Un creciente y buen porcentaje de hombres ahora ya admiten ver pornografía de forma regular. Abogados, médicos, esposos, obreros, y aún niños… ¡cada vez más niños chiquititos!
Y tal a como van las cosas, a pesar de los esfuerzos de muchos padres alarmados, todos los niños estarán expuestos a la pornografía más pronto que tarde.
Por eso no podía continuar eludiendo la cuestión de referirme a este tema en mis artículos (y evitar así el que seguramente muchos adictos me ataquen enardecidos). Pero recordé que yo no estoy en un concurso de popularidad y que la pornografía es un auténtico problema que tiene esclavizada a tanta gente, como para seguir ignorándolo. Así que les hablaré de esto con toda claridad y crudeza, como amerita el caso.
A continuación, comenzaré transcribiendo una recopilación de algunas razones por las que es necesario neutralizar la pornografía… y ya. Y más adelante les hablaré de cómo podemos y debemos hacerlo.
1. Realmente la pornografía ofende a las mujeres. Y es que a veces tenemos la impresión de que en muchísimos casos es inofensiva. Se engañan pensando que a las mujeres de esos videos les agrada lo que son y que participan en esa actividad por elección. Eso es meridianamente falso. Una mentira. Son innumerables las actrices porno que han abandonado esta industria y han dado testimonio de sus problemas físicos y psicológicos, de la coerción que tuvieron que soportar. Innumerables las depresiones, los intentos de suicidio. Todas confiesan con vehemencia que ser una estrella del porno era una absoluta miseria, muy lejos de ser divertido.
2. La pornografía mata el amor. ¡Cuántos matrimonios se han roto a causa de la pornografía! Algunos hombres consiguen por un tiempo ocultar que la consumen, otros lo ven abiertamente. En todo caso, es algo que destruye la intimidad de una pareja. Ver pornografía es como clavar un cuchillo profundamente en el corazón del cónyuge. Le hace perder toda la confianza. Le transmite que ella nunca será tan buena, que no está capacitada para satisfacerte. Si de verdad sentís amor en tu corazón hacia tu mujer, liberate de la pornografía mientras podás, porque para muchos este es un camino sin retorno.
3. El porno te hace apreciar menos el sexo real. Una encuesta reciente reveló que un número creciente de hombres prefiere la pornografía al sexo real. ¿Por qué? Porque es más sencillo. Con solo un clic podés acceder a una amplísima colección de mujeres de todo tipo, dispuestas, por decirlo de alguna forma, y que hacen cosas que ninguna esposa en su sano juicio haría jamás. Ni siquiera es necesario procurar dar placer a otra persona, en el internet todo gira alrededor tuyo.
En comparación, el sexo auténtico podría parecer un trabajo pesado. En este sondeo reciente, muchos hombres señalan que incluso ahora tienen dificultades para sentir cualquier cosa en sus relaciones sexuales con una mujer real.
4. La pornografía desnaturaliza tu visión de la mujer. La forma más eficaz de distorsionar tu imagen de la mujer es ver pornografía. Ahí, las mujeres son objetos. No tienen emociones ni necesidades particulares, en otras palabras, no tienen alma. Son únicamente un objeto.
5. Mata la gracia de Dios en tu alma. Un pecado que destruye el amor de Dios en tu alma.
El riesgo que se corre es demasiado grande.
Este problema es suficientemente grave y real como para que —si has llegado hasta aquí leyéndome— aunque te hayas cansado del tema no dejes de leer su continuación el próximo sábado.
EL AUTOR ES MIEMBRO DEL COSEJO DE COORDINADORES DE LA CIUDAD DE DIOS.
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