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Marcia Ramírez Obando

Sergio Justo Pérez y Marcia Ramírez Obando. LA PRENSA/ A. FLORES

Treinta años de cárcel para Marcia Ramírez Obando, la mujer que mató a su exnuera

Otro que fue declarado culpable por el encubrimiento del crimen es Sergio Justo Pérez, quien sostenía una relación sentimental con la acusada Marcia Ramírez Obando

Marcia Ramírez Obando, la mujer que asesinó a su exnuera, Claudia Pérez, en el barrio Hialeah, en Managua el pasado 7 de abril, fue condenada a 30 años de cárcel por la jueza Tercero Distrito Penal de Juicio, Rosario Peralta. La jueza le otorgó 28 años por el asesinato que cometió y cinco por el delito de robo. No obstante la prisión efectiva será de 30 años, dado que en el país esa es la pena máxima.

Lea: Claudia Pérez no murió por las 46 heridas que le hizo su exsuegra, sino por los golpes recibidos en la cabeza

Otro que fue declarado culpable por el encubrimiento del crimen es Sergio Justo Pérez, quien sostenía una relación sentimental con la acusada. A Pérez, la jueza le otorgó tres años de cárcel. La defensa de Pérez no apelará la condena, no obstante solicitará la libertad condicional.

VIDEO | Exsuegra narra los momentos antes de cometer asesinato en Hialeah

Así se planificó y ejecutó el asesinato de Hialeah

Todo comenzó el seis de abril a las seis de la tarde. Marcia Ramírez, una mujer de 54 años, llamó a su exnuera, Claudia Pérez, de 34, para pedirle que al día siguiente la acompañara a un viaje al municipio de San Rafael del Sur donde verían a un brujo.

Ramírez le manifestó a Pérez que con el brujo buscarían como curar a su hijo Francisco Hurtado, expareja de la víctima, de una brujería de la cual era víctima de su actual esposa, Ana Cabalceta.

Una vez que Pérez le dijo que sí, Ramírez le pidió que se vieran al siguiente día en la para de buses del mercado Israel Lewites a las 11 y 30 de la mañana para que ahí abordarán el bus hasta San Rafael del Sur.

El viernes siete abril, Pérez salió de su casa del barrio Jorge Dimitrov a las 11 de la mañana, portando un bolso multicolor con un cuchillo de mesa cacha plástica color negro y un teléfono marca BLU y a las 11 y 30 llegó a la parada del Israel Lewites.

“Espero un rato y luego llegó al lugar la acusada Marcia Ramírez Obando, en donde le manifestó que no van a ir al municipio de San Rafael del Sur porque van a ir a esperar a una mujer que también realizaba el tipo de trabajo de cura de brujería en el barrio Hialeah, cuarta etapa”, reza la acusación.

Las dos mujeres se dirigieron entonces frente al hospital Berta Calderón para abordar la ruta 175. Cuando iban en el bus, Ramírez le dio a Pérez una pastilla que curaría sus dolores en los riñones. La pastilla, según la Fiscalía, era para dormirla.

Las dos mujeres se bajaron en el Memorial Sandino y abordaron la ruta 104 para bajarse en la terminal en el barrio Hialeah. Pérez lejos estaba de imaginarse lo que estaba a punto de sucederle, pues viajar con su exsuegra, a la que muchas veces atendió y dio de comer en su casa, le daba seguridad, según familiares de la víctima.

Las primeras estocadas

“Una vez llegando al lugar se bajaron del bus 104 y ambas caminaron aproximadamente una cuadra —dice la acusación— con dirección Este donde se encuentra un predio baldío de aproximadamente cinco manzanas (con superficie irregular montoso y despoblado), estando en dicho lugar la acusada Marcia Johana Ramírez Obando, le manifestó a la víctima Claudia Lissete Pérez Hernández, que a ese lugar llegaría la mujer (bruja)”, pero ya Pérez se encontraba en un estado de somnolencia por la pastilla que le había suministrado en el bus su exsuegra.

Mientras esperaban a la supuesta mujer que curaba las brujerías, la acusada le dijo a su exnuera que se interbaran en un predio más montañoso para poder orinar. Se internaron unos cincuenta metros y Pérez sintió un botellazo en la cabeza propinado por su exsuegra. A pesar de los efectos de la pastilla y del botellazo, Pérez se levantó y sacó el cuchillo cacha negra que guardaba en su bolso e intentó defenderse pero fue en vano… su exsuegra la despojó del arma blanca y comenzó a matarla.

“Con el mismo cuchillo le realizó varias estocadas a la víctima en el abdomen, cara, cuello y pecho, todos en la parte izquierda del cuerpo, no siguiendo porque al cuchillo se le zafó la cacha negra”, dice la Fiscalía en la acusación.

Ramírez sacó de una bolsa del pantalón que vestía un destornillador mediano de estrella y continuó dándole a la víctima. En total fueron 44 estocadas.

“Al ver la acusada… que aún estaba viva la víctima, tomó una piedra sólida de forma rectangular que estaba a su orilla y golpea en varias ocasiones la cabeza de la víctima, desprendiendo parte del cuero cabelludo y oreja del lado izquierdo… La víctima fallece a causa de un trauma craneoencefálico severo”, dice la acusación.

Vendió celular de la víctima

Después de matarla, Ramírez tomó las pertenencias de la víctima y de dirigió donde Sergio Pérez, su pareja, para deshacerse de las evidencias. Le confesó a Pérez que había matado a su exnuera y tiró el bolso al fuego, solo se guardó el celular, que dos horas más tarde vendió en el mercado Oriental en 650 córdobas al comerciante Emir Payán Flores.

 

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