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Jinotega

Matagalpa se ha convertido en una zona de alta peligrosidad en Nicaragua. LA PRENSA/ARCHIVO

Dos nicas entre víctimas de masacre en Costa Rica

Al menos dos nicaragüenses figuran entre las cinco personas misteriosamente asesinadas, al parecer con escopetas, en una finca de Costa Rica.

Al menos dos nicaragüenses figuran entre las cinco personas misteriosamente asesinadas, al parecer con escopetas, en la finca Los Solís, un recóndito lugar de difícil acceso ubicado en Monte Plátano de La Cruz, cantón fronterizo con Nicaragua, localizado en la provincia de Guanacaste, según información preliminar de las autoridades.

Las víctimas son Isaías Bonilla, de 81 años; su esposa Paula Romero, nicaragüense de 89 años con residencia legal en Costa Rica; los hijos de ambos: Wilberth y Wálter Jesús, de 26 y 25 años respectivamente; así como el yerno de los ancianos, el nicaragüense Carlos Pacheco, de 21 años.

Los muertos fueron hallados el viernes por el cuidador de la finca, quien vive a una hora del lugar y avisó a las autoridades (Policía y Cruz Roja), mismas que empezaron a ingresar a las 3:00 de la madrugada, luego de recorrer a pie por la zona montañosa durante unas dos horas.

En tanto, el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Wálter Espinoza, recibió la alerta de los asesinatos desde el viernes a las 10:00 de la noche.

Sin embargo, fue hasta la mañana del sábado que una juez, dos especialistas en recolección de pruebas y seis personas más encargadas de los levantamientos del cuerpo, se encaminaron al lugar para verificar los hechos, dado la dificultad de acceso y los problemas de lluvia en la región.

Espinoza explicó a la prensa local que ayer por la tarde buscaban un helicóptero para retirar los cuerpos del lugar y trasladarlos a la morgue judicial.

De lo contrario —dijo— serían sacados a caballo o con cuadraciclos, porque el acceso a la finca es complicado.

El rumor entre familiares y vecinos del pueblo es que un grupo de seis personas armadas con escopetas ingresó a la finca y asesinó primero a los ancianos, quienes estaban solos, y luego a los otros tres cuando regresaron a caballo de trabajar.

La Policía encontró perdigones de escopetas en la escena del crimen. Los cuerpos estaban en filas, uno de ellos esposado y otro tenía atado a la cintura una bolsita con una leyenda que indicaba una equivocación de las víctimas, al parecer escrita por alguno de los gatilleros.

Las autoridades comienzan a sospechar que la matanza estaría vinculada con el crimen organizado, porque no han observado robo en la finca.

La familia se dedicaba a la agricultura, precisamente al cultivo de maíz y frijoles, árboles de teca para madera y la crianza de ganado.

Sulay Ramírez Jiménez, un anciano vecino de la zona, dijo al diario La Nación, que tenía 25 años de conocer a la familia asesinada y que el lugar donde vivían era muy peligroso, por ser una zona fronteriza donde transitan muchos desconocidos.

“Uno aquí debe tener mucho cuidado porque en realidad (en territorio) fronterizo puede suceder cualquier cosa, los vecinos del pueblo y sus familiares de aquí (en La Cruz) se daban cuenta de eso (lo peligroso del sitio), lo que pasa es que el señor era valiente y por la valentía uno a veces muere. Él no quería abandonar la finca, decía que vivía sobre la finca. La vida de ello era eso, la agricultura y el ganado, la madera de teca para sobrevivir”, declaró Ramírez.

Esta es la segunda masacre ocurrida durante este año en la provincia de Guanacaste. El pasado 19 de enero, en la ciudad de Liberia, cinco universitarios (uno de ellos nicaragüense) fueron asesinados por Gerardo Alonso Ríos Mairena, de 33 años, quien era familiar de los dueños del apartamento que algunas de las víctimas alquilaban. El sospechoso está siendo procesado.

Siempre en Guanacaste, pero en Matapalo y en febrero de 2016, el nicaragüense Michael Adrián Salmerón Silva asesinó a cuchillo a su amante costarricense Yeimy Jessica Durán Guerra, de 35 años; al esposo de ella, el estadounidense Dirk Bounchamp, de 57 años; y a los tres hijos de estos dos últimos: Allison, de 12 años; Jack, de 8 años y Shantal, de 6 años. Una niña de 4 años y otra de siete meses de nacida sobrevivieron a la masacre.

Salmerón fue capturado días después en Nicaragua, donde después de su condena permanece en prisión.

Nacionales Costa Rica masacre nicas víctimas archivo

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