El presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionados de Nicaragua (Ajupin), Luis Orlando Aráuz, denunció que la mayoría de los adultos mayores de este país no protestan por temor a ser reprimidos por el Gobierno, a pesar de que están inconformes con la actual administración del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
“Se está muriendo nuestra gente porque no hay medicamentos y algunos se estan muriendo de pena porque no pueden hacer nada, se sienten inválidos (impotentes), tienen miedo. Nosotros los hemos llamado a luchar (protestar) y nos dicen ‘me pueden quitar lo poco que me dan’, para que ustedes tengan una idea de cómo esta gente está pensando de este Gobierno… por eso son grupos muy pequeños los que se están movilizando”, expresó Aráuz.
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Quienes sí se atrevieron a protestar fueron los miembros de la Asociación de Jubilados Autónomos de Masaya, que el pasado 28 de julio realizaron un plantón frente a la delegación departamental del INSS y según el presidente de esa organización, Francisco Aguirre, varios funcionarios del Estado intentaron persuadirlos para que no realizaran la manifestación.
“Nosotros no vamos a claudicar en nuestra lucha, la lucha va ha seguir hasta que logremos nuestro objetivo. Es ahí donde pedimos a la sociedad y a la población en general de Masaya para que apoyen nuestras demandas. Los jóvenes van a llegar a ser adultos mayores y cuando lleguen tal vez no van a recibir ni la pensión que ahorita estamos recibiendo nosotros”, afirmó Aguirre.
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La gota que derramó el vaso para los adultos mayores
La inconformidad de los jubilados y pensionados se hizo pública hace algunos meses cuando la dirección del Seguro Social, suspendió la entrega de medicamentos a los ancianos. Sin embargo, esto es solo una parte del problema ya que la institución enfrenta un déficit de 1,581.4 millones de córdobas y podría quebrar a mediano plazo dejando a los jubilados en el desamparo.
“De cinco medicamentos que el médico receta solamente entregan dos o tres. Lo otro es que hay médicos que ni la cara le miran al paciente que tienen enfrente. Entonces, nosotros decimos (exigimos) el medicamento completo, que nos atiendan con calidez humana y que el medicamento que os den sea de calidad”, agregó Aguirre.
Además, el pasado 29 de mayo un grupo de jubilados que protestaron por el recorte de medicinas en la Policlínica Bolonia, en Managua, fueron reprimidos por otro grupo de personas vestidas de civil, quienes además les dieron persecución y les robaron un teléfono celular, según denunció el jubilado Henry Briceño ante la Comisión Permanente de los Derechos Humanos (CPDH).
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