14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
La mayoría de las obras premiadas por el BCN no se han publicado. LA PRENSA/Thinksctock

La mayoría de las obras premiadas por el BCN no se han publicado. LA PRENSA/Thinksctock

¿De qué tratan los libros cautivos en el Banco Central de Nicaragua?

Al ya fuerte y prolongado reclamo público que desde julio de 2017 le vienen haciendo al BCN dos de tres escritores premiados por esta institución en 2015, se han sumado dos nuevas voces que igual reclaman la publicación de sus obras y que también se han encontrado ante un muro inexpugnable de silencio institucional.

Muchos escritores y una pregunta en común: ¿Para qué el Banco Central de Nicaragua (BCN) convoca a certámenes literarios y luego entierra en el olvido la mayoría de las obras premiadas?

Al ya fuerte y prolongado reclamo público que desde julio de 2017 le vienen haciendo al BCN dos de tres escritores premiados por esta institución en 2015, se han sumado dos nuevas voces que igual reclaman la publicación de sus obras y que también se han encontrado ante un muro inexpugnable de silencio institucional.

Lea además: Más escritores protestan e instan al BCN publique obras premiadas

Esta vez, el nuevo reclamo viene desde Matagalpa: del escritor y psicólogo Roberto Napoleón Soza Berrios, autor del ensayo La Cegua, ganador del más reciente Certamen de Literatura María Teresa Sánchez, 2016.

Apenas en marzo pasado del año en curso le entregaron el diploma de honor que le mereció el primer lugar, más el aporte en efectivo que incluye el BCN.

Roberto Napoleón Soza Berrios. LAPRENSA/ARCHIVO
Roberto Napoleón Soza Berrios. LAPRENSA/ARCHIVO

Ovidio Reyes impreciso

El autor narró a LA PRENSA Literaria que aprovechó que estaba presente en el evento el presidente del BCN, Ovidio Reyes, para preguntarle si iban a publicar las obras y en qué momento.

La respuesta que recibió fue cordial, pero imprecisa: “Me dijo que ahí me iban a contactar. No me dijo cuándo ni me respondió que iban a publicarla, pese a que en las bases les cedemos los derechos de autor para la publicación de la primera edición”, confesó Soza Berrios.

“No encuentro justificación alguna para convocar a un certamen literario, ceder los derechos de autor para una primera edición y después no publicar nada. ¿Qué aporte cultural se hace al mantener cautivo un libro? Ninguno”, expresó Soza Berrios.

También puede leer: Escritores protestan por que el Banco Central no les ha publicado sus obras

Su obra, explica, es un ensayo con enfoque sicológico de la leyenda histórica de La Cegua en el imaginario nacional.

Son 50 páginas de análisis e investigación que, según su autor, no tienen un solo aspecto controversial que impidan su publicación o que justifiquen su censura.

Junto a Soza Berrios,  fueron premiados, Enrique Antonio Medrano por su ensayo La narrativa centroamericana contemporánea e Isolda Rodríguez Rosales por Presencia identitaria e historiográfica en la narrativa de Lizandro Chávez Alfaro.

Los escritores Antonia Moreno, Herman Ríos Díaz y Guillermo Cortés Domínguez, ganadores del Premio María Teresa Sánchez 2015, siguen esperando que Banco Central publique sus novelas. LAPRENSA/Arnulfo Agüero
Los escritores Antonia Moreno, Herman Ríos Díaz y Guillermo Cortés Domínguez, ganadores del Premio María Teresa Sánchez 2015, siguen esperando que el Banco Central de Nicaragua publique sus novelas. LAPRENSA/Arnulfo Agüero

Reclamos sin respuestas

Por el mismo proceso de reclamo y frustración han pasado la mayoría de los escritores premiados en estos certámenes, porque de siete eventos de este tipo, solo han publicado cuatro libros y uno de ellos, la novela Cómo Cuba libre, de Guillermo Goussen Padilla, ganador del certamen en 2012, estuvo embodegada varios meses hasta que fue “rescatada” por amigos del autor de las oficinas del BCN.

Todo inició con el reclamo público y sostenido del periodista Guillermo Cortés Domínguez, autor de la novela El lienzo infinito, ganadora del tercer premio 2015 del certamen María Teresa Sánchez.

Junto a Cortés, también protestó desde España la ganadora del segundo lugar, la escritora y académica Antonia Moreno Cañete, quien residía en Nicaragua y autora de la novela El ojo de Odín.

El ganador del primer lugar, con la novela Batallas veladas, Hernán Adolfo Ríos Díaz, publicó su obra con sus propios recursos ante el prolongado silencio del BCN, que alega razones jurídicas para no publicar las obras.

María del Carmen Pérez Cuadra. LAPRENSA/ARCHIVO
María del Carmen Pérez Cuadra. LAPRENSA/ARCHIVO

A este reclamo se sumó María del Carmen Pérez Cuadra, con su poemario Letras para ser embalsamadas, merecedora del Primer Lugar en el certamen del 2014. “Aún no se ha publicado mi libro, y nadie da una mínima respuesta, ni siquiera por cortesía”, expresó Pérez Cuadra a LA PRENSA Literaria.

La historia del certamen data de 2010. El citado concurso ha convocado anualmente en las ramas de poesía, cuento, novela, literatura para niños, ensayo y recientemente, por tercera vez, en poesía.

“No todas las obras galardonadas se han editado como merecen y lo autorizan las bases correspondientes, pero el premio ya es un hecho consolidado y rinde homenaje permanente a María Teresa Sánchez (1918-1994), creadora literaria (poeta, narradora y ensayista, además de antóloga) y promotora cultural de grata recordación para quienes la conocimos y apreciamos su temple de mujer excepcional”, escribió el escritor Jorge Eduardo Arellano en LA PRENSA este 2 de agosto de 2017.

Pobre difusión cultural

No obstante, LA PRENSA Literaria contrasta que a otros escritores premiados tampoco les han publicado sus libros y han sido solo cuatro los dichosos que han visto la publicación de sus obras.

Durante la presidencia de Antenor Rosales (2010-2012) se publicaron los libros: La ciudad y su habitante, y Genealogía de las puertas y otros indicios, de Edwin Yllescas Salinas e Iván Uriarte Baltodano, respectivamente. Posteriormente el libro Como Cuba libre, de Goussen Padilla.

¿De qué tratan las novelas cautivas?

En el caso del ganador del concurso de novela del 2015, Herman Ríos, publicó su novela Batallas veladas por sus propios medios en 2016.

Ríos es cirujano pediatra oriundo de Santo Domingo, Chontales, tiene 72 años y presentó su novela en septiembre del 2016.

Su obra tiene su historia en los años 80, con la guerra civil entre Contras y sandinistas, cuando Costa Rica fue ocupada como base rebelde para atacar a Nicaragua desde el sur.

Los avatares de la guerra, las amenazas sobre el país, los entretelones del conflicto y otros detalles inéditos de aquella crisis, se narran en primera persona, a través del personaje Hilario Lima.

Cuando LA PRENSA consultó a Ríos sobre el proceder del BCN con su obra reaccionó molesto: “Yo mandé una carta, ya me respondieron y doy por cerrado ese capítulo. No me vuelva a llamar”. Y cortó.

El Ojo de Odín

La novela del segundo lugar, El ojo de Odín, es de Antonia Morena Cañete, quien al igual que Cortés, no se explica porqué el BCN puede vetar las publicaciones de las obras.

“En todo momento el BCN fue respetuoso y nos ofreció un trato exquisito. Por eso esta reacción ha resultado particularmente chocante, como si obedeciera a un capricho gratuito. No se explica, la verdad”, dice a LA PRENSA.

Respecto al tema de su novela, ella argumenta que no puede decirse que trate de una cosa únicamente, por razones obvias dado que este género se construye por acumulación.

“A lo largo de los capítulos se entrecruzan historias y una galería amplia de personajes que vienen a hablar de temas tan candentes como la relación de pareja, pero también las fraternales o paternofiliales y las que transcurren entre compañeros de trabajo, las relaciones de poder y cómo su protagonista va encontrando un lugar en el mundo.Es una novela de personajes. Un tema conductor es el de los ancianos, cómo ven la vida desde ese lugar apartado del asilo, donde conviven generaciones distintas. Este es un tema que me atrae mucho”, relata.

Ella asegura que esta novela fue creciendo lentamente a lo largo de tres años, alimentada por numerosas lecturas.

“Yo trabajo de ese modo, siempre estoy tomando notas de todo cuanto leo, oigo y veo. Luego voy repasando hasta que encuentro el punto de partida. Es un mecanismo complejo, con muchos vericuetos, que requiere memoria y disciplina”, dice.

Su idea, dice ella ahora, es desde luego publicar su novela: “Uno escribe para ser leído”, explica desde Madrid, España, donde ahora reside.

El lienzo infinito: con historias sobre el libro digital e impreso

Y luego está la novela de Guillermo Cortés, El lienzo infinito, que terminó de escribir a finales del año 2014 en 350 páginas, que se desarrolla en varios países: Nicaragua, China continental, Alemania y Estados Unidos.

“El tema es la lucha de un grupo de jóvenes de varias naciones que se organizan en grupos en decenas de ciudades de todo el mundo, y que tratan de impedir la debacle del libro físico ante el desarrollo tecnológico y el avance del libro digital. También influye el desprestigio en que ha caído el libro impreso, agravado por al descubrimiento de que un virus mortal hiberna en libros antiguos chinos”, narra.

Sus personajes, entre otros son un joven chino, Wang Yuanlu, viaja durante dos años como polizón en varios mercantes. Luego está Amanda Gadea, la directora de la pequeña biblioteca municipal donde aprendió rudimentos de lectura y escritura en español, más una niña de dos años, Violeta, que luego crece para unirse a una pléyade de jóvenes que lucha en todo el mundo por preservar los mayores tesoros culturales escritos de la humanidad.

Violeta y Won Jei (los hijos de Amanda y de Wang Yuanlu), quienes han hecho una gran amistad y se consideran “primos”, perciben que los avances tecnológicos están arrinconando al libro impreso, investigan y sistematizan valiosa información sobre cierres en todo el mundo, de fábricas de papel, de imprentas, bibliotecas públicas, editoriales y librerías, y un cambio drástico en el modo de ser, sobre todo en los jóvenes, debido a los teléfonos móviles y las tabletas electrónicas, y la multiplicación exponencial de la digitalización de libros.

El libro impreso se convierte en un juguete que despedazan los niños sin que se inmuten los adultos. En parques, plazas y esquinas de muchas ciudades, amanecen lotes de libros abandonados por bibliotecas saturadas que ahora cuentan con servidores en los que almacenan decenas de miles de títulos y muchos usuarios ya no llegan por libros físicos sino a leer en tabletas electrónicas propias o que facilitan las mismas bibliotecas”, narra Cortés.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí