tenemos las capacidades económicas”, agrega.

Actualmente este sector está conformado por unos 15 mil productores, los que requieren como mínimo por cada uno 13 mil dólares por manzana para instalar sistemas de producción bajo techo.

Y aunque existe un programa oficial para apoyar al sector e impulsar esta tecnología, el problema es que el Sistema Financiero todavía no tiene planes adaptados para los productores de hortalizas.

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“Nosotros tendríamos que estar vendiendo en promedio a diez dólares la caja de tomate o diez dólares la malla de chiltoma y no sucede así, a veces estamos recibiendo dos dólares por presentación”, ejemplifica el líder gremial. De hecho el setenta por ciento de la producción de hortalizas se vende en el mercado local, donde son castigados con bajos precios. El restante logra salir a los mercados internacional.

Mejorar inocuidad

El problema, según Karen Janssens, representante regional de Veco Mesoamérica (Vecoma), es que los productores de hortalizas del país necesitan mejorar la inocuidad de sus cultivos no solo para exportar sino también para el consumo interno.

La funcionaria recuerda que en Nicaragua el cincuenta por ciento de la producción de hortalizas está en manos de los pequeños productores, lo que supone un reto para superar todos los cuellos de botella. Además las organizaciones de productores “funcionan con debilidades en aspectos técnicos, organizativos y de negocios, entonces entendemos que afrontan desafíos para ser competitivos y para ser vistos como socios confiables para empresas, exportadores o posibles nichos de mercados”, añade.

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“En Veco Mesoamérica existe un gran potencial para superar estos desafíos y parte de la solución es armonizar la visión en cuanto a la problemática y buscar soluciones”, dijo Janssens.

La producción de hortalizas es un “rubro con alto potencial, pero no tan sexy, con eso quiero decir que no disfruta de la misma atención que el cacao, ni de las empresas ni del Gobierno”, afirma la representante de Vecoma, que trabaja en Nicaragua con quinientos productores de hortalizas, a los que está apoyando en tres áreas:

Desaprovechamos oportunidades

Los rezagos del sector ocasionan que Nicaragua desaproveche el potencial de los mercados internacionales y además empañan las futuras oportunidades que apuntan a una mayor demanda de alimentos ante la creciente población mundial.

Las proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura apuntan que en 2050 la población mundial será de 9,300 millones de personas, de las cuales el setenta por ciento vivirá en las ciudades. “Esta situación nos obliga a pensar y preocuparse cómo se alimentará esta población, sino también a la alta y creciente demanda de alimentos sanos e inocuos, que solo pueden proveer los vegetales frescos y las hortalizas”, afirma Jacoby.

“Tenemos que trabajar en función de mejorar la producción, el procesamiento y valor agregado para convertir las demandas en oportunidades de negocio”, enfatiza.

El primer paso que se debe dar para comenzar a transformar la producción de hortalizas es ordenar y organizar a los productores, admite Maradiaga.

Fuerte contrabando

Los productores de hortalizas también deben lidiar con la entrada ilegal de estos cultivos al mercado nacional, lo que ocasiona que los precios se vengan al suelo en algunas ocasiones. Edelberto Maradiaga Vega, coordinador de la Comisión Sectorial de Hortalizas, señala que aunque hay regulación en cuanto a la importación de estos comestibles, “por debajera está entrando un montón de estos productos, eso provoca que haya una sobreoferta y afecta nuestros costos. El productor casi nunca recupera los costos de producción, esto lo va a encontrar en casi todos los tipos de vegetales”, afirma.

Economía cambio climático hortalizas producción archivo

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